Cómo un astro planetario debe superar la derrota
Messi, considerado como una de las obras de arte del siglo, sufrió este martes uno de sus mayores fracasos Reconocer el traspié y pensar en el Mundial de Rusia le ayudará a afrontarlo
Acaba de sufrir esta semana una de sus mayores derrotas, al no conseguir su equipo, el FC Barcelona que cayó ante la Roma, clasificarse para semifinales de la Champions League. Todas las miradas y esperanzas estaban puestas en Messi. Sin embargo, el que es considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, no pudo resolver uno de los partidos clave de su equipo en la presente temporada. “Lo primero que debe hacer es reconocer el varapalo, porque muchas veces la realidad hace que se minimice lo que ha ocurrido, y uno de los ejercicios que hay de hacer para superar el fracaso es aceptar la derrota”, explica el profesor del IESE, experto en comportamiento organizacional, Santiago Álvarez de Mon, que asegura que lo que debe hacer un profesional ante un batacazo es evaluar su carrera y su trayectoria, y colocar este fracaso en su contexto. Y si algo tiene Messi es un “reconocimiento indiscutible”.
Nadie duda que la leyenda del astro argentino, de 30 años, ya es planetaria. Así lo reconoce el escritor Jordi Puntí, autor de Todo Messi (Anagrama), quien hace referencia a una entrevista que concedió en 1979 el jugador y entrenador de fútbol Helenio Herrera, el Mago, y que definió al futbolista del siglo XXI como alguien parecido a Maradona, que por entonces tenía 19 años. “Bajito pero muy atlético, con esa magia que también tienen las computadoras y Maradona”. La descripción, visto lo visto, es la de Messi, del que también se ha dicho que su juego tiene la magia de los videojuegos. Porque su forma de jugar, señala el autor del libro, su ritmo y sobre todo un despliegue de recursos que solo parece factible en la realidad virtual y no sobre el césped real de un campo de fútbol.
Pero también, cuando Italo Calvino, en 1984, redacta en una de las conferencias que tiene que impartir en Harvard propuestas para el nuevo siglo, perfila cinco conceptos que, según él, iban a definir el arte y la literatura de las siguientes décadas: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad. “Sin saberlo, también estaba hablando de Messi”, señala Puntí. En su opinión, el delantero culé sabe explotar esa mezcla de “intuición y conciencia, de talento y experiencia, que solo tienen los mejores futbolistas”.
Y también son los buenos profesionales aquellos que son capaces de recuperarse de un traspié y miran hacia delante. Con la Liga ganada y la Copa del Rey en el aire, a Messi le queda otro gran reto por delante, como es el Mundial de Fútbol, que comienza en Rusia el próximo mes de junio. “Es un desafío mental para el jugador. En el Barcelona es un ídolo, pero en Argentina tiene la sombra de Maradona que le persigue, y ese reto es el que le ayudará a pasar la página de la Champions”, señala Álvarez de Mon.
Sobre el ejercicio a realizar, tras un fracaso, por un jugador por el que al profesor de Esade Ceferí Soler preguntan tanto en un país como El Salvador como en Bután, como es Messi, el docente apunta a que lo correcto es “levantarse, reflexionar por qué recibieron tres goles de un equipo al que todos consideraban menor, como es la Roma, respetar una estructura y las decisiones del entrenador y centrarse en su labor como jugador”. Porque, en su opinión, “de cualquier derrota hay que aprender y hay que saber aceptar sobre todo las decisiones que toma un entrenador, además de tener disciplina, ambición y buscar el sentido positivo”.
Como Mozart y Salieri
Messi y Ronaldo. El 10 y el 7. Es pronunciar los dos nombres juntos y automáticamente sale el recuerdo, tal y como apunta Jordi Puntí en Todo Messi, a Mozart y Salieri. El agente 007 contra el Doctor No. Coca-Cola y Pepsi, los Beatles y los Rolling. “Hay muchas maneras de definir la rivalidad de estos dos jugadores excepcionales”, asegura el escritor, que apunta además que los goles del jugador madridista han sido, en la mayoría de los casos, exhibiciones solitarias, mientras que Messi “siempre ha sido el estilete del juego de equipo”.