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El Foco
Tribuna
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¿Deben evolucionar los colegios de ingenieros?

Tienen que poner en valor los másteres habilitantes, que permiten ejercer la profesión

PANAQUIP (PIXABAY)
CINCO DÍAS

Los colegios profesionales de adscripción obligatoria, como es el caso de los colegios de ingenieras/os industriales, se engloban entre aquellos a los que el Tribunal Constitucional indica un deber de ejercicio de funciones pública, resultando ser corporaciones de derecho llamadas a desarrollar importantes cometidos sobre una profesión regulada, como la propias ordenación de la profesión, la representación institucional exclusiva o la defensa de los intereses profesionales de los colegiados y protección de los usuarios y consumidores de los servicios de sus colegiados.

Y es ahí, en dichas funciones y no en otras cuestiones, entre las que se encuentra la más que necesaria evolución de los colegios profesionales, de adscripción obligatoria, hacia un cumplimiento del deber que el constituyente les atribuyó en la Constitución Española.

Para tal fin, es necesario establecer estrategias claras, concretas y concisas, que devuelvan a una senda de sentido de ser a estas corporaciones de derecho público, las ponga en valor y las posicione en esta sociedad actual, en la que reina el desconocimiento y la confusión sobre lo que son los títulos de profesiones reguladas y su carácter habilitante, que otorgan capacidad, competencia y atribuciones profesionales, y otros títulos máster competenciales que carecen de atribuciones, resaltando el valor y la contribución que las profesiones reguladas han tenido en el progreso ordenado y el funcionamiento de nuestra sociedad, en base a unos principios de estabilidad y de seguridad jurídica, económica y social. Estrategias que deben vehiculizarse con el objetivo alcanzable de ser corporaciones públicas de alto valor añadido al servicio tanto a la sociedad como de nuestros colegiados.

Las/os ingenieras/os industriales debemos apostar por modelos productivos sostenibles, que cuenten con la industrialización como política de consolidación del crecimiento de la economía, de mejora de la competitividad y de creación de empleo estable y de calidad, sin olvidar la transformación digital de nuestra sociedad civil y empresarial, que nos permita competir en ese mercado global a través de la aplicación del conocimiento y de la tecnología, de la I+D+i y de la Ingeniería Industrial. Y para ello no sólo son necesarias capacidades y competencias sino, también, atribuciones profesionales y conocimiento, y es ahí en donde se puede encontrar a la Ingeniería Industrial.

Y por tanto, es más que necesario tener, como profesión regulada, percepción y presencia. Desde el Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana, con el ejemplo predicamos, ya que venimos celebrando actos como, entre otros, la Noche y las Veladas de la Industria de la Comunitat Valenciana. Eventos que ponen en valor la industrialización como estrategia de crecimiento empresarial y de mejora social, y en los que se fomenta la difusión del conocimiento de la industria y sus profesionales, así como sus necesidades.

También, a nivel colegial, contamos con servicios y productos de valor para nuestros colegiados (que no asociados), que, como ejemplo, ofrecemos a través del área de desarrollo profesional. Área en la que abordamos formación continua, con convenios con entidades referentes, y diseño de cursos no sólo en la vertiente técnica sino, también, en lingüística, digital y de competencias transversales. Sin olvidar la empleabilidad de las/os ingenieras/os industriales como objetivo nuclear. Y por ello se cuenta con una herramienta digital a disposición de nuestros colegiados y empleadores, la bolsa de empleo, que permite no sólo gestionar CV sino poner a disposición de las empresas la información necesaria para que sus procesos de selección sean un éxito. Eso se complementa con acciones como la escuela de empleabilidad, programas de lanzadera y speednetworking, todas orientados al mercado laboral y destinadas a la generación de contactos entre empleadores e ingenieras/os industriales.

Debe tener funciones de representación institucional, en instituciones y en asociaciones, con el fin de colaborar y poner en valor la innovación e industrialización que permita competir en ese mercado global, con políticas activas de incentivación de nuevas industrias, y existentes, como sector generador de empleo estable y de calidad. Además se ha de participar en el diseño de políticas industriales y de regulación sectorial. También, como colectivo, hemos de participar en el fomento de actividades de I+D+i, promoviendo el emprendimiento en negocios innovadores e internacionalizables, así como en el desarrollo de la transformación digital. Acciones en las que los ingenieros industriales tenemos mucho que decir ante ese gran reto que debe suponer una transformación de nuestra industria y, por tanto, de nuestra economía.

Debemos hacer una defensa de la profesión sin olvidar quiénes somos y la herencia que hemos recibido, siendo más que necesaria una acción que ponga en valor las atribuciones que nos otorga una formación, actual, de máster habilitante en ingeniería industrial para el ejercicio de una profesión sujeta a colegiación obligatoria, como es la de ingeniera/o industrial, que conforme al criterio vigente del Consejo de Estado, Dictamen 721/2017, de 30 de noviembre, no deberíamos caer en el error de llegar a confundir con otros títulos competenciales en el campo de la industria que, sin embargo, no dan atribuciones para un ejercicio profesional. Resulta más que necesario vencer el actual principio de inseguridad jurídica que hay en la sociedad, en general, y en los administrados, en particular, “puesto que no se llega a entender que los colegios profesionales no son meras asociaciones de titulados universitarios, que, cuando son de adscripción obligatoria son corporaciones de derecho público llamadas a desarrollar importantes funciones públicas sobre una profesión regulada”, como es el caso de los colegios de ingenieros industriales.

Ese debe ser nuestro presente, sin perder el sentido y con miras a este futuro inmediato, evolucionando sin confusión y sin dudas al respecto.

Salvador Puigdengolas es decano del Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana

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