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La mitad de la cogeneración vasca sigue pendiente del cambio normativo

Hasta 43 fábricas tienen congeladas sus inversiones hasta que salga la nueva ley La cogeneración en Euskadi concentra el 15% de la producción total de electricidad

Instalaciones de cogeneración de Unilever en Leioa (Bizkaia).
Instalaciones de cogeneración de Unilever en Leioa (Bizkaia).

El 50% de la cogeneración instalada en la industria vasca está a la espera de que el regulador apruebe el nuevo marco normativo que afecta al sector, para así poder invertir en la renovación de sus centros, que a partir del gas natural obtienen energía térmica y eléctrica, tanto para el auto consumo como para su venta a terceros.

La cuestión no es baladí, puesto que en Euskadi hay un censo de más de 80 fábricas con cogeneración propia. La mitad de ellas suman una potencia acumulada de 172 MW y están “expectantes y preocupadas” porque la vida útil de sus equipos, de acuerdo con la ley actual, concluye a corto plazo, según denuncia la Asociación Española de Cogeneración (Acogen).

El cambio regulatorio depende del Ministerio de Energía. Tras el cambio introducido en la reforma energética de 2014, el equipo del ministro Álvaro Nadal debe presentar ahora una nueva normativa.

Con un marco estable, las empresas tendrán la seguridad jurídica necesaria para calcular la posible rentabilidad de las inversiones futuras. Javier Rodríguez, director general de Acogen, ha señalado que hay “incertidumbre” entre la empresas por la falta de esa referencia regulatoria.

Entre los grupos que han apostado por la cogeneración, Petronor y la fábrica de Michelin en Vitoria

Desde el sector ya han trasladado al Ministerio de Energía diversas propuestas de cara a la reforma y siguen a la espera de novedades, declara Rodríguez. La cogeneración en Euskadi está presente en sectores como el papelero, el refino de carburantes, el químico y el alimentario, entre otros.

Son industrias que generan “empleos y sueldos de calidad”, insiste Javier Rodríguez. Además compiten en los mercados internacionales, donde colocan más de la mitad de su producción, con lo que ayudan a colocar en zona positiva la balanza comercial de Euskadi.

En total, la industria vasca contabiliza 400 MW de generación distribuida por cogeneración. Una capacidad de la que sale el 15% de la electricidad que se produce en Euskadi, y lo hace “con la mayor eficiencia”, añaden fuentes de Acogen, porque no hay pérdidas en la red de distribución de energía hacia los clientes finales, que suelen estar ubicados en zonas próximas a estos puntos de generación.

Otro dato de relevancia es que los cogeneradores de la comunidad autónoma representan el 14% del consumo total de gas natural en Euskadi. Desde Acogen también argumentan que la actividad de los cogeneradores beneficia asimismo a los consumidores finales, puesto que estas compañías “participan en los mercados mayoristas de electricidad”, y esa presencia rebaja las tarifas generales del mercado “entre un 10% y un 15%”, lo que “beneficia a todos”, a juicio de la asociación, que representa a 600 fábricas en España que aportan el 20% del PIB fabril del Estado y 20.000 empleos directos.

Esa base industrial produce mediante cogeneración el 11% de la demanda de electricidad en el Estado, a la vez que es uno de los principales consumidores de gas natural del país, en concreto el 25% del total.

Con estos datos en la mano, los representantes de Acogen han acudido al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital para solicitar hasta 2030 la extensión de la vida útil de los actuales equipos de cogeneración, “una medida en consonancia con los objetivos de eficiencia, reducción de emisiones y competitividad industrial”, que cuenta además con el apoyo de la Unión Europea a esta actividad, comentan desde la asociación.

En Euskadi, un repaso a las empresas con equipos de cogeneración en sus instalaciones desvela que hay grupos tractores de la economía vasca que recurren a esta actividad para reducir su factura energética.

Entre ellos están la fábrica de neumáticos de la corporación francesa Michelin en Vitoria o el complejo en Leioa de la multinacional de alimentación Unilever. En esta lista también aparece la refinería de Petronor en Muskiz. La filial de Repsol se mantiene como uno de los principales contribuyentes de Euskadi. Su actividad generó en 2017 tributos por importe de los 1.300 millones.

Guascor también tiene cogeneración en sus centros de Vitoria y Oiartzun. No solo la industria está abonada a este ámbito. Entre los grandes consumidores de energía que se han apuntado a esta vía figura la popular marisquería Urrunaga, cercana al pantano alavés del mismo nombre. Los hospitales también recurren a la cogeneración para aliviar sus facturas energéticas.

Entre otros, los centros sanitarios de La Antigua en Zumarraga, el Hospital Comarcal del Bidasoa y el de San Eloy en Barakaldo. Sin olvidar el complejo de Txagorritxu en Vitoria y el de Zorroaga en la capital donostiarra. En Bizkaia, lo mismo hacen los hospitales de Cruces y Basurto.

Las papeleras son los usuarios tradicionales de la cogeneración. En el censo vasco aparecen las instalaciones de Papelera Guipuzcoana de Zicuñaga en Hernani y las de Amaroz en Legorreta, sin dejar en el tintero a Papelera del Oria en Zizurkil.

También del mundo industrial, el fabricante de válvulas Ampo cuenta con cogeneración en sus fábricas de Idiazabal, al igual que el fabricante de motores marinos Wartsila de Bermeo. El sector de alimentación también ha apostado por la cogeneración. Como la planta de la láctea Iparlat en Urnieta o la fábrica de aceite de soja y de girasol de la multinacional brasileña Bunge en Zierbena, además de la citada Unilever en Leioa. También hay que citar a la conservera Salica.

Los polideportivos recurren asimismo a la cogeneración por su alto consumo de agua caliente sanitaria. Son los casos de los complejos deportivos de Santurtzi, de Soraluze-Placencia de las Armas y el de Legazpia, entre otros.

La decisión de invertir en la renovación de un equipo de cogeneración debe tomarse tres años antes del final de su vida útil. En esa situación están este ejercicio equipos que suman 44 MW de capacidad. En 2019 el panorama se complicará, puesto que instalaciones con una capacidad total de 61 MW se encontrarán con el mismo problema. Y en 2020 ya serán 78 MW. La escalada continuará durante el periodo siguiente (2023-2025), cuando caducarán equipos de hasta 172 MW por año.

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