La industria lucha contra el recorte de los márgenes de rentabilidad
La economía sigue al alza, pero también aumenta la competencia internacional Los expertos piden más digitalización, donde Euskadi ocupa el quinto puesto en la UE
Euskadi encadena en 2018 su quinto ejercicio consecutivo de crecimiento económico. La patronal vasca Confebask se ha apuntado a una previsión de aumento del PIB vasco para este año del 2,9%, para llegar al 31 de diciembre con un paro en el entorno del 8%, el índice más bajo de desempleo desde 2009.
En base a este escenario, la actividad empresarial sigue al alza, como ha recordado esta semana Arantza Tapia, consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno de Vitoria, durante un encuentro en el Museo Guggenheim organizado por PwC. Según una reciente encuesta de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (Fvem), realizado entre 212 compañías, más de la mitad de ellas estima que en 2018 aumentará su volumen de ventas. Además, desde la Fvem, que representa a un sector que en el territorio histórico cuenta con 47.000 trabajadores, añaden que esta industria opera actualmente al 80% de su capacidad, en los niveles máximos aconsejables para no incurrir en problemas de seguridad.
La coyuntura, por tanto, no poder resultar más dulce. Pero en el mundo económico siempre hay amenazas e incertidumbres. Tapia puso el acento en el acto de PwC en un problema que está entre las principales preocupaciones de los directivos vascos. La facturación de las compañías aumenta, pero los beneficios menguan por el recorte de los márgenes. En un mundo global, la competencia llega desde todas las esquinas del planeta y reduce los precios de los productos.
Según una encuesta de la patronal Fvem, más del 50% de las empresas prevé aumentar sus ventas en 2018
Siemens Gamesa ha sido uno de los afectados por el desplome de las tarifas, en su caso en la industria eólica, que ahora ha cambiado el sistema de primas por el de subastas. El que presenta la mejor oferta económica de generación es el que consigue la adjudicación de la explotación renovable en el país de turno. Se acabaron los tiempos de los aerogeneradores subvencionados por su condición de energía limpia.
Los analistas estiman que no queda más salida que la de mejorar la productividad. Y la digitalización de los procesos, en una economía como la vasca que basa su crecimiento en la industria, es por tanto una de las claves de futuro.
En este ámbito y esta semana, Telefónica y la Diputación de Bizkaia han renovado su programa conjunto Open Future para impulsar la digitalización de las empresas del territorio histórico. En la primera edición de esta iniciativa participaron cinco grupos de Bizkaia que son referentes en sus sectores. Desde Velatia, a Dibal, pasando por Ingeteam, Tecuni y el Hospital de Cruces. Lanzaron una serie de retos tecnológicos para mejorar sus procesos y recibieron 155 respuestas de start ups, pymes, universidades y centros tecnológicos. De ellas, 65 procedieron de Euskadi, otras 40 del resto del Estado y 50 más fueron propuestas de entidades internacionales.
Dibal quería avanzar en el almacenamiento de datos de sus balanzas de peso, que están presentes en la mayoría de los supermercados. Tecuni quería mejorar los actuales sistemas de inventario de alumbrado público y el Hospital de Cruces buscaba cómo las herramientas digitales podían favorecer una cultura de hábitos saludables entre sus pacientes, con recetas adaptadas a cada caso y patología. Son ejemplos del ecosistema de innovación abierta que quieren consolidar Telefónica y la Diputación de Bizkaia.
El nuevo convenio entre ambos fue anunciado por Javier Zorrilla, director general del Territorio Norte de Telefónica, y por Imanol Pradales, diputado foral de Desarrollo Económico y Territorial. En esta ocasión, la operadora de telecomunicaciones quiere que una docena de start ups puedan acogerse a su programa de aceleración comercial. Con este amparo pueden extender su actividad a través de la red internacional de Telefónica en 17 países.
El programa Bizkaia Open Future se desarrolla a través de un espacio físico, las instalaciones BIC en Barakaldo, y por otro virtual, la plataforma Telefónica Open Future, que conecta a inversores y pymes de todo el mundo. Ya ha acelerado más de 1.700 proyectos empresariales. Uno de ellos el de Ludus. Su responsable, Jon Iñaki Martínez, ha manifestado que tanto Telefónica como la Diputación de Bizkaia “nos escucharon y ayudaron a crecer, a través de la elaboración conjunta de un plan de negocio y de entrenamiento virtuales para mejorar nuestros perfiles profesionales”.
Un estudio de Orkestra, apoyado por Euskaltel, sobre el nivel de digitalización de Euskadi, sitúa al País Vasco entre los más avanzados de Europa, en el quinto puesto entre 28 y solo por detrás de los escandinavos, en una clasificación liderada por Dinamarca, Finlandia, Suecia y Holanda, en ese orden.
Pese a la rotundidad de esos números, María José Aranguren y Agustín Zubillaga, directora general y el investigador de Orkestra autor del informe, respectivamente, advierten de que queda mucho camino por recorrer. Uno de los retos es el de evitar “los rezagados digitales”, empresas y ciudadanos que pueden quedarse fuera de esta revolución tecnológica. En la sociedad actual, a partir de los 45 años cae mucho la intensidad de uso de internet en la vida cotidiana.
Por ejemplo, la administración aumenta cada año su ventanilla virtual, pero solo el 52% de los usuarios recurre al ordenador para solventar los trámites públicos. Y el 57% realiza con frecuencia operaciones de banca electrónica, cuando este índice en Europa es mucho más elevado.
Lo mismo pasa con el comercio on line. Solo el 10,6% de las empresas vascas admite realizar transacciones por internet, lo que deja el campo más expedito a operadores como Amazon. En la UE de los 28 que todavía incluye al Reino Unido ese porcentaje es del 17%, con Irlanda, Luxemburgo y Holanda a la cabeza de esta cultura profesional. Por cierto, entre 28, Euskadi ocupa el puesto 22 por los altos precios que las empresas y hogares tienen que pagar para estar conectados. Las familias han descubierto que la factura del operador de telecomunicaciones está entre las más altas de los gastos fijos mensuales.