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Juan Manuel Morales: “La distribución tiene señales de alerta en los próximos años”

El responsable de la central de compras descarta un “cambio drástico” por el ‘ecommerce’ La compañía avanza hacia la unión de los asociados para la negociación con proveedores

Juan Manuel Morales, director general de IFA
Juan Manuel Morales, director general de IFAPablo Monge

Juan Manuel Morales dirige Grupo IFA, la central de compras que acaba de cumplir 50 años y que aglutina a supermercados líderes regionales como Gadisa, Ahorramás, Bon Preu, Alimerka o Dinosol. El objetivo del directivo pasa por caminar hacia una unión mayor de la treintena de asociados, especialmente de cara a los proveedores, reivindicando que es un grupo que consolida casi 15.000 millones de facturación y que cuenta con más de 7.000 supermercados.

R. ¿Cómo afronta el cierre del año?
R. Este ejercicio se ha mantenido bastante constante en cuanto a resultados. A falta de la campaña navideña, prevemos que sea el sexto año consecutivo de crecimiento importante, en el entorno del 6%, por encima del sector. Estamos bastante contentos.
R. El grupo acaba de cumplir 50 años. ¿Cómo aborda el futuro?
R. Queremos seguir siendo fieles a nuestro modelo, alineados con la proximidad y los hábitos de vida saludables. Nuestro negocio tiene más potencial a futuro que a pasado. Lo que vamos a intentar es ser percibidos como un grupo más verticalizado, tanto de cara al consumidor como a los proveedores, que no tienen la conciencia de que tenemos casi 7.000 puntos de venta y nos ven más segmentados por empresas. En la medida en que logremos esa verticalidad para desarrollar innovación y crecer en nuevas categorías, podremos parecernos a cualquier operador.
R. ¿Hay voluntad entre los asociados para ser un grupo más homogéneo?
R. Lo que antes era la intención ahora se ha plasmado en un plan estratégico con el compromiso de llevarlo a la acción. El plan es a 2020, con el objetivo de mostrarnos a los proveedores como su primera opción. Así tomarán más en serio nuestro grupo.
R. ¿Hay recorrido para incorporar nuevas cadenas nacionales?
R. Seguro que sí. Estamos abiertos a ello. Pero debe ser en línea con el ADN de las cadenas que ya están. Lo que no vamos a hacer es incorporar cadenas porque sean grandes y den más negocio.
R. ¿Cómo valora la integración de la portuguesa Sonae casi dos años después?
R. Ha sido muy positiva. Nuestra progresión internacional es lenta, pero segura. La incorporación de Sonae da mucha seguridad por su visión a largo plazo. Estamos colaborando en diferentes áreas, por ahora en ámbito ibérico. Hay muchas oportunidades conjuntas.
R. ¿Servirá de base para futuras incorporaciones fuera de España?
R. Sin duda. Sonae es un buen referente para este primer paso. Nuestra intención es lograr un proyecto diferente. Hoy consolidamos una facturación cercana a los 15.000 millones de euros y el objetivo es liderar un proyecto internacional. Vamos a ir poquito a poco y estoy convencido de que el ejemplo de Sonae lo van a seguir otros.
R. ¿Qué modelo de cadena buscan?
R. Aquellas que tengan un modelo de negocio muy basado en la proximidad y en el surtido amplio van a ser targets para nosotros. Hay una tendencia en el sector hacia operadores de hard discount con un modelo de surtido corto, de marca propia... Pero no entra en absoluto en nuestros planes.
R. El sector en España crece, pero ¿le preocupa que sea una recuperación frágil?
R. Vivimos un buen momento económico y de consumo y el mercado sube, pero mantengo que deberíamos mirar a diez años lo que está pasando en el sector a nivel global. Nuestro país tendrá menos gente y la población estará más envejecida. Por otro lado, tenemos mucha superficie comercial y la productividad por metro cuadrado baja año tras año. Si le añades más competencia, como en el plano digital, hace pensar que la tarta no va a aumentar y habrá que repartírsela entre más. Es mi visión a cinco años. Ha subido la marea y estamos en un buen momento, pero no debemos olvidarnos que la tendencia tiene una serie de señales de alerta en los próximos años.
R. Usted destacó en el Congreso de Aecoc (que reúne anualmente a todo el sector del gran consumo en España) por su escepticismo ante el ecommerce...
R. Nadie puede avanzar dónde va a llegar el comercio electrónico en España, que ahora tiene la misma penetración que México. Soy un convencido de que esto va a explotar, pero la cultura de este país no se puede asemejar a otros mercados. La relación de proximidad hace que la gente vaya a nuestras tiendas y compre. Eso podrá ir cambiando, pero me cuesta pensar que sea drásticamente. Esa proximidad es difícil que pueda ser replicada por un operador de ecommerce. Además, en esto hay un debate, que es el de la sostenibilidad de todo esto, cómo entregar tantos pedidos y paquetes y hacerlo de una manera sostenible. Defendemos que esa proximidad que tenemos tiene un plus de sostenibilidad. Incluso puede convertir a nuestras tiendas en puntos de entrega para el canal digital. No todo hay que entregarlo en casa.
R. ¿Qué papel debe tener IFA en la digitalización de sus asociados?
R. El comercio electrónico todavía tiene una rentabilidad dudosa, por lo que es mejor una solución centralizada. Hablamos de desarrollo de plataformas, de software, de logística, de muchas cosas que podrían ser comunes. La visión estratégica de nuestras empresas no es idéntica, lo que hace más difícil realizar una iniciativa de este tipo, y nuestro papel es ir convenciendo de que esto va a ser relevante.
R. ¿No peligra la rentabilidad de los 7.000 supermercados que suma IFA por el comercio electrónico?
R. Siempre he tenido una máxima: prefiero canibalizarme a mí mismo a que me canibalicen otros. No se pierden consumidores, la omnicanalidad refuerza el vínculo con las tiendas. Si no lo haces tú, lo hace un consumidor. Para mí no hay debate en esta cuestión.
R. ¿Hay espacio para más supermercados?
R. Estamos abriendo tiendas. El proceso de IFA y de otros operadores va siendo más selectivo. Hay oportunidades en el ámbito de las tiendas exprés, de conveniencia, to go o de comida para llevar, que son potencialmente interesantes. No hay que pensar siempre en tiendas de 1.500 metros cuadrados. No sé cuántas más caben. Estamos por encima de la media en Europa por número de supermercados, pero se abren y se vende. Es un mercado hipercompetitivo. Es una huida hacia adelante; de momento va bien, pero yo siempre alerto de que esto tiene un límite. Cuando la productividad por metro cuadrado llegue a un límite en el que ya no sea tan bueno para el sector, deberá ser responsable.
R. Cuenta con cadenas fuertes en Cataluña, como Bon Preu. ¿Han notado una caída de consumo por la tensión política?
R. Nunca hacemos juicios sobre los asociados de IFA en particular. Hasta el momento no hay señales de descenso en el consumo. Según Nielsen, la comunidad crecía al 4,8% en el último mes, en línea con la media. Los operadores que tenemos allí no ven deterioro del consumo. Posiblemente se esté notando más en hostelería, en la alimentación no nos consta.

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