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Las grandes operaciones corporativas que están pendientes de Cataluña

La actual incertidumbre pesa en el desenlace de la opa sobre Abertis Pone en jaque la venta de acciones de Bankia y enturbia la ampliación de Liberbank

El presidente de Bankia, Jose Ignacio Goirigolzarri, durante la pasada junta de accionistas de la entidad celebra en Valencia.
El presidente de Bankia, Jose Ignacio Goirigolzarri, durante la pasada junta de accionistas de la entidad celebra en Valencia.EFE

El desafío independentista catalán ha planteado la mayor crisis institucional de la democracia española y está calando en todos los ámbitos de la sociedad y la economía del país. También en las grandes operaciones corporativas que están en marcha o que se esperaban para los próximos meses y sobre las que ahora se cruza la fuerte incertidumbre política, que se traslada a jornadas de ventas y volatilidad en el mercado bursátil.

La opa de Atlantia sobre Abertis, la ampliación de capital prevista por Liberbank, la salida a Bolsa de la promotora Aedas o la venta de un paquete adicional de Bankia son algunos ejemplos.

Liberbank: Cómo lograr 500 millones de capital en plena turbulencia

El banco más pequeño de la Bolsa española con 700 millones de euros aprobará este lunes una ampliación de capital de 500 millones en una junta extraordinaria. La entidad que pilota Manuel Menéndez, su consejero delegado, se ha encontrado un entorno hostil. Liberbank cae un 25% en el año, y pese al blindaje de la CNMV, que desde el 12 de junio impide que los inversores abran posiciones bajista, está bajo la atenta mirada de los inversores extranjeros.

Pero la entidad tiene una hoja de ruta perfectamente trazada. Primer objetivo, la venta inminente a Bain o KKR de ladrillo tóxico valorado en 800 millones cuando a cierre de junio tenía más de 3.100 millones en adjudicados. Segundo, reducir la ratio de morosidad al 3,5% en 2019 desde el 11,3 actual y subir las coberturas de activos no productivos (créditos dudosos y adjudicados) hasta el 50%, desde el 40%. También quiere elevar su rentabilidad sobre fondos propios (ROE)del 7% en 2019 y del 8% en 2020.

Liberbank saldrá al mercado escoltado por los balances de Citi y Deutsche Bank, que han firmado un contrato de preaseguramiento. La entidad cuenta con el apoyo unánime de todos sus accionistas: las antiguas Cajastur, Caja Cantabria y Caja de Extremadura (el 43,8%), varios inversores mexicanos agrupados en torno a la familia Tinajero Flores (7,4%), la familia Masaveu (5,6%) y el hedge fund Oceanwood (con un 12,6%). Todos ellos acudirán a la ampliación, si bien las cajas venderán una parte de sus acciones actuales o de los derechos para financiar la suscripción de la operación. Los tres últimos socios, eso sí, se han comprometido a poner encima del tapete 150 millones.

El escudo otorgado por el supervisor de los mercados se desvanecerá el 30 de noviembre, pero fuentes conocedoras de la marcha de la operación aseguran que estará completada antes de llegar a la fecha límite. Esta es la segunda vez que Liberbank amplía capital, en mayo de 2014, sin problemas, pero entonces valía más de 2.000 millones.

Aedas Homes. Un factor de riesgo para la actividad y financiación

Aedas Homes, promotora inmobiliaria controlada por el fondo Castlelake, incluye el reto independentista catalán entre el capítulo de riesgos del folleto explicativo de su próxima salida a Bolsa, prevista para el 20 de octubre, donde indica que “la incertidumbre política en Cataluña podría afectar negativamente”.

A pesar de ello, y de la incertidumbre que el conflicto catalán está generando en los mercados, la empresa mantiene así los planes de salir a cotizar, porque los riesgos potenciales a futuro –para ingresos, operaciones, condiciones bancarias–se limitan al mercado catalán. De hecho, la salida a Bolsa se está realizando en un tiempo récord, con ya un 70% del capital colocado a inversores institucionales, lo que muestra el interés por la empresa y por el inmobiliario en España. Se trata de la segunda promotora de viviendas que debutará en Bolsa este año, tras Neinor en marzo. Previsiblemente tras ella, llegarán Vía Célere (a inicios de 2018) y Metrovacesa y Aelca. Todas estas compañías quieren aprovechar el ciclo alcista de la economía y retomar la obra de vivienda nueva tras años de parón.

En su folleto, Aedas detalla que tiene en Cataluña aproximadamente un 16% de su cartera de suelo. Asimismo, recuerda a los inversores que “la tensión entre el Gobierno español y el Gobierno catalán ha aumentado recientemente debido al referéndum de independencia del 1 de octubre, que el Ejecutivo y el Tribunal Constitucional han determinado que es ilegal”.

“Existe una significativa incertidumbre en torno al resultado de las tensiones políticas y sociales en Cataluña, lo que podría conllevar cambios legislativos, políticos y otros factores que podrían afectar significativamente el entorno en el que operamos en Cataluña y en España”, señala la promotora inmobiliaria. “Podría tener un efecto adverso en nuestro negocio, resultados de operaciones, condiciones financieras y perspectivas”, se añade.

Carteras bancarias. El interés continúa entre los fondos oportunistas

Prácticamente toda la banca mantiene abiertos procesos de ventas de carteras ligadas al inmobiliario, tanto de activos adjudicados como de créditos dudosos. Las entidades continúan desaguando ladrillo, aunque a un ritmo que muchos expertos consideran lento, lo que tampoco pone en peligro, en principio, las transacciones vigentes. Las tensiones en los mercados por el conflicto catalán, en principio, no tienen un efecto claro sobre estas ventas, ya que los compradores son fondos oportunistas acostumbrados a pescar en aguas revueltas. También los descuentos en este tipo de operaciones de activos vinculados al ladrillo son bastante elevados y relativamente fijos en toda Europa, alrededor del 60% al 65% del valor.

El sector financiero redujo en un 9% sus activos improductivos (dudosos y adjudicados) en 2016, hasta los 190.000 millones de euros, según se recoge en el Informe de Estabilidad Financiera publicado en mayo por Banco de España. De esa cifra, unos 80.000 millones son inmuebles adjudicados tras el estallido de la burbuja y el resto créditos problemáticos, principalmente de promotores. Solo si la banca considera que no es el momento más adecuado para sus intereses, podría retirar esas carteras del mercado o retrasar sus lanzamiento, algo no previsto inicialmente. Tampoco parece que de forma inmediata el capital internacional deje de confiar en España, ya que las alternativas son escasas. De momento, el buen momento de crecimiento del PIB y del empleo pesan más que el tema catalán.

Santander tiene previsto poner en el mercado la cartera llamada Titán. BBVA negocia con Cerberus desprenderse de parte de su negocio inmobiliario englobado en su inmobiliaria Anida. Liberbank negociará la denominada Invictus. Habrá que ver si los compradores son más duros con la banca catalana, la hasta ahora más señalada en estos momentos. Caixabank prepara dos carteras, bautizadas como Tribeca y Egeo, y Sabadell otra llamada Voyager.

Bankia: Momento delicado para privatizar la banca pública

El ministro de Economía, Luis de Guindos, venía avanzando desde hace meses que la intención del Gobierno era explorar la venta de un nuevo paquete de las acciones estatales de Bankia después del verano para proseguir en su obligación de privatizar la mayor entidad financiera pública antes de 2020. “La vuelta del verano es larga, puede durar, concretamente, hasta el próximo verano”, bromeaban esta semana fuentes del sector financiero consultadas sobre lo propicio de la actual coyuntura para acometer la operación. La inquietud de los inversores en torno al desafío secesionista catalán se ha hecho palpable esta semana por el temor a que los responsables de la Generalitat realicen un declaración unilateral de independencia tras el referéndum ilegal del pasado 1 de Octubre. Las acciones de Bankia, además, se han visto lastradas por el mayor volumen de apuestas en contra de su historia, alcanzándose posiciones bajistas sobre el 4,08% de su capital al concluir septiembre, según los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Una presión que el fondo de capital riesgo Marshall Wace volvía a elevar este jueves. En esta tesitura, el banco fue la compañía no radicada en Cataluña que más sufrió la resaca del 1–O en la primera sesión bursátil. Bankia arrancó la semana en 4 euros y la culmina en la misma cota, aunque en medio llegó a descender a 3,90 euros. Sin embargo, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que conserva todavía un 67% del capital de Bankia, tendría que vender los títulos a 5,4 euros para no perder dinero. Dado que las ventas se suelen cerrar a un precio inferior al de cotización, haría falta una fuerte subida para lograr un acuerdo satisfactorio. De momento, la entidad está ya dentro del mes previo a la presentación de resultados –prevista para el 30 de octubre– en el que están prohibidas operaciones corporativas. A partir de noviembre, el banco de inversión Nomura, contratado por el FROB, volverá a comprobar la temperatura del mercado para comprobar si amaina la volatilidad.

El presidente de ACS, Florentino Pérez, y el CEO de Atlantia, Giovanni Castellucci.
El presidente de ACS, Florentino Pérez, y el CEO de Atlantia, Giovanni Castellucci.

Atlantia confía en que la CNMV desligue del conflicto su opa por Abertis

El estallido del conflicto político, social y económico en Cataluña, tras el 1-O y ante el riesgo de una inminente declaración unilateral de independencia, está ralentizando la operación corporativa del momento en el sector de las infraestructuras, la opa de Atlantia por Abertis.

De alcance global, por la posición internacional de ambas concesionarias de autopistas, el intento italiano de adquisición de uno de los buques insignia del empresariado catalán, y del propio Ibex 35, va a por el cuarto mes de espera al plácet de la CNMV. El visto bueno al folleto, que iba a ser tratado por el regulador el pasado 28 de septiembre, parece estar supeditado a que baje la tensión. Un ejercicio de prudencia, que no confirman ni el regulador ni el Gobierno, que juega contra los intereses del grupo controlado por la familia Benetton, con la financiación de su oferta de 16.340 millones perfectamente armada.

El plazo extra ha sido visto en el mercado como una prórroga en manos de ACS, que intenta crear un equipo de inversores capaces de mejorar la puja inicial de 16,50 euros por acción. Pero la tensión reinante tampoco suma en la capacidad de convicción que puedan tener Florentino Pérez y los suyos –Lazard y JP Morgan llevan meses llamando a inversores– para convencer a grandes fondos internacionales.

El consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castellucci, ha aludido públicamente a la “profesionalidad de la CNMV” en la confianza de que el desafío independentista no prolongue el pistoletazo de salida a la opa. Tras la aprobación, que distintas fuentes vuelven a marcar para la próxima semana, las potenciales ofertas competidoras tendrán hasta cinco días antes del fin del plazo de aceptación para salir a la luz. Atlantia apostó por mantener la sede de Abertis en Barcelona, y su cotización en Madrid, si lograba convencer a La Caixa y demás accionistas. Está claro que esa promesa podría ser papel mojado si Cataluña se va o, simplemente, sigue intentando salir de España y, por tanto, de la UE.

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