_
_
_
_
_

Cómo hacer que el viaje de trabajo deje de ser un incordio

Los trayectos por motivos de laborales ha subido un 3,3% hasta junio Las empresas dejan de priorizar el precio para hacer más llevaderos los desplazamientos

Getty
Javier García Ropero

Tener que viajar por motivos de trabajo no siempre es plato de buen gusto. Días fuera de casa, jornadas dedicadas casi en exclusiva a cuestiones laborales, y todo el trastorno que conlleva coger aviones, trenes y cargar con una maleta. Algo que, por otra parte, cada vez más empresas están obligadas a hacer.

El primer semestre del año ha vuelto a dar continuidad al crecimiento del número de viajes por motivos de trabajo. En ese periodo se ha alcanzado un volumen de 8,9 millones de desplazamientos, según la última estadística del INE, un 3,3% más que en el primer trimestre del año pasado. Las pernoctaciones crecen un 2,5% y la estancia media se mantiene estable en los tres días. Según la asociación de empresas de gestión de viajes corporativos, Gebta, este año las empresas del país invertirán entre 115 y 125 millones de euros más en este apartado este año. “El gasto se incrementa pero está aún por debajo de cómo crece la intensidad viajera. Son buenos datos que esperamos que se mantengan”, afirma el director general de Gebta, Marcel Forns.

Varios motivos explican el sucesivo incremento de los viajes. El primero, el carácter internacional de cada vez más empresas españolas, que durante la crisis buscaron nuevos mercados. “Esa globalización ha ido acompañada de una contraprestación en el viaje corporativo. El viaje internacional es el que más se mueve”, explica el director de Globalia Corporate Travel, Ignacio González Espartosa.

Otro factor es el abaratamiento de los precios de los vuelos. Según un informe de Diners Club International, empresa especialista en pagos mediante tarjetas de crédito para viajes corporativos, las aerolíneas europeas han bajado sus precios de forma continua en los últimos cinco años. En el caso de Iberia, el precio medio ha bajado un 15%. Algo clave, puesto que los vuelos suponen el 65% del gasto de estos viajes. “Ha bajado el precio y los tipos de billetes. Muchas empresas dejaron de viajar en business, y cuando eso pasa, es difícil que dejen de hacerlo”, apunta la directora de marketing de Diners Club España, Jessica Puettmann. “En rutas donde hay competencia los precios no crecen, con lo cual se favorece que las empresas puedan desplazarse más con el mismo presupuesto”, señala Marcel Forns. Aunque esto puede empezar a cambiar. Un informe de Carlson Wagonlit Travel, compañía dedicada a la gestión de estos desplazamientos, las tarifas crecerán un 5% en Europa el próximo año, algo que ya viene sucediendo en el sector hotelero. “Eso significa que hay más movimiento, que el viaje es una necesidad”, incide Ignacio González Espartosa.

Facilitar los momentos de ocio en esos trayectos aumenta la satisfacción y productividad del empleado

Pero otro factor que explica la mejora de los datos es la mayor preocupación de las empresas por hacer lo más llevaderos posibles estos desplazamientos. Después de que la crisis convirtiera el precio en el factor más decisivo, han empezado a entrar en juego otros elementos. “La seguridad, la prevención del riesgo, y sobre todo la productividad y satisfacción del viajero. Un esfuerzo para que las condiciones sean mejores sin encarecer demasiado el producto”, describe Marcel Forns. Por ejemplo, incluir la opción de fast track, es decir, el control de pasajeros sin esperas; embarques prioritarios, o sustituir los vuelos de primera hora de la mañana por otros más cómodos y con noche de hotel, además de contratar los alojamientos en los puntos más cercanos al lugar donde se llevarán a cabo las reuniones de trabajo. “Las empresas cada vez se preocupan más por retener el talento, que su empleado esté satisfecho”, analiza el directivo de Globalia Corporate Travel, que señala otra tendencia clara: la introducción de elementos de ocio en los viajes de trabajo. “Un viajero satisfecho aumenta la productividad. Sobre un destino determinado, nosotros, con el beneplácito de la empresa, comunicamos una serie de posibilidades de ocio: entradas para algún espectáculo, reserva para algún restaurante, posibilidad de retrasar el billete de vuelta... Posibilidades para que el empleado enriquezca su estancia”, describe.

La agencia de viajes se convierte en un consultor, más que en un simple emisor de billetes. Marcel Forns calcula que entre el 20% y un 30% del tiempo de un viaje por motivos profesionales tiene un componente de ocio. “La agencia propicia soluciones para que la empresa facilite esas opciones a los viajeros, dentro de un entorno de seguridad”. Lo que en inglés se conoce como bleasure: unión de business y pleasure, negocio y placer.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

Archivado En

_
_