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Los españoles se vuelven previsores

El negocio asegurador se recupera con fuerza de la crisis apoyado en los particulares y las empresas

La mejora del comercio ha hecho que las pólizas relacionadas con la actividad empresarial sean las que más crecen en 2017.
La mejora del comercio ha hecho que las pólizas relacionadas con la actividad empresarial sean las que más crecen en 2017.Yuri Arcurs (Getty Images)

Cuando en 1992 el huracán Andrew asoló Estados Unidos, solo el 30% de los bienes dañados estaban asegurados, pero al llegar el Katrina en 2005 el porcentaje había ascendido al 50%. En España la crisis económica también ha hecho ver las orejas al lobo, y ahora, tras la recuperación, ciudadanos y empresas se han vuelto más previsores, apuntan desde el sector. En 2016 el seguro registró un ejercicio histórico, en el que todos los ramos crecieron con fuerza y en el que las compañías facturaron casi 64.000 millones de euros, un 12% más que en 2015.

Concretamente, los seguros de no vida crecieron un 4,49%, impulsados por todas las líneas de negocio, fundamentalmente el automóvil, que aumentó un 5,11%, hasta los 10.565 millones de euros, explican desde la patronal Unespa.

Pero también las pólizas sanitarias y las ligadas a la actividad económica y empresarial destacaron especialmente. Las primeras elevaron su negocio un 5,07%, hasta los 7.734 millones, y las segundas, un 4,32%, hasta los 7.637 millones.

Aunque de forma más moderada, la tendencia alcista del negocio ha continuado durante el primer semestre de 2017, con un incremento de facturación del 3,4%, que roza los 34.000 millones, de acuerdo con los datos de ICEA (el servicio de estudios del sector).

Pero ahora las pólizas relacionadas con la actividad empresarial (4.471 millones, un 5,21% más) están creciendo a un ritmo mayor que las de automóvil (5.631 millones, un 4,14% más). Mientras que el ahorro gestionado por el seguro de vida a finales de junio rondaba los 182.000 millones de euros, con importantes crecimientos en algunos productos como rentas vitalicias y temporales, y planes ahorro.

Cambio de mentalidad

Ahora, como expone la vicepresidenta de Capgemini, Lucía González, “se venden más automóviles, se compran más casas y se dan más hipotecas y créditos que favorecen la adquisición de seguros que cubran los riesgos”. Pero también las compañías del sector “han ido cambiando y ofrecen coberturas más amplias y competitivas, y nuevos servicios diseñados para atraer a otros segmentos de clientes”.

Y como ratifica Josué Sanz, director general de desarrollo de negocio de Liberty, “esta mejora en la actividad económica que produce más necesidad de aseguramiento, bien por mayor volumen o por nuevas líneas de negocio, se está traduciendo en un incremento de las primas emitidas”.

Según Jean-Paul Rignault, consejero delegado de AXA, “el contexto de crisis vivido en los últimos años ha modificado el comportamiento de los clientes, que hoy son más conscientes de los riesgos a los que se enfrentan y tienen una mayor necesidad de productos a medida y de un asesoramiento más profesional”.

Aunque también hay voces como la de la presidenta del Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros, Elena Jiménez de Andrade, que no achaca tanto la buena evolución del sector asegurador “al incremento de la conciencia previsora” como a la “mejora de la capacidad adquisitiva” de los ciudadanos.

El sector tuvo un año histórico en 2016. En lo que va de ejercicio, continúa creciendo empujado por las compañías y el automóvil

En Unespa relacionan directamente el tirón del seguro de automóvil con el aumento en las ventas de coches. “El proceso ha venido marcado por la recuperación de la financiación, así como de las ayudas del Plan PIVE, que incentiva la sustitución de vehículos viejos por otros nuevos, para los que se suelen contratar pólizas con más coberturas” (fundamentalmente a todo riesgo). Y desde Mutua Madrileña puntualizan que “la recuperación económica está impulsando tanto los seguros de auto particulares como los colectivos”.

Los relacionados con el ámbito económico y empresarial son otros de los seguros que mejor están evolucionando. Hay que tener en cuenta que la crisis económica que comenzó en 2008 destruyó parte del tejido productivo, como recuerda Raphael Bauer de Lima, director comercial de empresas de Mapfre.

“Este significativo deterioro tuvo un impacto muy negativo en los seguros vinculados a la actividad empresarial (multirriesgo comercio e industrial, crédito, caución, incendios, transportes y otros daños a los bienes), que vieron reducido su volumen de primas en una cuarta parte entre 2008 y 2014”.

Sin embargo, la salida de la crisis ha cambiado la situación y, de acuerdo con Unespa, “el desarrollo de nuevos proyectos empresariales se traduce ahora en la contratación de pólizas nuevas o más completas, que incluyen también coberturas de salud para los trabajadores”.

En general, Luis Roset, director técnico adjunto de Generali, cree que los españoles han aumentado “su mentalidad aseguradora” por “la mayor frecuencia de catástrofes naturales (especialmente fenómenos meteorológicos) y porque disponen de una mayor información sobre los beneficios que los seguros aportan a la sociedad”.

Y José Luis Ferré, consejero delegado de Allianz, apunta que esa tendencia también se está produciendo en el ámbito del ahorro y la inversión. “Lo detectamos, por ejemplo, en las expectativas de crecimiento de productos de previsión, que son positivas; los ciudadanos planifican su futuro con antelación para complementar las pensiones públicas y poder mantener en el momento de la jubilación su nivel de vida”.

Sin embargo, la directora de colectivos de Aegon, María Victoria Oñate, advierte que, en este aspecto, el carácter previsor de los españoles no es precisamente de los más elevados de entre los países de nuestro entorno.

“A pesar de que se está incrementando, el índice de preparación para la jubilación que elabora anualmente nuestra aseguradora sitúa a los españoles en un nivel de previsión de 5,1 sobre 10, casi un punto menos que la media internacional y en los últimos puestos de entre los países encuestados”. Está claro que en este ámbito, el sector asegurador tiene aún mucho camino por recorrer.

Sin ayudas públicas

Al contrario que otros sectores financieros, el asegurador no ha necesitado ninguna ayuda pública para salir adelante durante la crisis económica. “Es una prueba de su solvencia”, destaca el consejero delegado de AXA, Jean-Paul Rignault, que recuerda cómo en 2015 se produjo “una vuelta al crecimiento, tendencia que se ha mantenido hasta ahora y que registró su punto álgido en 2016, con un fuerte crecimiento de dos dígitos”.

Sin embargo, Rignault también reconoce que mientras “los ramos de no vida (auto, hogar o comercio, entre otros) presentan una tendencia estable de crecimiento en torno al 4%”, el de vida, “condicionado por el entorno de bajos tipos de interés, está marcando la ralentización del sector en 2017”.

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