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Nuevo modelos de financiación

Inversión de alto rendimiento humanitario

Fundación La Caixa participa como socio inicial en un innovador sistema de financiación para la Cruz Roja

Un hombre aprende a caminar con sus piernas ortopédica en un centro de rehabilitación de la Cruz Roja en Afganistán.
Un hombre aprende a caminar con sus piernas ortopédica en un centro de rehabilitación de la Cruz Roja en Afganistán.CICR
Rafael Durán Fernández

El creciente número de conflictos en el mundo –solo en África hay activas 25 confrontaciones armadas, según estimaciones de Acnur–, que afectan a millones de personas, plantea un enorme desafío humanitario y el reto no menos ingente de financiar esa ayuda.

Ante la necesidad de atender su cada vez más elevado presupuesto anual, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha puesto en marcha un innovador sistema de financiación: el bono de impacto humanitario, que está llamado a transformar la forma de financiar los servicios prestados a las personas con discapacidades que viven en países afectados por conflictos.

El bono de impacto humanitario se denomina legalmente Programa de Inversión de Impacto Humanitario y en realidad no es un bono, sino una aportación privada, que para esta primera experiencia suma un capital de 26 millones de francos suizos, más de 22 millones de euros. Los pagos iniciales los realizan los inversores sociales –New Re, parte del grupo Munich Re, y otros, como el copatrocinador banco Lombard Odier– para que el CICR construya y ponga en marcha tres nuevos centros de rehabilitación en África (en Nigeria, Malí y República Democrática del Congo), con los que ampliar el alcance del Programa de Rehabilitación Física del CICR (PRF).

Dependiendo de la eficiencia del proyecto, los inversores sociales recuperarán toda su inversión, solo una parte o lo harán con un beneficio adicional

El CICR es el mayor proveedor mundial de servicios de rehabilitación física en países en desarrollo y países frágiles. En 2016, el Programa de Rehabilitación Física estaba gestionando 139 proyectos en 34 países, ayudando a casi 330.000 personas con sesiones de fisioterapia y dispositivos de movilidad, entre ellos, sillas de ruedas, miembros artificiales y aparatos ortopédicos.

El proyecto tiene un plazo de ejecución de cinco años. Al final del quinto año, los socios iniciales, entre los que se cuenta la Fundación Bancaria La Caixa, junto a los Gobiernos de Bélgica, Suiza, Italia y Reino Unido, entregarán sus aportaciones al CICR según los resultados conseguidos.

“Somos el único socio privado que hay en el programa”, destaca Ariadna Bardolet, jefa de proyectos del área internacional de la Fundación Bancaria La Caixa. “Nos pareció muy interesante poder implicarnos desde el principio en esta iniciativa. Llevamos desde 1997, cuando se creó el programa de acción internacional, trabajando en el ámbito de la cooperación y la acción humanitaria, con lo cual tenemos una larga trayectoria y también una larga trayectoria de colaboración con todo el movimiento de la Cruz Roja”, comenta.

Los fondos desembolsados por los socios iniciales (la Fundación La Caixa tiene el compromiso de pagar un millón de euros y lo hará en tres años y no en cinco) serán utilizados para devolver su aportación a los inversores sociales, en parte, en su totalidad o con un rendimiento adicional, dependiendo de la eficiencia conseguida por el CICR en la gestión de los nuevos centros.

Ratio de eficiencia

“Lo innovador también está en el ratio de eficiencia de este proyecto. La medida que determina la devolución a los inversores se realizará al final del quinto año y el ratio de eficiencia es el número de beneficiarios que recupera la movilidad en función del personal de rehabilitación física que trabaje en el centro”, explica Bardolet.

El auditor independiente Philanthropy Advisors revisará los informes de eficiencia presentados por el CICR para los tres nuevos centros, que se compararán con los ocho centros existentes. Si este ratio supera el valor comparativo, el inversor social recibirá su inversión inicial más un beneficio anual. Si el rendimiento de los nuevos centros se encuentra por debajo del valor comparativo, entonces los inversores perderán una cierta cantidad de su inversión inicial.

El programa de pago según resultados también incluye la formación necesaria para el nuevo personal, así como el ensayo y la puesta en práctica de nuevas iniciativas de eficiencia.

De los 90 millones de personas con discapacidades físicas que necesitan un dispositivo de movilidad en todo el mundo, solo el 10%, por término medio, tiene acceso a unos servicios de rehabilitación física adecuados, hecho que da lugar a la exclusión social y económica.

Este nuevo mecanismo de financiación ha sido creado para potenciar la inversión social procedente del sector privado y, con ello, conseguir apoyo para los programas de salud del CICR.

“La idea es empezar con esta primera iniciativa y ver cómo funciona y poco a poco ir extendiendo este modelo a otros proyectos, que puedan ir saliendo más bonos”, señala la responsable de la Fundación Bancaria.

“Creemos que es muy importante incluir la innovación en los programas de desarrollo y acción humanitaria. Y este nos parecía un proyecto innovador, distinto y que va hacia el avance de nuevos modelos de financiación de la ayuda humanitaria”, concluye Ariadna Bardolet.

Cómo funciona el bono

-Los socios iniciales (Fundación Bancaria La Caixa y los Gobiernos de Bélgica, Suiza, Italia y Reino Unido) han hecho una promesa de pago condicionada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) por los resultados conseguidos en cinco años. El valor inicial es de 26 millones de francos suizos (22 millones de euros).

-Con esta garantía, los inversores sociales (New Re y Lombard Odier, entre otros), entregan al CICR la mitad del dinero al inicio y la otra mitad al cabo de un año.

-En los tres primeros años el CICR construirá y equipará tres nuevos centros de rehabilitación en Malí, Nigeria y República Democrática del Congo y formará a personal para estos centros. El cuarto y quinto año, el CICR financiará su funcionamiento.

-La medida que determina la devolución a los inversores sociales se hace a través del ratio de eficiencia del personal: el número de beneficiarios que recupera la movilidad por profesional de dispositivos móviles que trabaja en el centro.

-Si la eficiencia es menor que la media, su aportación será menor que los costes reales. Si es superior, su aportación será mayor.

-Al final de los cinco años, el CICR devolverá su aportación a los inversores sociales con el dinero recibido de los socios iniciales. Estos se enfrentan a pérdidas o rendimiento cero si no se supera el valor de referencia.

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Sobre la firma

Rafael Durán Fernández
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

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