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Google quiere competir con Tesla en las energías limpias y renovables

Tras el proyecto de los de Elon Musk en Australia

Tesla

Hace unas semanas conocíamos los planes de Tesla para construir en Australia la batería de iones de litio más grande del mundo, con el objetivo de ofrecer alternativas de suministro a la parte sur de aquel país, que cada vez es más insostenible. Pues bien, ahora hemos conocido que Alphabet, la matriz de Google, estaría trabajando en un proyecto similar, que buscaría generar energía a un bajo precio con la posibilidad de que esta se pudiese almacenar durante horas o días. Se trata del nuevo proyecto “Malta” de Google, o Alphabet, el conglomerado de empresas creado por Google.

Un segmento del mercado con grandes posibilidades

La principal motivación de Google para meterse de lleno en el desarrollo de esta nueva tecnología tiene que ver con el gran potencial económico que Alphabet ve en el desarrollo de tecnologías alternativas para generar electricidad de forma limpia. De hecho aseguran que en Silicon Valley ya hay una maqueta a escala que reproduce el funcionamiento del llamado proyecto “Malta”, que busca competir con Tesla en ese terreno de las energías sostenibles y renovables.

Render que muestra el funcionamiento de la nueva tecnología de Alphabet
Render que muestra el funcionamiento de la nueva tecnología de Alphabet

Pues bien, este proyecto “Malta” busca ofrece una forma alternativa de generar energía y almacenarla, y todo gracias al siguiente proceso. Este sistema cuenta con cuatro tanques cilíndricos conectados mediante tuberías a una bomba de calor. Dos de ellos están llenos de sal, mientras que los otros dos se llenan con un anticongelante o líquido hidrocarbonado. Este sistema, del que ya existe una pequeña pequeña maqueta en Silicon Valley, absorbe energía en forma de electricidad, al crear dos corrientes de aire, una con aire caliente que aumenta la temperatura de la sal y el aire frío que desciende la temperatura del anticongelante.

En un momento dado se puede invertir el proceso y enviar el aire caliente y el frío a que se precipiten y choquen entre sí, creando la suficiente energía para mover una turbina que genera electricidad. Precisamente el gran aporte de esta tecnología frente a anteriores intentos de convertirla en realidad, es que su funcionamiento se produce a bajas temperaturas, lo que evita tener que disponer de costosos materiales como por ejemplo los acabados cerámicos o el uso de materiales refrigerantes de coste elevado.

Un proyecto que sin duda va en la línea de la gran batería de iones de Litio que prepara Tesla, la más grande del mundo, y que demuestra que este sector puede ser un gran refugio para grandes inversiones de dinero líquido con el que cuentan este tipo de compañías, sobre todo Alphabet.

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