La CNMV pide ya a la banca el impacto en sus cuentas de las nuevas provisiones por activos improductivos
Las entidades deben tasar más de 600.000 activos antes de que finalice el año El sector está seguro de que el mercado comenzará ya a pedir las futuras dotaciones
Los bancos españoles deberán incluir en los próximos resultados de junio, los primeros semestrales del año que tienen obligación de presentar, el impacto que les supondrá la próxima implantación de la directiva internacional sobre provisiones IFRS9. Ha sido la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la institución encargada de hacer esta petición, con lo que se adelanta así a la circular contable que está elaborando el Banco de España.
El supervisor nacional tiene previsto remitir a las entidades financieras en los próximos días el borrador de la adaptación en su circular contable 4/2004 en su anejo IX de la directiva IFRS9 aprobada ya a nivel internacional.
En una reunión mantenida la semana pasada entre técnicos del Banco de España y el sector financiero, el supervisor aseguró que la futura circular contable diferirá poco de la normativa internacional, que cambia su metodología para realizar las provisiones bancarias. Se pasa de pérdida incurrida, como provisiona en la actualidad la banca española, a pérdida esperada.
Además, les transmitió que en breve tendrán el borrador para, una vez que el sector realice sus alegaciones, aprobar dicha norma entre octubre o noviembre, o a más tardar diciembre. Hay que tener en cuenta que la nueva normativa entra en vigor el 1 de enero de 2018. Aunque todas las entidades consultadas por este periódico aseguran que una vez que la CNMV ha pedido una aproximación de su impacto en los resultados del primer semestre, y de la aprobación definitiva de la directiva internacional, “el mercado exigirá ya su aplicación inmediata, con lo que prácticamente todas las entidades aplicaremos ya la norma en nuestro patrimonio (el primer año afecta al capital). De momento, todos estamos o vamos a comenzar a tasar nuevamente nuestros activos otra vez para llevar a cabo las nuevas provisiones”, explica un destacado directivo de una de las principales entidades financieras españolas.
Con la muestra que va a realizar la institución que dirige Sebastián Albella se pretende que los inversores tengan todos los indicadores que pueden alterar en un futuro el resultado o capital de una entidad. “Supone un medio más para dar una guía al mercado de lo cuantitativo que puede ser el cargo inicial de la norma en los resultados o en el patrimonio. Es cuestión de transparencia”, subraya otro directivo bancario.
La banca, en conjunto, destaca la importancia de esta nueva norma y su efecto tanto en la cuenta de resultados como en su ratio de capital. Inicialmente, es decir al cierre del presente ejercicio se reflejará en el capital y en 2018 ya en la cuenta de resultados.
Cómo medida transitoria la institución que dirige Luis María Linde ya ha comunicado a las entidades financieras que durante el primer año de aplicación de la nueva normativa de provisiones su impacto se lleve contra capital, en vez de contra la cuenta de pérdidas y ganancias, como se cargan tradicionalmente las provisiones por impagos.
Será a partir de 2018 cuando estas nuevas provisiones sobre pérdidas esperadas afecte a la cuenta de resultados.
Según cálculos iniciales del sector y teniendo en cuenta el texto de la directiva de Basilea aprobada hace unos meses, esta nueva circular tendrá un impacto negativo en los ratios de capital de la banca de unos 30 a 50 puntos básicos en un número destacado de entidades. Fuentes de la AEB, sin embargo, consideran que el impacto será más ligero, y el Banco de España mantiene que para el conjunto del sector será neutro. “Todo depende de las entidades, pero no es lo mismo provisionar una pérdida incurrida que una prevista. Y aunque tengas aprobados los modelos internos para llevar a cabo tus cálculos, la norma no es neutra”, asegura un ejecutivo de un gran banco.
Eso sí, todos recuerdan que la firma más afectada por esta circular parecía ser Popular. La nueva circular del Banco de España obliga a las entidades financieras a volver a tasar todos sus activos, incluidas las refinanciaciones y los adjudicados. Fuentes financieras mantienen que ello supondrá poner en manos de las tasadoras más de 600.000 activos para volver a ponerles precio. Las tasadoras, inicialmente, tienen que ser diferentes a la que valoraron estos activos el pasado año, cuando entró en vigor el anejo IX aprobado por el Banco de España.
El supervisor nacional quiso el pasado año adelantarse en dos ejercicios a las nuevas normas internacionales sobre provisiones, razón por la que aprobó una circular transitoria, con la que pretendía que el sector comenzara a desaguar su lastre inmobiliario antes de 2018. Ahora va a adaptar ya definitivamente la circular a la directiva de Basilea.