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Lecta dará preferencia a crecer e invertir antes que a pagar dividendos

La papelera arranca su ‘road show’ a los fondos con un relato de crecimiento La compañía no retribuye al menos desde 2006

Radiografía de Lecta
Belén Trincado

Popular ha desaparecido de sopetón de la Bolsa. Pero hay un plantel de compañías que se preparan para sus debuts en el mercado. Unicaja Banco y Lecta se disputan el honor de protagonizar la cuarta puesta de largo en el mercado. La papelera –dueña de la española Torras, la italiana Cartiere Garda y la francesa Smurfit Condat– lleva unos días de ventaja, puesto que el viernes 9 ya arrancó el periodo de presentaciones entre inversores (road show, en la jerga), con la intención de estrenarse en la última semana de junio.

La operación está pilotada por Rothschild como asesor. UBS y Credit Suisse son los coordinadores, y también están BBVA, Deutsche Bank, Unicredit, CaixaBank y Kepler Chevreux.

Una de las bazas con las que Lecta saca músculo ante los inversores es que no es una empresa papelera al uso. Su intención es crecer. Y lo hará a costa incluso del dividendo, que condicionará a que no existan oportunidades de inversión, según fuentes conocedoras de la operación. “El dividendo no será prioritario y se situará, en caso de que se entregue, claramente por debajo del 50% de los beneficios. Esto es lo que nos han pedido los inversores y lo que les ofrecemos”, según una persona al tanto de los detalles de la salida a Bolsa.

La empresa no ha entregado dividendo desde 2006, fecha desde la que existe información financiera pública. En los cinco últimos ejercicios, además, ha perdido dinero: 11,7 millones en 2016, 21,2 en 2015, 66,9 en 2014, 112,7 millones en 2013 y 68,2 en 2012. Con la ampliación de capital y la reducción de la deuda, pondrá rumbo de nuevo a los beneficios: en 2011 ganó cerca de 20 millones de euros.

Lecta se desliga de empresas competidoras como Europac, con una rentabilidad por dividendo estimada del 4,2%, Ence (3,2%) o Iberpapel (2%), según Reuters. A cambio, ofrece un crecimiento que sus rivales no tienen como bandera.

En 2016, elevó su beneficio bruto de explotación (ebitda) un 14,1%, hasta los 125,1 millones, propulsado por el negocio de los denominados papeles especiales. En esta definición se incluye todo lo relacionado con el embalaje y las etiquetas de paquetería, en pleno auge con el comercio electrónico. Esta área supuso el 33% del ebitda el año pasado, frente al 26% de 2015, y ahora se sitúa en el entorno del 40%.

“Las ventas de papeles especiales han crecido los dos últimos años una media del 9,5% anual”, puntualiza la empresa en una nota.

La compañía partirá como la tercera empresa española por valor en Bolsa del sector con entre 400 millones y 490 millones. Se situaría por debajo de Ence, que con 865 millones de euros es en realidad un productor de celulosa, Europac (740 millones) e Iberpapel (331). Estas tres registran notables subidas en Bolsa en el año en curso, con un 23,6%, un 47% y un 26%, respectivamente.

El momento elegido por Lecta es idóneo, y los inversores están respondiendo de manera favorable, según fuentes financieras. Tienen de plazo para elevar al máximo el precio por acción, que oscilará entre los 0,6 y los 1,2 euros por acción. La dispersión es elevada, pero los ingresos que recaudará están fijados de antemano en 315 millones de euros. Si vende al máximo, emitirá 262,5 millones de títulos, y si los coloca al mínimo, 525. 

La mayor parte de la inyección de capital se destinará a reducir deuda. Amortizará el 100% de los bonos por 225 millones que lanzó en 2016, que pagan el 6,375% anual y que vencen en 2016, y repagará hasta el 35% de los 375 millones que emitió en la misma fecha. Estos últimos abonan un 6,5%. También utilizará 40 millones de euros para afrontar los costes de la salida a Bolsa y el bonus de los directivos, que estará ligado al precio de las acciones que se fije en la oferta. Con la reestructuración de la deuda, la empresa que dirige Eduardo Querol como consejero delegado tendrá una ruta clara de beneficios futuros, al reducir de forma contundente sus gastos financieros. Estos alcanzaron el año pasado los 89 millones de euros.

La deuda neta de la papelera era de 651 millones a cierre de 2016. Y esta quedará en unos 380 millones de euros tras la ampliación.

La capitalización máxima daría una ratio de valor de empresa (pasivo neto más cotización en Bolsa) entre el ebitda de 2016, inferior a las siete veces. Por debajo de las 7,7 veces estimadas para este ejercicio para Europac e Iberpapel (ambas cotizan a ratios muy similares en este apartado), según Reuters.

Los actuales accionistas de Lecta venderán entre 56,1 y 78,8 millones de acciones, si se amplía la operación: ingresarán entre 34 y cerca de 100 millones de euros.

CVC controla el 61,1% del capital, mientras que el 38,9% restante está en manos de otros private equities –Adavale Global, MidOcean e ICG– y del equipo directivo.

Unicaja sigue trabajando en su estreno

La entidad que preside Manuel Azuaga también quiere salir a finales de junio o inicios de julio a Bolsa;aspira a una valoración en el entorno de los 2.400 millones de euros.

El ejército de bancos encargados de sacar el banco andaluz a Bolsa sigue trabajando. Los coordinadores son Morgan Stanley y UBS. También participan Citi y Credit Suisse, y en un tercer nivel Alantra, Fidentiis y Stifel Nicolaus. Mientras, Rothschild es el asesor de la entidad. 

El desplome en Bolsa de Liberbank cercano la 40% la semana pasada, tras la intervención de Popular, no debería ser un obstáculo para Unicaja Banco. Sus ratios son muy diferentes. Por ejemplo, en cobertura de activos exhibía un 55% a cierre de 2016, por encima de CaixaBank (50%), Bankia (48%) y Sabadell (47%). Liberbank los tenía cubiertos al 40%.

Las otras salidas. Prosegur Cash, Neinor y Gestamp se estrenaron en el mercado español en marzo y abril. Las tres debutantes han dejado un buen sabor de boca a los inversores. Acumulan alzas del 15%, del 14,2% y del 7,1% respectivamente, frente a sus precios de referencia para el debut.

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