El ‘spinner’, también en versión lujo
El juguete es el rey del recreo, y desde mañana estará en el quiosco con ‘El País’ La firma Octobrachia diseña uno en oro blanco y con diamantes por de 92.481 euros
Si el año pasado era Pokemon Go el que volvía locos a pequeños y mayores, esta temporada, los spinners son lo que se lleva en el patio del colegio. Cada poco tiempo aparece un invento que se pone de moda entre los más pequeños: pasó con las pulseras de goma, con los tazos y con los Tamagotchi, pero esta vez, el juguete ha traspasado la frontera de la edad y ya hay más de un adulto que lo utiliza.
Su creadora fue la estadounidense Catherine Hettinger, de 62 años, que inventó el objeto en 1993 a raíz de una enfermedad, miastenia, que le provocaba fatiga constante. El spinner era una buena manera de seguir jugando con su hija, a pesar del dolor muscular que sufría. Sin embargo, en 2005 perdió la patente, pues no se podía permitir los 360 euros que costaba renovarla, de modo que Hettinger no se ha llevado ni un céntimo por la fiebre que ha levantado su invento.
Los spinner se extendieron como remedio antiestrés, aunque aún no está completamente demostrada su eficacia en este sentido, y algunos profesores lo recomiendan para niños diagnosticados con TDH (déficit de atención con o sin hiperactividad). Muchos se sorprenden porque la obsesión por los spinners ha conseguido que los más pequeños se olviden de sus teléfonos móviles y los videojuegos, aunque ya hay aplicaciones para smartphone que reproducen el juego.
El éxito se debe, entre otras razones, a que cabe en la palma de la mano y tiene un mecanismo sencillo, hacer girar el spinner sobre un dedo. Sin embargo, sus usuarios no se han quedado ahí, han desarrollado su ingenio y ahora el objetivo consiste en tratar de que el spinner gire sobre cualquier cosa: la nariz, las mascotas, sobre otros dispositivos... En Internet se pueden ver numerosos vídeos sobre nuevos usos y competiciones para ver quién consigue utilizarlo de una forma más original. De hecho, en Amazon, hay varios spinners situados entre los juguetes más vendidos. Se pueden encontrar infinidad de modelos diferentes, hechos de plástico, de metal, con las habituales tres aspas, con dos, o con cinco, incluso hay diseños tan originales que se iluminan. El precio de los spinner comienza alrededor de los dos euros (como los que se pueden conseguir con El País desde este fin de semana), pero la fiebre ha llegado a tal punto que hay diseños que sobrepasan los cientos de euros.
Uno de los ejemplos más llamativos es el spinner de edición limitada en oro blanco y diamantes que ha creado el diseñador Steve Raffner para su proyecto Octobrachia, en el que convierte materiales populares en objetos de lujo. El Spinget Luxury está compuesto de 950 diamantes Top Wesselton sobre una base de oro blanco de 18 quilates. Está a la venta desde 92.481 euros, aunque ofrece un modelo más asequible, fabricado en latón, por 75 euros.