Las grandes promotoras arrancan 22.500 viviendas este año
Las inmobiliarias ligadas a fondos internacionales lideran la construcción Los ‘servicers’ de la banca son otros de los actores clave en la obra nueva
Tras la bomba nuclear que supuso la crisis financiera e inmobiliaria para el panorama de las empresas del ladrillo, comienza a surgir un tejido empresarial volcado en la construcción de vivienda. Al calor de la recuperación e impulsado por las nuevas compañías con capital internacional, las mayores promotoras ya prevén iniciar hasta final de año alrededor de 22.500 casas, con los datos recogidos por este diario y proporcionados por las empresas.
El mercado promotor en España ha estado tradicionalmente muy atomizado, con pequeñas empresas locales activas en su área más cercana de actuación y así continúa tras la reactivación. La estimación de Servihabitat señala que arranquen cerca de 80.000 viviendas en 2017. El peso de las 20 mayores será de alrededor del 28% de la edificación prevista.
Especial relevancia en esta edificación tienen las promotoras ligadas a fondos extranjeros. La más conocida de ellas es Neinor, cotizada desde marzo y la primera empresa enteramente residencial que debutaba en una década en Bolsa. Esta compañía impulsada por el fondo estadounidense Lone Star, prevé empezar 1.107 viviendas. A un nivel algo superior en sus previsiones se sitúa Aedas, con 1.700 residencias, del fondo Castlelake, que trabaja también en su OPV para otoño.
Las menos conocidas de ellas, ASG Iberia, participada por el fondo Activum, prevé comenzar alrededor de 1.000 casas, y Kronos Homes, del inversor francés Kronos Investment Group, espera llegar a las 689.
Dos empresas capitaneadas por el fondo estadounidense Värde Partners también estarán entre las más activas.
Por un lado, Aelca, controlada en un 75% por Värde, prevé construir 1.900 viviendas a lo largo del año. A un ritmo similar, 1.700 unidades, se sitúa Vía Célere. Esta empresa presidida por Juan Antonio Gómez-Pintado fue adquirida por la firma americana a principio de año y fusionada con la recién creada Dospuntos. De esa integración está prevista que salga uno de los grandes actores del sector a futuro, que prevé cotizar a partir de la primavera de 2018.
Precisamente Vía Célere, creada en 2007, es una de las escasas inmobiliarias que han seguido construyendo durante la crisis, que se llevó por delante a la mayor parte de las que anteriormente brillaban entre la crème de la economía. Desapareció Martinsa-Fadesa, Reyal Urbis está cerca de entrar en liquidación, Vallehermoso se diluyó en Sacyr, Nozar continúa en concurso de acreedores y otras grandes como Colonial, Metrovacesa y Realia sobrevivieron segregando o paralizando el negocio promotor e impulsando el patrimonialista.
Otra de las que reinaba en aquella época es Astroc, cuyas cenizas recogió Quabit, presidida Félix Abánades, que durante estos años ha estado prácticamente focalizada en la tarea de saneamiento de deuda. Tiene previsto iniciar casi 700 viviendas y para el año que viene 950 unidades.
Entre las supervivientes se encuentra también la constructora Amenabar, con estimación de 1.680 casas, la cotizada sevillana Insur (598), Habitat (625), Grupo ACR (600), el holding Inbisa (1.000), Inmoglaciar (800)y Monthisa (300). Otra de ellas es Pryconsa, que no ha contestado a la petición de datos realizada por este diario.
Uno de los grandes supervivientes de la época dorada es la ahora conocida como Metrovacesa Suelo y Promoción –controlada por Santander y BBVA–, que se dedica solo al negocio residencial tras desligar sus activos terciarios en la socimi Merlin Properties. Los bancos siguen aportando activos a esta sociedad, que se espera que sea la mayor del sector cuando vuelva al negocio tras unos años de profundo saneamiento. La empresa estima levantar 514 casas este año. Un caso similar es el de Realia, controlada actualmente por el magnate azteca Carlos Slim, que el pasado año anunció que volvía a la promoción, aunque sin datos concretos todavía.
Siguen también activas las divisiones de Acciona (1.039 casas a iniciar) e Iberdrola, que vuelve al ladrillo tras la crisis con el lanzamiento de 400 residencias.
Durante 2017 volverán a tener un papel crucial en la promoción los servicers de la banca, nacidos para gestionar los activos inmobiliarios de las entidades (viviendas y también suelo y promoción sin terminar). Solvia, del Sabadell, prevé construir 2.033 unidades, Altamira, de Santander y Apollo, otras 2.665 (también de llave en mano para otros promotores), y Anida, de BBVA, otras 1.509.