La subasta de lujo entra en el siglo XXI
Una actividad de casi tres siglos de historia vive un momento de cambio Las pujas online crecen, pero los lotes más caros siguen en la subasta física
Su mecánica apenas había sufrido modificaciones en los últimos tres siglos:una persona ubicada en el centro de una sala anunciando uno por uno los lotes a la venta y animando, a viva voz, a los postores a pujar más alto. La oferta más alta ganaba la subasta, y el comprador accedía desde ese momento a su preciado objeto. Así lo hizo este jueves Yusaku Maezawa, un milmillonario japonés que pagó 98 millones de euros por un cuadro de Jean Michel Basquiat, haciéndolo el más caro de la historia para una obra pintada después de 1980. Pujó en vivo, en la sala donde Sotheby’s celebraba su subasta de arte contemporáneo en Nueva York.
Maezawa no solo competía con los allí presentes. Hace años que las casas de subastas abrieron las pujas telefónicas y después por internet, pero ha sido en el último lustro cuando esta última vía ha empezado a ser relevante y una apuesta decidida para empresas con casi tres siglos de historia, en una actividad donde el respeto a la tradición es básica. “La tecnología está cambiando muchísimo nuestra actividad”, reconoce la consejera delegada de Sotheby’s en España, Aurora Zubillaga. Esta casa de origen británico vendió objetos por valor de 150 millones de dólares a través de su plataforma online en 2016, un 20% más que en 2015. Por ese canal vendió el 20% de todos los lotes que subastó el año pasado. “Hemos invertido muchísimo en las nuevas plataformas porque todo va hacia allí. Son una manera efectiva de llegar a nuevos clientes: el 53% de los que las usaron el año pasado lo eran”, detalla Zubillaga.
Para la responsable de Christie’s en España, Carmen Schjaer, el actual es el mayor momento de cambio que ha vivido esta actividad. “El año pasado crecimos un 109% en ventas online. El 33% de los nuevos clientes vienen a través de la red, y de ellos, el 36% tienen menos de 35 años. Llegan compradores de países que parecían insospechados, y esto va a seguir creciendo”, afirma.
Internet les permite rejuvenecer su cartera de clientes, con personas que sin las herramientas online no se acercarían al mundo de las pujas. Por ello, las casas han incrementado el abanico de posibilidades. No solo permiten pujar en directo desde la red en subastas físicas, sino que están intensificando la creación de ventas exclusivas online. “Las hemos duplicado en los últimos dos años, y este año volveremos a hacerlo respecto al anterior”, detalla Zubillaga. Eso sí, el valor de los objetos y de las pujas es inferior a lo que puede verse en las sesiones tradicionales. “Son subastas de fotografía, mobiliario... Cosas que se están probando, y hasta ahora todas tienen resultados fantásticos”, destaca la responsable española de Sotheby’s. “Son lotes de menos valor, pero empiezan a verse adquisiciones considerables. El online tiene el inconveniente de no poder ver una obra al natural, y nadie se quiere arriesgar a comprar una cosa demasiado cara sin verla. Tiene esa limitación, pero no todo el mundo puede viajar a Nueva York para una subasta”, analiza Carmen Schjaer.
Pese a todo, la digitalización de las subastas no acabará con el formato físico, al menos a corto plazo. “Son eventos de celebración de todo el trabajo que hay hasta presentar los lotes: encontrar la obra, catalogarla, valorarla... Y el frenesí de la puja, la magia que se crea en la sala, es algo que hay que vivir”, describe Aurora Zubillaga, quien destaca, además, la necesidad de mantener un contacto cara a cara con los clientes y las obras. Ha sido en eventos físicos donde se han alcanzado cifras como las de Jean Michel Basquiat, o los 52 millones pagados por una escultura de bronce de Brancusi en una subasta de Christie’s, solo en este mes. Mayo es crucial en el calendario, y visto lo visto, el balance no puede ser mejor. Carmen Schjaer atestigua que “el mercado va mucho mejor que el año pasado”. Entonces, las ventas de Sotheby’s y Christie’s descendieron, un escenario improbable para el actual.