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Momento de plantear el próximo curso

Cómo elegir el préstamo para financiar nuestros estudios

Cursos de menos de un año Postgrados y estudios en el extranjero de más de un año Distintos tipos de financiación según el plazo y estudios

Librería universidad
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Cursos que se acaban…. Y otros que empiezan, al menos, a planificarse. Con mayo llega la recta final de las universidades y la preparación de unos exámenes finales de cuatrimestre que se han adelantado al que hasta hace unos años era el clásico final de curso en junio. Con ello, llega el momento para muchos de elegir que hacer: un postgrado, marchar al extranjero, otra carrera, especializarnos en alguna determinada materia, etc.

Las posibilidades son muchas, dependiendo de nuestros objetivos, y con ello nos encontramos con un abanico extenso de opciones con grandes diferencias. No sólo de precio, que las hay y muchas si optamos por un centro de prestigio o marchamos fuera de España, también del objetivo que tenga y la duración del curso. Desde luego, lo primero que nos tenemos que fijar es en el contenido y objetivos de la formación, su profesorado, referencias, etc., pero la realidad, es que su coste es otro elemento fundamental, ya que, en la mayoría de los casos acabaremos financiándolo. Por ello, es de suma importancia poder escoger la forma que mejor se adecúe al tipo de enseñanza.

Tanto si son matrículas universitarias, acotado su coste, año a años, como otro tipo de formación más a corto plazo, debemos centrarnos en formas de financiar en plazos acordes a la duración del curso. Si el curso es de un año lo ideal es poder fraccionar el pago de su coste en las 10 u 11 cuotas que correspondan con los meses de enseñanza.

Eso sí, no es tan simple muchas veces como fraccionar la matrícula, ya que a veces no es el único gasto o, incluso, no es el más relevante. Si este curso, lo haces en el extranjero o lejos de tu hogar, los gastos manutención, transporte o alojamiento pueden ser los más importantes. Si añadiendo los mismos se eleva la cuota a pagar, podemos aumentar el plazo, por ejemplo, a 18 meses o 2 años, siempre que no se solape con otro préstamo futuro. La entidad financiera lo verá más correcto y con menos riesgo de impago, facilitando la concesión del mismo.

Con un postgrado o una estancia en un centro de prestigio en el extranjero durante más de un año, nos encontramos con formación con un coste mucho más importante y por ello, más necesidad de financiación. Por ello, muchas empresas o centros de formación que imparten o comercializan estos cursos suelen ofrecer su propia financiación. Esto es una garantía importante y nos da seguridad, pero no debe suponer nunca analizar bien que ofrecen otras entidades financieras, por si podemos encontrar mejores condiciones.

El tipo de financiación es muy distinto, mucho más a largo plazo, en el que, si se puede, tenga añadidos importantes que nos permitan pagar con más tranquilidad, como la existencia de un plazo de carencia en el que sólo pagamos intereses y así las cuotas son más reducidas. Es común, y positivo, que muchos se alargue el final de pago bastantes años después de terminar el curso. Con ello, lo que se intenta es que coincida la mayoría del pago cuando el hoy estudiante ya tenga un trabajo, el cuál debería haber mejorado su remuneración gracias a esta formación. También analicemos si debemos incluir más gastos.

Eso sí, a cambio son prestamos con comisiones más elevadas (apertura, estudio y amortización anticipada) pero dado su plazo superior, se reflejan con menor impacto en su coste global que medimos por la TAE.

El objetivo es desde luego financiar nuestra formación, pero siempre de una forma más adecuada.

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