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Mi idea de negocio es un ‘pelotazo’: ¿cómo la protejo?

Cuándo y cómo se deben proteger los proyectos emprendedores

Eres un emprendedor al que se le ocurre una buena idea de negocio, con perspectivas de éxito. Lo más recomendable es comenzar a desarrollar la idea, ponerla en marcha, ponerse en contacto con profesionales y partners que ayuden a que el proyecto sea una realidad… pero, ¿cómo protejo mi idea para que no me la roben? ¿Es recomendable salvaguardar el proyecto antes de desarrollarlo? ¿Cómo se debe realizar este proceso?

Lo primero que se debe tener en cuenta es que las ideas en abstracto no se pueden proteger. Esto significa que, para poder tener en exclusiva un negocio, debe tratarse de una idea en firme, en la que se hayan puesto sobre la mesa los pros y los contras, el público objetivo, la forma de comercialización, el proceso de producción, etc.Es decir, la idea debe estar lo bastante avanzada como para poder ofrecerla a los clientes.

Según asegura López Bravo “mientras no exista cierto desarrollo de la idea (aunque sea imperfecto o incompleto) es conveniente no decir nada”. Una vez el proyecto se encuentre en una fase de desarrollo importante es “necesario suscribir contratos de confidencialidad y no competencia con las personas o instituciones a los que les ofrezcamos la idea desarrollada convenientemente. Si el desarrollo es ya suficiente para cubrir la mayor parte de la idea, entonces habrá que presentar una solicitud de patente o de modelo de utilidad”. En caso de trabajar con partners o terceros es preciso informarles sobre la solicitud de patente. Además, antes de nada, hay que asegurarse de que se trata de una idea patentable, porque existen ciertos requisitos.

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Aunque es difícil establecer un precio cerrado, las tasas de solicitud de una patente se sitúan en tornos a los 800 euros. A esto “hay que añadir lo que le cueste preparar la memoria y reivindicaciones, seguir la tramitación, vigilar los plazos, etc.”, en palabras del director de comunicación de Herrero&Asociados. Además, a esto hay que añadir, que las pymes suelen tener una infraestructura insuficiente para poder poner todo en marcha. Todo ello conlleva tiempo y dinero, por lo que López Bravo recomienda pedir varios presupuestos “antes de encargar un trabajo y que en el presupuesto se especifique muy claro qué servicios se van a ofrecer por los importes que se cobren”.

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