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Así se construye un máster

Los nuevos programas intentan aunar las aspiraciones del alumno con las necesidades de la industria y prever el futuro

Isstock

Cada curso las escuelas de negocios intentan ampliar su oferta con nuevos y atractivos másteres que potencien su competitividad y atraigan más alumnos, pero no siempre resulta una tarea fácil. Primero hay que inventar un programa que aún no exista en el mercado y, después, acometer un concienzudo proceso para construirlo.

Eso sí, los contenidos deben aunar tanto las necesidades de la industria como las aspiraciones de los alumnos, y además prever cómo serán estas en el futuro. Algo que solo se puede conseguir manteniendo un contacto permanente con la industria y la sociedad, advierte Esteve Almirall,director académico del programa MSc in Business Analytics (MIBA) de ESADE Business & Law School.

Conocer y diferenciar

Por lo tanto, antes de lanzar cualquier programa es necesario conocer a fondo la oferta ya existente, expone Almirall. En segundo lugar, “tomar el pulso de las necesidades de la industria, planteándose qué espera de la universidad y qué tipo de perfil le gustaría encontrar y contratar”. Y, a continuación, diseñar un proyecto “que aporte un valor diferencial”.

Y es que, como asegura Jordi Díaz, director de programas de EADA Business School, “el curso debe tener en cuenta todos los grupos de interés a los que pretende dar servicio”. “Se ha acabado la época en la que el equipo académico definía una formación y los alumnos y las empresas la consumían”, advierte.

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Las consultoras de recursos humanos “pueden ayudar a las escuelas de negocios a detectar las nuevas necesidades de las empresas”, indica Josep Maria Altarriba, decano de EAE Business School. Este centro no toma ninguna decisión sobre nuevos programas sin consultar a su consejo asesor, “del que forman parte un centenar de directivos de grandes compañías”.

 Estructura robusta

Una vez definidos los objetivos y el tipo de alumno al que se dirigirá el máster, comienza su construcción. Ignacio Soret, director del departamento de investigación de ESIC Business & Marketing School, recomienda “crear una estructura básica robusta, definir la metodología de aprendizaje, elaborar suficiente documentación (pero no demasiada), establecer normas de evaluación concretas, prever un profesorado tanto docente como profesional y ejercer un control exhaustivo del rendimiento del alumno”.

Se acabó la época en que los académicos definían una formación y los estudiantes la consumían", según EADA

Para acertar con los contenidos, Joaquín Calvo, director del área de posgrado de ESIC, cree que lo mejor es “preguntar a las empresas qué esperan de los futuros empleados; y dejar que los profesores elegidos para impartir las clases revisen cada tema”.

Temario, sesión a sesión

A continuación se determinará el temario de cada sesión y seminario, con la documentación oportuna. “Esta debe ser completa y apoyarse en casos de estudio y lecturas recomendadas”, anota Calvo. Además, algunos programas, como el MBA (Master in Business Administration) del IESE, incluyen el desarrollo de valores personales. Su director, Carlos García Pont, puntualiza que “el método de trabajo es el aprendizaje y la reflexión, y lo más importante son los juicios prudenciales que se realizan en la toma de decisiones y su puesta a cabo”.

Casos de estudio

Otro de los puntos clave es la creación de casos de estudio. Ignacio Soret recomienda partir de un ejemplo de éxito demostrable, ya que “aunque un fracaso es muy aleccionador, difícilmente se encontrará a quien quiera hablar de él”. Y, posteriormente, pedir colaboración a la empresa en cuestión, procurando no utilizar un nombre ficticio porque restaría credibilidad al ejemplo. “Es importante identificar cada caso con unos objetivos de aprendizaje determinados, valorar su relevancia y actualidad, y asegurarse de que no se refiere a un tema demasiado particular”, prosigue.

El caso contará una historia protagonizada por un directivo y el alumno deberá ponerse en el papel de este y tomar las decisiones correspondientes. “El problema planteado habrá de quedar claro, pero también podrá incluirse información no relevante para que el alumno aprenda a discernirla; y, finalmente, habrá dos o tres preguntas para promover un debate interno en el grupo de trabajo y la posterior puesta en clase”. 

Eso sí, los casos actuales poco tienen que ver con los que se utilizaban antes. Jordi Díaz recuerda que hace tiempo se planteaban situaciones de negocio en un contexto determinado, mientras que ahora se consideran coyunturas más inciertas y cambiantes.

Últimas tendencias

Los nuevos másteres también se están adaptando a las últimas tendencias de la sociedad. El director de programas y relaciones internacionales de EADA apunta dos grandes temáticas incorporadas a los contenidos de mayor nivel: la transformación digital, y la geopolítica y geo­economía. “Los futuros directivos tienen que adquirir conocimientos que les permitan entender el mundo, cómo afecta la victoria de Trump, el Brexit, el renacer de los populismos…”, sostiene Jordi Díaz.

Buscamos establecer un diálogo constante entre los alumnos, los profesores y la industria, dice Almirall

Esteve Almirall recuerda que Esade ha incorporado en sus programas elementos como bases y análisis de datos, módulos de big data, modelos de negocio del sector digital y plataformas de crecimiento; asignaturas como inteligencia artificial o plataformas cloud; y ámbitos como fintech, marketing, industria 4.0 o smart cities. Además, “hemos profundizado en áreas como modelos de negocio digitales, marketing digital, blockchain, etcétera. “Buscamos establecer un diálogo constante entre los alumnos, los profesores y la industria, plasmado en encuentros y en proyectos reales tutelados por empresas punteras”.

 Nuevas materias

IE School of Human Sciences and Tech­nology dará la bienvenida el próximo año académico a tres másteres nuevos con un importante componente digital: Experiencia del Cliente e Innovación, Ciberseguridad, y Desarrollo de Talento y Recursos Humanos. Su decano,Lee Newman, asegura que “sacamos las partes más relevantes del mundo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) y se las enseñamos a nuestros alumnos en un formato de máxima aplicabilidad a la realidad”.

Y ESIC ha incluido en sus programas materias como diversidad cultural, globalización, sostenibilidad, RSC o marketing digital. Todo ello, como apunta Joaquín Calvo, para que los alumnos adquieran los conocimientos y habilidades más demandados por las empresas y cuando llamen a sus puertas sea más fácil que les den un empleo.

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