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Inversión

“Si el consejero delegado es el dueño estamos tranquilos”

Entrevista con Birgitte Olsen gestora de fondos de Bellevue Entrepreneur

Birgitte Olsen, gestora de Bellevue Funds.
Birgitte Olsen, gestora de Bellevue Funds.Juan Lázaro
Miguel Moreno Mendieta

Birgitte Olsen es una convencida de las ventajas que tiene invertir en compañías controladas por grupos familiares. La gestora para la que trabaja –Bellevue Funds, con sede en Zúrich– ha concentrado su oferta en fondos de inversión especializados en esta temática. El más antiguo, centrado en compañías suizas, ha rentado el doble que su índice de referencia desde que se creó en 2006. Esta especialista visita España para promocionar el nuevo fondo sobre compañías familiares de pequeña capitalización, y para verse con directivos de compañías en las que invierten, como Vidrala. Ella y sus dos colaboradores mantiene 350 reuniones al año de este tipo.

Tras los pasos de grandes empresarios

Lujo, corchos, piscinas, logística. El espectro sectorial en el que invierten los fondos de Bellevue es muy amplio, pero siempre hay un común denominador: todas sus compañías en cartera tienen detrás a un gran empresario fundador. Es el caso de Swatch, el grupo relojero suizo fundado por Nicolas Hayek. “Supo resistir durante la crisis, cuando todos le recomendaban que redujera la capacidad de producción. Al final, su estrategia fue la correcta, porque con la recuperación ganó cuota de mercado con facilidad”, explica Birgitte Olsen.

En Portugal, Bellevue ha entrado en el accionariado de Corticeira Amorim, el líder mundial del corcho. “La familia tenía más del 85% del accionariado, y les recomendaron vender algo más, para dar mayor liquidez a la acción y atraer inversores. Fue un éxito. Además, es una compañía que ha invertido en innovación, con un sistema que permite detectar que corchos se van pudrir”.

Otro ejemplo de éxito de una compañía familiar es la francesa JCDecaux. “La fundó el padre de los dos gerentes actuales. Fue el inventor de los anuncios en paradas del autobús. Ahora tiene también el 60% de los anuncios de los aeropuertos de todo el mundo. Con los paneles digitales, las grandes multinacinoales pueden hacer presentaciones de nuevos productos de forma instantánea en todo el mundo. Además, aprovechan momentos de crisis para comprar barato, como el caso de Cemusa en España”.

Pregunta. ¿Qué ventajas tiene invertir en una compañía que controla una familia?

Respuesta. Cuando una empresa está en manos de un grupo familiar, normalmente tiene un estrecho control sobre el negocio. Estas empresas son más conservadoras, más prudentes, y al mismo tiempo, más valientes cuando llega una crisis. Son capaces de resistir cuando están convencidas de que el negocio funciona. Este modelo permite una mejor alineación de intereses. La familia trabaja para sí misma, para cuidar su patrimonio, al tiempo que trabaja para nosotros.

P. ¿A partir de qué nivel consideran que la familia es propietaria?

R. Buscamos firmas en las que tengan más del 20% de los derechos de voto, pero sobre todo que tengan una posición de control.

P. ¿Detectan casos de nepotismo?

R. En ocasiones. Pero somos conscientes de que la meritocracia tiene sus límites. Buena prueba de ello son los esquemas de incentivos que había en parte de la banca, donde muchos directivos tenían incentivos perversos para tomar riesgos excesivos, aunque fuera en contra de los intereses de su compañía.

P. ¿Eso no ocurre en compañías familares?

R. Estas empresas suelen estar más pendientes de los intereses de todos los grupos: empleados, clientes, gestores y propietarios. Intentan construir relaciones a largo plazo, mantener el empleo durante los periodos de crisis... Está claro que te puedes equivocar, pero creemos que asumimos menos riesgos. Si no hay una familia encima es más fácil que haya un gestor que tome decisiones demasaido arriesgadas. No hay tanto nepotismo como se podría pensar.

P. ¿Prefieren que la familia participe en la gestión?

R. No me importa. Tenemos un estudio elaborado junto a una universidad de Shangai, que nos ha permitido observar cómo actúan estas firmas. Siempre es positivo cuando el propietario y fundador es el consejero delegado. Así estamos más tranquios. El paso más delicado es el de la segunda generación. A menudo toman el relevo demasiado pronto, o demasiado tarde. Además, puede haber problemas entre herederos. También hemos visto que los consejeros delegados de estas compañías permanecen en el cargo el doble que en el resto, ocho años frente cuatro. Este dato es muy importante, porque da más continuidad a la gestión.

P. ¿Qué empresas españolas están mirando?

R. Hemos invertido en Fluidra, una empresa dedicada a la fabricación de piscinas. Son fuertes en España, pero también en Francia, y han comprado una compañía en Sudáfrica. Creemos que en este sector puede haber un proceso de consolidación. En Estados Unidos ya hay algunos grupos muy potentes y podrían tener interés en comprar Fluidra. La compañía está comprando y consolidando jugadores más pequeños, y lo hacen muy bien en términos de ajustes de costes y obtención de sinergias. Además, cada vez ganan más dinero con la venta de productos de mantenimiento para piscinas, que les permite obtener ingresos más recurrentes.

P. ¿Alguna otra?

R. También nos gusta Vidrala, controlada por una familia. El 3% del fondo de pequeñas compañías europeas lo tenemos aquí. Hace unos días hubo una colocación, porque Sabadell vendió su participación. Nosotros aprovechamos para aumentar la participación. Es una compañía que se apalancó en su internacionalización, pero luego redujo su deuda rápidamente. En general, las empresas familiares tienen unos balances muy sólidos, están poco endeudadas y hacen una gestión muy eficiente del capital.

P. ¿Y de mayor tamaño?

R. Con el fondo Entrepreneur Europe tomamos enramos en Ferrovial en 2010. Tienen una disciplina de inversión muy buena, con una análisis muy certero de los nuevos proyectos, y mucha disciplina a la hora de ajustar los precios en los concursos públicos.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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