Isolux se concentrará en Argentina e India tras el segundo saneamiento
Capitaliza 1.300 millones de deuda y busca socio para la nueva Isolux EPC
La dirección de Isolux, que encabeza Nemesio Fernández-Cuesta, ha constatado en los últimos meses que el grupo estaba peor de lo que habían apreciado en su primer diagnóstico. La compañía tiene previsto presentar hoy los resultados de 2016, en plena búsqueda de una nueva inyección de crédito. Esta se convertirá en un segundo reflotamiento tras el imprescindible salvavidas lanzado por la banca el pasado trimestre, cuando la empresa se encontraba en puertas del concurso de acreedores.
Una estrategia para salir de pérdidas
Después de presentar 272 millones de euros en rojo en el primer semestre de 2016, con unas ventas (768 millones de euros) un 21% inferiores a las del periodo comparable de 2015, Isolux busca palancas para ponerse en pie.
Incide en la reducción de gastos financieros tras el acuerdo de refinanciación. Y es que la factura por intereses de la deuda ascendió a 183 millones solo en la primera mitad del año.
A este pretendido ahorro se sumará el recorte de los costes de estructura, con medidas como la reducción de un tercio de la plantilla en España y una concentración absoluta en los negocios de ingeniería y construcción. Esta última estrategia incluye la renuncia a proyectos poco rentables.
Además, la compañía controlada por la banca mantiene procesos de desinversión como el de la división de aparcamientos, por la que se encuentra en negociaciones con el fondo de inversión Alinda.
Otras líneas de actuación marcadas por el cuadro directivo que sustituyó al tándem que formaban Luis Delso y Antonio Portela son la concentración en la generación de caja, una mejor evaluación del riesgo, eficiencia en las operaciones y mayor autonomía y responsabilidad de los gestores operativos.
De las cuentas anuales llamará la atención, según fuentes financieras, la capitalización de unos 1.300 millones de euros de deuda convertible del tramo C para compensar pérdidas y el efecto de provisiones por unos 400 millones en el segundo semestre a cuenta de contratos en pérdidas, la venta y desconsolidación de activos con minusvalías.
Antes de enfrentar problemas de liquidez en proyectos de transmisión eléctrica en Brasil o en la única autopista que la española tiene en construcción en Estados Unidos, la nueva Isolux había señalado como estratégicas las oficinas de España, India, Estados Unidos, Perú, Argentina y Abu Dhabi, con el fin de captar nueva cartera de negocios. De hecho, la compañía tenía en el radar concursos por 15.000 millones en todo el mundo. Pero la realidad invita a restringir cualquier intento de crecimiento.
Las fuentes consultadas aseguran que Fernández-Cuesta ha dado orden de concentrarse en las oportunidades que arrojan India y Argentina, y las áreas de influencia de esas oficinas. Dejaría a Estados Unidos, España u Oriente Medio en una tercera división geográfica que engloba mercados de menor peso.
Ayuda adicional
El grupo de infraestructuras negocia con sus accionistas, anteriormente acreedores financieros, un nuevo crédito con el que atender los gastos de explotación hasta final de año, así como el relanzamiento de proyectos estancados. La empresa está en proceso de selección de la parte más saneada de la cartera para desarrollarla a partir de la nueva filial Isolux EPC, que en definitiva será a lo que se reduzca el séptimo grupo español de infraestructuras cuando sean vendidos los activos concesionales. Para reforzarse en esa rama de actividad, compartiendo inversiones, la compañía tiene a Rothschild buscando un socio de perfil industrial y a Alantra (anteriormente N+1) haciendo lo propio entre candidatos de perfil financiero.
La nueva línea de crédito, que se prevé en el entorno de los 300 millones, se sumará al tramo A de deuda, en la que Isolux engloba 377 millones, incluidos los 200 millones en dinero nuevo aportado por la banca en la reestructuración. Una cifra que, a todas luces, ha sido insuficiente para que la compañía retome el pulso fuera de España.
La inyección e la banca depende de los proyectos viables
Caixabank, Santander y Bankia lideran las negociaciones con la dirección de Isolux para aportar una nueva inyección de crédito que permita a la compañía licitar y arrancar los proyectos que, a día de hoy, considera viables. Pero se intenta que no sean los únicos en acudir en socorro de la constructora, involucrándose al resto de bancos accionistas.
Un 52% del capital del grupo está en manos de bancos, entre los que los tres principales acreedores suman un 30,48%. Los bonistas integran el otro gran grupo de partícipes, con el 41,8% del capital.
Tras la nueva operación de financiación, cuyo volumen dependerá de los proyectos que Isolux salve de la quema y se atreva a arrancar, la estructura de capital no variará, pasando la nueva línea de crédito a engrosar una deuda financiera que al cierre del primer semestre superaba los 2.300 millones de euros.
La cifra final, en todo caso, se verá reducida con la conversión de deuda en capital que ha dado pie al reparto de la empresa entre bancos y bonistas.
Urge liquidez para atender los gastos del holding en el día a día, captar avales para el lanzamiento de obra nueva, ponerse al día con el pago a proveedores y afrontar las indemnizaciones del ajuste de personal lanzado el año pasado y que afectó a 435 trabajadores en el mercado doméstico.