Los primeros condenados un lustro después del rescate bancario
En algo más de dos meses una decena de destacados directivos de Novacaixagalicia y de Caja Madrid han sido condenados a prisión
Más vale tarde que nunca. Ha pasado casi un lustro desde que se comenzó a hablar y denunciar los posibles abusos cometidos en la antigua Caja Madrid y que dio origen en 2010 a Bankia con la fusión de los negocios bancarios de siete cajas de ahorros (Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja). Pero al final, la justicia sorprendió ayer con una sentencia ejemplar. La Audiencia Nacional concluyó que los 65 acusados que hicieron uso de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia son culpables de la práctica por el uso personal que hicieron de las visas y les condena a penas que van de entre tres meses a seis años de prisión. En total, los 65 consejeros acusados se gastaron con estas tarjetas 12 millones de euros.
Las máximas han recaído en los expresidentes Miguel Blesa y Rodrigo Rato, a los que atribuye seis y cuatro años y medio de prisión, respectivamente. La tercera pena corresponde al exvicepresidente de Caja Madrid José Antonio Moral Santín (el eterno consejero de la institución representante entonces de IU), condenado a cuatro años. El cuarto condenado es el ex director general de medios de la entidad, Ildefonso Sánchez Barcoj, sentenciado a a dos años y seis meses de prisión.
Esta es la segunda sentencia en algo más de un mes que provoca el ingreso en prisión de la cúpula de una caja de ahorros tras la crisis que sufrieron estas entidades y que derivó en el rescate de la mitad del sistema financiero.
En estudio los recursos de los acusados
Los 65 condenados por el uso de las tarjetas black ya han comenzado a estudiar como preparar sus recursos para intentar dar un giro a la sentencia de la Audiencia Nacional. Como ha ocurrido durante todo el proceso, los recursos que presenten utilizarán argumentos de defensa similares. No hay lugar para las improvisaciones. El caso de las tarjetas black se remonta al 1 de octubre de 2014, cuando Anticorrupción desvela que se aprecian indicios de delito en el uso de tarjetas de crédito por parte de miembros de la cúpula de Caja Madrid que gastaron 15,25 millones de euros en 13 años. La denuncia parte del FROB. El 3 octubre Hacienda abre una investigación. El 6 octubre trasciende que joyas de lujo, viajes a Nueva York, compras, comidas, o lotería fueron cargados sobre las tarjetas B. Blesa conocía estos gastos, según su número dos, Ildefonso Sánchez Barcoj. El escándalo está servido.
El pasado 17 de enero la justicia envió a prisión a cinco ex directivos de Novacaixagalicia (NCG), resultante de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova: los exdirectivos José Luis Pego, Gregorio Gorriarán y Óscar Rodríguez Estrada, el excopresidente Julio Fernández Gayoso, y el que fuera asesor jurídico Ricardo Pradas. El otro excopresidente, José Luis Méndez (fue número uno de Caixa Galicia), logró salir de rositas y ni siquiera fue imputado. Los delitos de los que se les acusó fueron los de administración desleal y apropiación indebida. Se dio por probado que se habían repartido sin pudor 19 millones de euros en sueldos e indemnizaciones.
La decisión carecía de precedentes y marcaba un hito histórico, pero como si fuera una premonición, abrió la puerta a que otros consejeros y directivos de las cajas de ahorros terminaran en prisión. Y así ha ocurrido, la decisión del tribunal presidido por la magistrada Ángela Murillo ha superado la sentencia de la Audiencia Nacional que juzgó el saqueo en las cajas gallegas.
Es cierto que Miguel Blesa ya pasó unos días en la cárcel en la primavera de 2013, pero se trataba de prisión preventiva, y la decisión le costó la inhabilitación al juez Elpidio Silva.
Antes, 2002 otro banquero, el expresidente de Banesto, Mario Conde, fue condenado por el Tribunal Supremo a 20 años de cárcel por apropiación indebida, estafa y falsedad. Apenas cinco horas después de conocerse la decisión, Conde ingresó en la cárcel de Alcalá-Meco. Le acompañaron los directivos Enrique Lasarte y Rafael Pérez Escolar (salió dos meses después), mientras que el entonces consejero delegado Arturo Romaní fue enviado a Soto del Real. Al día siguiente, Jacques Hachuel fue encarcelado en la penitenciaría de Alcalá-Meco (salió el 20 de septiembre de 2002 por enfermedad) y Fernando Garro, un día más tarde en Soto del Real. Mario Conde volvió otra vez a la cárcel en abril de 2016.
Pero el desfalco que se ha llevado a cabo en las cajas de ahorros por parte de sus directivos y consejeros coincidiendo sobre todo con el boom económico, y hasta 2010 o incluso hasta 2012, ha derivado en una serie de aperturas de investigaciones que atañen ya a al menos unos 274 banqueros y consejeros ligados a una docena de entidades, gran parte de ellas ya desaparecidas, ante la necesidad de su rescate.
La negligencia en la gestión de estas entidades en gran parte de las cajas intervenidas ha llevado a inyectar 61.495 millones de euros en ayudas directas a estas entidades de ahorro, de los que 56.000 millones son ayudas públicas, de las que solo se han recuperado unos 4.800 millones. De ahí que el paso de banqueros por la prisión no terminará con el fallo de la Audiencia Nacional de ayer sobre el uso de las tarjetas black. El camino está marcado. La sentencia de las tarjetas black es solo una parte, no obstante, de lo que queda por fallar en relación a Bankia. La principal pieza es la correspondiente a si hubo fraude o no en su salida a Bolsa en 2011.
Además, parece que la justicia quiere acelerar el gran atasco que tenía pendiente hasta ahora, y pretende aprovechar el tirón popular que supone dictar sentencias sin mirar a quién se juzga, sino lo que se juzga.
Pero parece que se han conjurado los astros para que todos los estamentos quieran investigar ahora lo que sucedió en las cajas de ahorros entre los años 2000 a 2015. Todos los partidos políticos han conseguido ponerse de acuerdo para crear una comisión que investigue cómo este segmento del sector financiero, y que llegó a representar el 50% del sistema, logró crecer como un globo en poco tiempo y deshincharse en menos, con un coste para los españoles tan elevado. La salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011 ocupará gran parte de esta comisión.
El Banco de España también ha decidido ahora hacer su propio libro blanco, el segundo, en el que analizará qué ocurrió en la crisis bancaria del país, es decir, en la caída de las cajas de ahorros a partir de 2008.
Ha pasado más de una década desde que saltó por los aires la imagen de solvencia de estas entidades y lo que parecía un buen modelo de gestión. Pero parece que las cosas no se olvidan e incluso se juzgan y hay condenas.