Ángel Schlesser: “He tenido que demandar a mi socio”
Hace un año abrió la puerta de su firma a un inversor, que le ha desplazado de sus funciones creativas
Por primera vez en los 27 años que lleva desfilando en la pasarela madrileña, Ángel Schlesser (Santander, 58 años) no estuvo en el backstage, con los nervios propios del diseñador que muestra por vez primera su colección de ropa. Se sentó entre los invitados y asistió perplejo a un desfile de la marca que lleva su nombre, pero en la que él no ha intervenido. Ni en esta ocasión ni en la anterior edición de la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, celebrada el pasado mes de septiembre, y a la que no acudió dado que ninguno de los diseños allí mostrados para la próxima primavera-verano los había creado él. Desde el pasado año, el diseñador, que comenzó su carrera en 1983 como ayudante de Juan Rufete y que un año más tarde ya lanzó sus propias creaciones, está viviendo una auténtica pesadilla profesional al ser relegado como responsable del equipo creativo de la firma. Ángel Schlesser, cuyo verdadero nombre es Ángel Fernández Ovejero, le vendió el 75% de la compañía a un socio, a Óscar Areces, exdirectivo del departamento de marcas de moda femenina de El Corte Inglés, con el fin de expandir la marca internacionalmente y abordar un plan de crecimiento. De todo ello habló con CincoDías nada más finalizar el desfile, y tras comprobar que quiénes salieron al escenario a recibir los aplausos una vez finalizada la presentación, fueron los autores de la colección, Carolina Menéndez y Alexandre García.
Pregunta. ¿Cuándo se dio cuenta de que el acuerdo que había firmado le estaba perjudicando?
Respuesta. Vendí la mayoría de la empresa y de lo hablado nada de nada. Cuando desembarcó en la empresa le oí decir pero qué vamos a vender con esta colección, en 30 años aquí se ha hecho todo mal, nada le valía. De todo ello me empecé a dar cuenta en la primera semana de marzo, cuando ví que de enriquecer el equipo creativo habíamos pasado a contratar a una señora para hacer una colección paralela a la mía. En principio, iba a enriquecer la marca, pero luego comprobé que era todo lo contrario.
P. ¿Se sintió desplazado dentro de su propia casa?
R. No se ha cumplido el contrato que habíamos firmado. Por eso está puesto todo en manos de la Justicia. Hay una demanda por incumplimiento de contrato; otra, por falsedad de documento en relación con una junta de la que no tengo constancia de su celebración porque no recibí su convocatoria. Y otra, por la devolución de un préstamo realizado por mí a la sociedad.
P. ¿Realmente tenía necesidad de incorporar a un inversor en la firma?
R. Los últimos cinco años debido a la crisis habían sido muy duros, necesitaba músculo financiero y apoyo. Pero mi aspiración no era seguir ejerciendo mis funciones de por vida, sino que la entrada de un socio pensé que era la vía normal para que la empresa perdurara. Yo no tengo herederos que vayan a continuar con la empresa, así que era una oportunidad para internacionalizarla, expandirla, hacer más producto, pero no todo vale.
P. Usted tiene una reputación en el sector de la moda.
R. Bueno, no hay trayectoria que no esté exenta de fallo. Siempre he mantenido una coherencia y una línea definida. Mi error ha sido creer en la palabra de una persona que conocía desde hace 15 años, era mi comprador en El Corte Inglés cuando no tenía corners, y siempre pensé que si se interesaba por mi firma era para respetarla. Pero lo que quiere hacer con ella es su pequeño centro comercial.
P. ¿Era la primera vez que tenía un inversor?
R. Sí, en más de 30 años de carrera nunca he tenido socio. Tardé, pero me lucí. En septiembre cuando no acudí al desfile, yo no quería crear polémica, pero tampoco avalar con mi presencia una colección que no era mía. Además, coincidió con una operación de espalda, pero en esta ocasión he venido al desfile. Pensaba que no iba a reconocer la colección, pero he encontrado patrones míos que yo no había usado, y algunos tejidos.
P. ¿Tiene esperanza?
R. Confío en volver a diseñar. Era mi casa y todavía tengo allí cosas que recuperar.