Francisco González gana 4,92 millones de euros en 2016
González recibió un sueldo fijo de 1,96 millones de euros, que no varió respecto a 2015,, y generó una retribución variable diferida de 2,93 millones, que bajó un 18%
El presidente de BBVA, Francisco González, obtuvo en 2016 un sueldo fijo de 1,96 millones de euros, que no varió con respecto al año anterior, y generó una retribución variable diferida de 2,93 millones, que bajó un 18 %, lo que suma un total de 4,92 millones, un 12% menos que en 2015, según la información publicada hoy por la entidad.
El consejero delegado, Carlos Torres Vila, ganó en total en su primer año completo como número dos de la entidad 4,42 millones de euros, un 16% más, que se desglosan en un salario fijo de 1,92 millones (un 22 % más) y un variable diferido, que puede cobrar hasta 2020, de otros 2,36 millones (un 12 % más).
Según explica la entidad, la remuneración variable de González se redujo por el impacto que tuvo en el beneficio del Grupo BBVA la provisión dotada para hacer frente a las devoluciones de las cláusulas suelo y por la evolución de los tipos de cambio, mientras que en el caso de Torres Vila, la comparativa no es homogénea porque su nombramiento para el cargo se produjo en mayo de 2015.
En cualquier caso, el pago de la retribución variable de ambos ejecutivos está sujeto al cumplimiento de objetivos y a indicadores plurianuales que pueden reducirlo e incluso llevarlo a cero, pero no elevarlo, y además depende de “cláusulas malus”, que pueden limitar o impedir el cobro, según explica el banco.
El Consejo de Administración ha aprobado una nueva política de remuneraciones de los consejeros ejecutivos para 2017, 2018 y 2019, que incluye, entre otras novedades, un aumento de la parte diferida del salario, y una ampliación del periodo de diferimiento.
El BBVA se ajusta así a las novedades regulatorias en materia retributiva que recoge la Circular 2/2016 del Banco de España y las directrices de la Autoridad Bancaria Europea sobre políticas de remuneración, que será aprobada, previsiblemente, en la Junta General de Accionistas que la entidad celebrará el 17 de marzo.
Según la nueva política retributiva del banco, el 60 % de la retribución variable quedará diferida durante 5 años, al tiempo que de la retribución en acciones, la parte diferida se dividirá en un 60 % en acciones de BBVA y el otro 40 % en efectivo.
Asimismo, la retribución variable estará sometida a cláusulas de reducción y de recuperación de cantidades diferidas y satisfechas “malus” y “clawback”.
Durante todo el periodo de diferimiento y retención de las acciones, que durará 6 años, estas cláusulas podrán hacerse efectivas, en caso “de un deficiente desempeño financiero del Grupo, de la unidad o del individuo, derivado de conductas irregulares, fallos en la gestión de riesgos o reformulación de cuentas anuales, entre otros supuestos”.
Las acciones recibidas por los consejeros ejecutivos en concepto de retribución variable no estarán disponibles durante un año desde su entrega y, además, en el caso del consejero delegado, se elimina la posibilidad de percibir la pensión de jubilación de forma anticipada.
El conjunto del Consejo de Administración de la entidad, compuesto por 17 miembros a cierre de 2016 entre ejecutivos y no ejecutivos, obtuvo una remuneración total de 15,71 millones de euros en 2016, frente a los 14,46 millones obtenidos en 2015.
A esa cantidad hay que añadir los 3,48 millones de euros que la entidad dotó en 2016 a los planes de pensiones de Torres Vila y de otro consejero ejecutivo, José Manuel González-Páramo.
De esta forma, el consejero delegado acumula ya en su hucha particular un total de 16,05 millones de euros, mientras que González-Páramo suma 609.000 euros.
Por su parte, el presidente del BBVA, Francisco González, no recibe aportaciones a su plan de pensiones desde 2010, pues ese año cumplidos ya los 65, lo retiró cuando los fondos acumulados ascendían a 79,77 millones de euros.