Las cementeras avisan de cierres por la escalada de la luz
La electricidad es su principal coste y supera al que las multinacionales del ramo soportan en otros países
Los fabricantes de cemento instalados en España, en su mayor parte multinacionales, han advertido de que la escalada del precio de la luz puede provocar el cierre de alguna de las 35 plantas que el sector tiene en el país, dado que la electricidad supone su principal coste.
“La mayoría de las fábricas de cemento son de compañías que tienen instalaciones en otros países en los que soportan menores costes eléctricos en comparación con el de España, que actualmente es uno de los mayores de Europa”, avisó el presidente de la patronal del sector Oficemen, Jaime Ruiz de Haro.
La energía supone el 30% del coste total de fabricar cemento. Además, según la asociación, constituye el factor fundamental para competir en el exterior justo cuando las fábricas españolas están abocadas a la exportación, dado el desplome que la demanda de este material de construcción registra en España por el parón de la obra pública.
“El precio de la electricidad es un factor crítico para nosotros, afecta a nuestra línea de flotación, a la sostenibilidad futura del negocio”, incidió Ruiz de Haro, cuya patronal agrupa a multinacionales como Cemex, Holcim, Lafarge, Cementos Portland (actualmente controlada por Carlos Slim), Cementos Balboa y Votorantim.
Según el presidente de Oficemen, la subida de la luz no es “algo nuevo” para el sector, que “viene asumiendo encarecimientos desde 2009 negociando contratos de suministro a largo plazo y mejorando la eficiencia y el consumo de instalaciones”, señala.
El principal problema reside en el diferencial entre el precio de la luz en España con el de otros países competidores en el mercado internacional de cemento, el único actualmente viable, ante el desplome del 80% que el sector acumula en el doméstico desde el inicio de la crisis.
“Los fabricantes han venido sorteando esta caída saliendo a otros mercados, pero si ahora la exportación tampoco es viable porque la electricidad resta competitividad, tendremos que cerrar fábricas”, advirtió Ruiz de Haro.
Un eventual cierre de fábricas se sumaría a los que se han registrado desde que estalló la crisis, cuando España contaba con medio centenar de plantas frente a las 35 actuales.
Mínimo históricoEl sector, que emplea a un total de 15.000 trabajadores, volvió a cerrar 2016 en negativo tras dos años de ligeras subidas. El consumo de este material se situó en 11,14 millones de toneladas, volumen un 3,1% inferior al de 2015 y que supone un nuevo mínimo histórico, similar al que se contabilizada en los años sesenta.
De hecho es casi la mitad de la demanda de unos 25 millones de toneladas de cemento que, según la patronal, se estima como adecuada para un país como España.
El parón de la inversión en obra pública, ante la exigencia de recortar el déficit, figura como principal causa de estos datos, puesto que la recuperación en la construcción de nuevas viviendas no alcanza a compensar la caída de la ingeniería civil.
Por todo ello, la patronal augura un “2017 preocupante” para el cemento, dado el coste eléctrico y que el Ministerio de Fomento ya ha avanzado un “año complicado” para la obra pública.