Tiffany's, víctima colateral de la victoria de Trump
El local en la Torre Trump ve reducida sus ventas un 14% en Navidad
Pocas joyerías hay en el mundo tan conocidas como el establecimiento de Tiffany’s en la Quinta Avenida de Nueva York. Llegó incluso a compartir protagonismo con Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961). Hoy, la tienda no es lo llamativo del edificio en el que está, sino su principal inquilino y propietario, Donald Trump.
El revuelo que se ha producido desde la elección del magnate en la conocida como Torre Trump, en el 727 de la conocida avenida neoyorquina, no ha servido como una llamada a nuevos clientes a acercarse a la tienda, sino que ha provocado que la empresa joyera sea una nueva víctima, en este caso colateral, de la victoria del recién nombrado presidente de EE UU.
En este caso, Tiffany’s no ha recibido ataques frontales por parte de Trump desde su cuenta de Twitter, como sí ha pasado con las automovilísticas o con Boeing en los últimos dos meses. Sin embargo, el fuerte dispositivo de seguridad en la zona, a lo que se ha sumado la riada de seguidores y detractores, así como de periodistas a la espera de declaraciones por parte del nuevo presidente se ha traducido en un descenso importante de las ventas de Tiffany’s en su establecimiento bandera.
La compañía informó hace unos días que el local de la Quinta Avenida ha sufrido un descenso del 14% en la facturación durante los meses de noviembre y diciembre, periodo conocido como holiday period en el que se producen las compras del black friday y la Navidad. “Atribuimos el descenso, al menos en parte, a los cortes de tráfico tras las elecciones”, señaló la joyera. La empresa ya ha tenido que desconvocar algunos eventes previstos para este periodo, por el fuerte cordón policial. Jeff Bennett, vicepresidente de la compañía y responsable de dicha tienda ya avanzaba al inicio de la campaña navideña que sería un problema “especialmente para los turistas internacionales”.
Tiffany’s es el único comercio de la zona que ha reconocido por ahora el impacto de la victoria de Trump para su negocio. Sin embargo, medios como The New York Times ya han apuntado en las últimas semanas que otras marcas como Gucci, Lous Vuitton, Armani o Polo Ralph Lauren se pueden dar de bruces con esta situación. En concreto, son los comercios ubicados entre las calles 55 y 57 los que son señalados como los más damnificados por la situación de la Quinta Avenida.
El futuro tampoco parece halagüeño para el establecimiento, que tendrá que amoldarse a la nueva realidad que le tocará vivir, ya que el dispositivo policial no parece algo pasajero. Durante los últimos meses, el presidente ha dejado clara su intención de que su mujer Melania y su hijo Barron mantengan su residencia en el inmueble. Según han informado los medios estadounidenses, el despliegue de las fuerzas de seguridad tiene un coste diario de un millón de dólares.
El propio alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, se refirió en las semanas posteriores a la elección de Donald Trump a los cortes y el bloqueo de la zona y aseguró que su intención era “mantener la calle abierta”, aunque subrayó que las tiendas de lujo eran “la última de sus preocupaciones”.
A nivel global, la empresa joyera se apuntó en el periodo unos ingresos de 966 millones de dólares (algo más de 900 millones de euros), con un incremento del 1% respecto a un año antes. El consejero delegado de la compañía, Frederic Cumenal, aseguró que los resultados fueron “algo peores de lo esperado”.
La compañía de lujo, que tiene 314 tiendas en todo el mundo, ha mantenido su crecimiento, aunque discreto, en parte gracias a la evolución que ha tenido en la región de Asia Pacífico y en Japón. En la primera, sus ventas han crecido un 7%, hasta los 200 millones. En el segundo mercado el crecimiento fue todavía mayor, del 16%. Por contra, en EE UU, su principal mercado facturó 483 millones, un 4% menos y en Europa los ingresos se redujeron hasta en un 10%. La empresa avanza que habría cerrado 2016 con una caída en ventas.