El Ibex sube un 1,1% y pone en el punto de mira los 10.000
El petróleo se mantiene por encima de los 56 dólares La prima de riesgo, en 108 puntos básicos
A la quinta va la vencida. Después de cuatro sesiones consecutivas de caídas, las compras regresan al parqué. Los inversores, decepcionados por la falta de concreción de Donald Trump, se refugian este viernes en los datos empresariales publicados en EE UU. El Ibex 35 se anota un 1,1%, ascenso que le lleva de nuevo a conquistar la cota de los 9.500 y que le permiten reducir las pérdidas semanales. Los analistas de XTB creen que en el corto plazo el selectivo se moverá entre los 9.350 puntos y los 9.500, “niveles de resistencia a tener en cuenta para poder empezar a vislumbrar proyecciones alcistas más ambiciosas”, afirma Francisco Sánchez-Matamoros. Algo más optimistas se muestran los expertos técnicos de Noesis que fijan como objetivo inicial la horquilla de los 9.730-10.006 puntos.
La primera semana del año comenzó con fuerza en la renta variable, aupada por el repunte del sector financiero ante las expectativas de subida de tipos a largo plazo. Sin embargo, la ausencia de nuevas referencias y sobre todo, las dudas que se ciernen sobre la figura de Donald Trump a solo una semana de que jure el cargo como próximo presidente de EE UU, han favorecido la toma de beneficios, especialmente en aquellos valores como los bancos, inmersos en un rally desde el mes de noviembre. Los analistas de Link Securities consideran que los índices empiezan a dar muestras de cansancio y señalan que tras meses de promesas es la hora de que las propuestas se transformen en realidad. Esto serviría de motor para las Bolsas.
El resto de índices europeos decidieron sacudirse las dudas y siguieron la misma tendencia alcista de la Bolsa española. El buen comportamiento registrado por la banca europea (sector que lideró los ascensos) lleva al Mib italiano a encabezar las subidas de los principales índice del Viejo Continente al anotarse un 1,87%. Le siguen el Cac francés (1,2%), el Dax alemán (0,94%), el Euro Stoxx (1,15%) y el FSTE británico (0,62%). La Bolsa de Reino Unido suma 14 sesiones consecutivas al alza y revalida sus máximos históricos. La caída acumulada por la libra desde el triunfo del brexit está ejerciendo de gasolina para el índice británico, compuesto por compañías con un marcado perfil exportador.
En Wall Street se repiten los ascensos con la ayuda de los resultados publicados por JP Morgan y Bank of America. El principal banco de EE UU obtuvo en 2016 un beneficio récord de 23.300 millones mientras que Bank of America registró las mayores ganancias (17.906 millones) en una década. A pesar de estos buenos datos, el Dow Jones sigue anclado en los 19.900 puntos, reafirmando la cota de los 20.000 como una fuerte barrera psicológica.
De regreso al mercado español, los valores más alcistas de la semana fueron los relacionados con las materias primas y los vinculados al sector turístico. ArcelorMittal, que el jueves sufrió la caída del níquel después de que Indonesia anunciara que volvía a exportar este material, lidera las subidas del selectivo en los últimos cinco días al anotarse un 4,8%. La acerera comparte el pódium con Aena (4,7%) y Repsol (3,7%), dos cotizadas beneficiadas por el auge del turismo (en 2016 75,3 millones de extranjeros visitaron España) y por el precio del crudo, respectivamente.
En el lado opuesto se sitúan Popular (-7%) y BBVA (-5%), afectadas por la sentencia contra las cláusulas suelo y la caída del peso, acompañados de Mapfre (-3,5%).
Las dudas que han dominado durante gran parte de la semana ha llevado a los inversores a refugiarse en el mercado de deuda. La rentabilidad del bono a diez años cierra en el 1,43% desde el 1,54% del pasado viernes. El bund alemán con vencimientos en 2027 sigue la tendencia opuesta y sube desde el 0,29% al 0,33%, llevado a la prima de riesgo española a caer 15 puntos básicos, hasta los 109.
El euro se revaloriza un 1% y se cambia a 1,06 dólares, en una semana en la que la moneda estadounidense ha perdido fuerza después de que Donald Trump no diera pitas sobre el futuro de la política fiscal ni aportara información alguna sobre el plan de infraestructuras.