El heredero de Samsung se enfrenta a una posible detención
Los fiscales decidirán este fin de semana si ordenan la detención del magnate, sospechoso de soborno en el caso de la 'Rasputina' surcoreana.
La fiscalía surcoreana dijo el domingo que no decidirá hasta este lunes si emite una orden de arresto contra el heredero Samsung, Lee Jae-yong. El equipo de fiscales que instruye el caso dijo en un primer momento que la decisión se tomaría este fin de semana, pero un portavoz reconoció hoy a los medios locales que se ha retrasado al menos hasta el lunes ante la “complejidad” del asunto.
Los fiscales están analizando incluso el impacto que el arresto del presidente de facto del primer grupo empresarial de Corea del Sur podría tener en la economía del país, según reveló un portavoz a la agencia Yonhap.
El heredero del grupo Samsung concluyó este viernes su declaración de 22 horas como sospechoso de soborno en el caso de la Rasputina surcoreana ante los fiscales, que decidirán este fin de semana si detienen al magnate.
Lee, de 48 años, fue llamado a declarar como sospechoso por los instructores del caso que intentan dilucidar si el mayor conglomerado empresarial del país pudo dar apoyo financiero a cambio de favores a Choi Soon-il, apodada la Rasputina y amiga íntima de la presidenta surcoreana Park Geun-hye.
Durante su maratoniano interrogatorio, el presidente de facto de Samsung negó cualquier responsabilidad en la trama de corrupción y tráfico de influencias que ha sacudido al país y acabado con la destitución de la presidenta.
“(La declaración) se alargó porque hay mucho que investigar y se dieron muchas discrepancias entre las preguntas de los investigadores y las respuestas de Lee en asuntos clave”, reveló un portavoz del equipo de fiscales a los medios locales.
La Fiscalía cree que Samsung firmó un contrato por valor de unos 22.000 millones de wones (unos 17,5 millones de euros) con una empresa con sede en Alemania propiedad de Choi y financió las actividades relacionadas con la hípica de su hija, amazona profesional.
El grupo también donó 20.400 millones de wones (16,3 millones de euros) a una fundación controlada supuestamente por Choi y establecida para extorsionar a los grandes conglomerados del país.
Los fiscales sospechan que los pagos pudieron hacerse para lograr que el Servicio Nacional de Pensiones, controlado por el Gobierno y accionista de una empresa del grupo, aprobara la fusión de esta y otra subsidiaria de Samsung.
El heredero del grupo y vicepresidente de Samsung Electronics, el mayor fabricante de móviles del mundo, negó su responsabilidad y acusó a la presidenta de presionar a su empresa para que donara dinero a fundaciones controladas por su amiga la Rasputina, según explicó un representante del ministerio fiscal a la agencia Yonhap.
“Teniendo en cuenta otros precedentes, incluso aunque el soborno se haya producido bajo presión, el donante sería castigado”, dijo esa misma fuente, la cual añadió que en todo caso la presión ejercida supuestamente por la presidenta podría servir como atenuante.
Los fiscales también interrogaron durante la madrugada al presidente de Samsung Electronics, Park Sang-jin, que fue presidente de la Federación de hípica de Corea, organización vinculada la trama.
Los fiscales, que buscan ampliar la investigación a otros grupos empresariales del país, revelaron hoy que decidirán este fin de semana si emiten una orden de arresto contra Lee, quien podría afrontar cargos de soborno y perjurio.
Aunque el grupo Samsung no se ha pronunciado oficialmente, la posible detención de Lee ha generado inquietud en la cúpula de poder del conglomerado familiar, según fuentes citadas por Yonhap.
En este sentido, responsables de la compañía revelaron que debido a este escándalo, que se alarga desde hace meses, Samsung no ha concluido su remodelación anual de personal ni ha diseñado sus objetivos de negocio para este año.
Lee tomó las riendas del conglomerado el pasado octubre después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto en mayo de 2014 que aún lo mantiene hospitalizado y sin habla.
El caso de la Rasputina ha desatado la indignación en Corea del Sur y llevado al Parlamento a destituir de su cargo a la presidenta Park Geun-hye, que está a la espera de que el Constitucional ratifique o no su impeachment.