Bruselas acabará con las llamadas publicitarias sin consentimiento
La CE aprueba un proyecto de Reglamento que prohíbe la publicidad indiscriminada El veto afecta a llamadas telefónicas, SMS y correos electrónicos
Las intempestivas llamadas publicitarias al teléfono fijo o móvil pueden tener los días contados. La Comisión Europea ha aprobado un proyecto de actualización de la normativa sobre privacidad y comunicaciones electrónicas que someterá todas las prácticas de marketing directo a la autorización previa del consumidor.
Bruselas pretende terminar así con el bombardeo publicitario que numerosos usuarios soportan a través del teléfono o el correo electrónico. El nuevo Reglamento prohíbe las llamadas o el envío de mensajes de texto y correos electrónicos a cualquier cliente que no haya dado su visto bueno por adelantado.
Las llamadas, además, deberán dejar de ser anónimas. Las empresas encargadas del marketing deberán facilitar que el receptor visualiza el número de teléfono de procedencia o utilizar un prefijo especial que indice claramente el carácter comercial de la llamada.
La prohibición, explica la CE, será general en los 28 países que componen la Unión Europea. Pero si algún Estado prefiriera no aplicarla a todas las llamadas, deberá ofrecer a los consumidores la posibilidad de registrarse en un listado de números a los que no se pueden realizar llamadas de marketing.
La nueva norma, que Bruselas espera que pueda entrar en vigor en mayo de 2018 como muy tarde, puede suponer un importante varapalo para un tipo de publicidad muy utilizada en Europa. La CE considera que la normativa actual, aprobada en 2009, se ha quedado desfasada en relación con la evolución tecnológica de los últimos años.
"Nuestro proyecto de Reglamento sobre privacidad electrónica consigue un correcto equilibrio", señaló el vicepresidente de la CE para Mercado Digital, Andrus Ansip. La norma, señaló Ansip, "proporciona una elevada protección del consumidor al tiempo que permite a las empesas seguir innovando".
Entre los cambios registrados en los últimos años, la CE destaca la generalización de las comunicaciones de voz y texto a través de internet, con plataformas como WhatsApp o Skype. La directiva actual no cubría esos servicios, que pasan ahora a estar sujetos por el nuevo Reglamento.
La norma exigirá que esas plataformas garanticen, como ya se exige las operadoras de telefonía tradicional, la confidencialidad y la protección de los datos y comunicaciones de sus usuarios. Las compañías, además, deberán pedir permiso al usuario cuando deseen utilizar información relacionada con sus patrones de uso, como los destinatarios de sus llamadas o mensajes, la duración de la llamada o las páginas web visitadas.