India podría probar la renta básica
Provocaría un ahorro sustancial en ayudas en especies
El próximo gran experimento del primer ministro indio, Narendra Modi, podría ser una renta básica universal. Importantes economistas del país han sugerido la idea de que el Estado haga una transferencia directa de efectivo a cada ciudadano, y algunos predicen que se incluirá en el próximo presupuesto de India, en febrero. Sería una reforma aún más audaz que la reciente decisión de Modi de eliminar los billetes de más valor.
Suiza rechazó el año pasado una propuesta similar, y Finlandia acaba de lanzar un plan piloto para dar a los desempleados dinero en efectivo en lugar de otro tipo de beneficios. Las ventajas parecen aún más convincentes en India, donde casi 300 millones de personas son pobres. El Gobierno les ayuda gastando más del 4% del PIB en ayudas en especie, como fertilizantes o billetes de tren. Hacerlo en efectivo podría reducir la corrupción y el despilfarro.
Los ricos del país absorben una cantidad desproporcionada de los beneficios estatales
Vijay Joshi, de la Universidad de Oxford, propone dar a cada hogar 17.500 rupias (242 euros) al año, con un coste total del 3,5% del PIB. Si el beneficio se limitara a los hogares pobres, el sistema costaría menos del 1% del PIB. Eso daría lugar a ahorros sustanciales que podrían dedicarse a mejorar las infraestructuras. Es una idea seductora, sobre todo porque los ricos de India absorben una cantidad desproporcionada de los beneficios estatales.
La impresionante base de datos de identidad biométrica del país, que cubre a más de mil millones de personas, podría ayudar. Recientemente, India consiguió con éxito transferir efectivo directamente a las cuentas bancarias, para comprar gas licuado del petróleo, que se utiliza como combustible de cocina. Comparar el reparto con la base de datos biométrica ha reducido las “fugas” del sistema en casi un cuarto. Sin embargo, todo el mundo era elegible para este subsidio. No está claro que India disponga de información suficiente sobre rentas.
El peligro de que la idea no se aplique correctamente sería que hubiera que pagar tanto el efectivo como las subvenciones en especie, algo que no puede permitirse. Al igual que la eliminación de billetes, este experimento social pinta mejor en el papel.