Las telecos, ante el reto de crecer con los nuevos negocios digitales
Viven un momento de transición desde los negocios tradicionales al mundo digital
Las telecos europeas viven un momento de transición desde los negocios tradicionales vinculados a la voz a las nuevas áreas relacionadas con los smartphones, los datos móviles, la fibra óptica, la televisión de pago o el internet de las cosas, que han pasado a ser estratégicas. Su desafío es consolidar la recuperación y mantener el crecimiento de los ingresos tras varios ejercicios de retrocesos como consecuencia de la crisis económica y del endurecimiento de la competencia con inacabables guerras de tarifas.
Por ahora, las previsiones del mercado son de leve crecimiento para el sector en el Viejo Continente, unido a la recuperación de la economía. Moody’s, por ejemplo, prevé un incremento medio de los ingresos en la industria en el Viejo Continente entre el 1% y el 2% en el periodo entre los próximos 12 y 18 meses.
A su vez, la asociación de operadoras Etno prevé un aumento de los ingresos del 0,2% en 2016. En España, las operadoras son optimistas, según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC), en el primer semestre, los ingresos del sector subieron un 4,4% en el segundo trimestre del año, gracias a áreas como la televisión de pago y la banda ancha. Es el mayor crecimiento desde el cuarto trimestre de 2007, y tras seis años de bajadas.
En cualquier caso, parece que el escenario ha mejorado para las telecos. En su último informe sectorial, publicado el pasado otoño, Moody’s destaca que el gasto de los consumidores será más fuerte que en años anteriores, mientras que la demanda de datos a alta velocidad mantendrá el crecimiento. Por ejemplo, según la CNMC, el tráfico de datos móviles aumentó un 62% en España en el segundo trimestre del año. Facebook, Twitter, WhatsApp... los usuarios están enganchados a estos servicios.
Bajo este escenario de mayor consumo privado, Moody’s cree que las operadoras podrán comercializar entre los usuarios paquetes de servicios de fijo, móvil, banda ancha y televisión de pago a mayores precios, respaldando así el crecimiento de los ingresos. Este marco apunta a una mejora del gasto por cliente (arpu), una de las herramientas de medida fundamentales para las empresas del sector.
Este avance del volumen de negocio, unido a las políticas de control de costes implantadas por las operadoras, provocará una mejora de la rentabilidad para el sector con un aumento de los márgenes. El margen de ebitda medio de las operadoras europeas se sitúa en el entorno del 35%, si bien la agencia Moody’s cree que podría alcanzar el 36% en 2018. En 2014 y 2015, en los momentos más duros de las guerras de tarifas en países como España, Holanda o Francia, los márgenes llegaron a bajar hasta el 33,1% y el 32,9%, respectivamente.
Entre otros factores, las telecos se verán favorecidas por los menores costes de mantenimiento vinculados a tecnologías como la fibra óptica, frente a tecnologías tradicionales como el cobre.
Precisamente, el avance de la fibra junto con la generalización de las ofertas convergentes se han convertido en aliadas de las operadoras a la hora de mejorar la fidelidad de los clientes. De hecho, la rotación de usuarios (churn) no ha dejado de disminuir con la popularización de esta tecnología. Telefónica cifró en 0,3 puntos porcentuales el descenso del churn global en el tercer trimestre.
Y junto a la fibra, las operadoras han iniciado una expansión sin precedentes en el citado ámbito de la televisión de pago. “El producto estrella es la televisión”, señaló el presidente de Telefónica España, Luis Miguel Gilpérez, en una presentación con la plantilla este otoño, indicando que las operadoras se han desplazado desde las antiguas centrales telefónicas a los platós de televisión.
Bajo este prisma, las operadoras han impulsado adquisiciones de empresas del sector (en España, Telefónica compró DTS, matriz de Canal+, mientras que en EE_UU, AT&T se ha lanzado sobre Time Warner en una operación casi sin precedentes), han empezado a adquirir derechos de emisión de grandes eventos deportivos, especialmente el fútbol, con grandes contratos en países como España, Reino Unido, Alemania o Francia, e incluso en la producción propia. De igual forma, han establecido alianzas con grandes productoras y plataformas televisivas estadounidenses como HBO, Netflix o Showtime. El mayor handicap para las empresas del sector ha sido la subida de la factura en la compra de los contenidos.
En el caso de España, las telecos, que preparan una ofensiva en la tecnología de alta definición 4K, han ganado más de 670.000 clientes de televisión de pago en el último año y ya cuentan con un parque de más de 5,36 millones de usuarios.
En la búsqueda de ingresos, las operadoras están acelerando en áreas como el pago móvil, la banca móvil, el internet de las cosas, el coche conectado y las ciudades inteligentes, entre otras. En definitiva, el mundo conectado. Por ejemplo, la Comisión Europea prevé que a partir de 2018 se comercializarán en el Viejo Continente cerca de 11,5 millones de vehículos conectados. Según la consultora Analysys Mason, este segmento supone una gran oportunidad de crecimiento para el área de las conexiones móviles entre máquinas (M2M). En España, por ejemplo, el parque de líneas M2M ha aumentado en más de 686.000 en los 10 primeros meses del año, según las estimaciones de la CNMC.
Con respecto al internet de las cosas, IDATE prevé que en 2025 haya más de 1.800 millones de dispositivos conectados en Europa, de los que cerca de 470 millones corresponderán a equipos de las utilities (destacan los contadores inteligentes). Para estos expertos, las líneas M2M aportarán el 3,6% de los ingresos del segmento de la telefonía móvil.
Lo cierto es que operadoras como Deutsche Telekom, Telefónica y Vodafone se están posicionando con fuerza en negocios como el coche conectado como vía de captación de futuros ingresos. Vodafone, por ejemplo, cerró en 2014 la compra de la empresa italiana Cobra Automotive, rebautizada como Vodafone Automotive. A finales de octubre, la citada asociación de operadoras Etno anunció una alianza de 37 compañías para impulsar este negocio.
En la banca móvil, Orange tiene un proyecto muy ambicioso junto con Groupama para lanzar Orange Bank. La entidad virtual llegará en 2017 a Francia y en 2018 a España. Telefónica analiza distintas opciones en España, mientras que en Alemania tiene en marcha un proyecto con Fidor Bank, bautizado como O2 Banking.
La implantación de estos nuevos servicios vendrá acompañada por la aceleración de los despliegues de infraestructuras de nueva generación, como la fibra óptica, el móvil 4G y el futuro 5G, que está ya en los laboratorios de operadoras y fabricantes. Su llegada al mercado está prevista para 2020.
Este desafío obligará a las operadoras a mantener la tensión inversora. Según Moody’s, compañías como Orange, Deutsche Telekom y Telecom Italia deberán incrementar el capex.
En términos generales, la Comisión Europea prevé que los operadores del Viejo Continente invertirán una media de 40.000 millones de euros al año, hasta acumulan un total de 360.000 millones en 2025. La agencia de calificación cree que hay una necesidad adicional de inversión de 155.000 millones para alcanzar los objetivos de conectividad marcados por la Agenda Digital europea (15.000 millones al año). Entre ellos figura la cobertura en el 100% de los hogares con una conexión mínima de 100 Mbps.
En la misma línea, la consultora Boston Consulting Group cree que la implantación de la llamada sociedad del gigabit en Europa requerirá de una inversión de 660.000 millones de euros. De ellos, cerca de 360.000 millones se dirigirán a las redes de fibra hasta el hogar (FTTH)_y otros 200.000 millones al 5G.
En el mercado se apuesta por una participación de las administraciones públicas en los planes de inversión, sobre todo en zonas rurales, donde es menos probable que acudan los grupos privados por la menor rentabilidad.
España ha dado un fuerte impulso a la fibra óptica en los últimos años, gracias al tirón inversor de grupos como Telefónica, Orange y Vodafone. A final del tercer trimestre de 2016, Telefónica contaba con 16,4 millones de hogares pasados por su fibra, por nueve millones de Orange, que tiene más clientes con esta tecnología en el mercado español que en la propia Francia, su mercado de origen.
Las operadoras mantienen sus objetivos financieros
De momento, las grandes compañías europeas del sector mantienen sus objetivos de crecimiento para 2016. Telefónica, por ejemplo, mantuvo sus previsiones con un aumento de los ingresos superior al 4% junto con una estabilización de los márgenes de ebitda. Al cierre del tercer trimestre, los ingresos de la teleco subían un 3% (sin contar las variaciones de los tipos de cambio ni los movimientos en el perímetro de consolidación) con un aumento del 4,4% de los ingresos por servicios, mientras que los márgenes subían un 0,4 puntos porcentuales. La teleco, penalizada por la depreciación de las monedas latinoamericanas, logró mantener la estela de crecimiento en un mercado clave como Brasil.
En la misma línea, Orange también confirmó su objetivo de alcanzar un ebitda en el ejercicio de 2016 mayor que en 2015 gracias a la buena evolución comercial en mercados como España. De igual forma, la operadora francesa confirmó su objetivo de situar el ratio de deuda neta frente a ebitda en cerca de dos veces. Hasta septiembre, el ebitda creció un 0,2%, con un incremento del 1,6% en el tercer trimestre. Los ingresos totales de Orange aumentaron un 0,5% en los nueve primeros meses del año (un 0,8% en el tercer trimestre) gracias, sobre todo, al fuerte tirón de la filial española, que registró un incremento del volumen de negocio del 5,3%, con fuertes crecimientos en el móvil y la badna ancha, compensando el retroceso del 1% registrado en Francia.
A su vez, Deutsche Telekom confirmó sus objetivos de incremento de los beneficios ajustados de un 6% en 2016, mientras que los ingresos subirán tanto en 2016 como en 2017. En el tercer trimestre, el volumen de negocio del gigante germano creció un 5,9% hasta superar los 18.100 millones de euros (un 4,2% hasta septiembre), gracias al avance de la filial en EE UU, que creció un 17%. Alemania, su mercado principal, retrocedió un 0,8% hasta septiembre (un 2,1% en el tercer trimestre) como consecuencia del aumento de la presión competitiva y de las menores ventas de terminales móviles.
Vodafone, por su parte, prevé alcanzar en el actual ejercicio fiscal (acabará el 31 de marzo) un incremento del ebitda entre el 3% y el 6% para alcanzar un rango entre 15.700 y 16.100 millones de euros, en este caso ligeramente por debajo de la previsión inicial (16.200 millones en la parte alta del rango). La teleco británica señaló que la evolución de sus filiales en Europa fueron mejor de lo esperado durante su primer semestre fiscal mientras que el negocio en la India se ha visto afectado por la mayor competencia.
Incertidumbre sobre las futuras adquisiciones
El proceso de consolidación en el sector europeo de las telecomunicaciones parece haberse frenado, especialmente por las decisiones regulatorios. Quizá el hito más relevante fue la decisión de Bruselas de bloquear la venta de O2, filial británica de Telefónica, a Hutchison el pasado mes de mayo. La Comisión Europea también impuso unas condiciones muy duras a la integración de las divisiones danesas de Telenor y Telia, que finalmente decidieron cancelar la operación.
Bruselas sí autorizó la integración de las italianas Wind y 3 Italia (filial de Hutchison), aunque con unas fuertes condiciones, entre las que se incluía la implantación de un cuarto operador.
En este sentido, la agencia Moody’s cree que las fusiones transnacionales entre operadoras son improbables, al igual que las fusiones entre operadores móviles en países como Reino Unido, Francia, España, Suecia, Holanda, Dinamarca y Polonia durante los próximos 18 meses. Para estos analistas, los principales acuerdos corporativos en Europa vendrán entre compañías de banda ancha y de telefonía móvil.