Un poco de color en Goldman Sachs
El nombramiento del hispano experto en tecnología Martin Chavez como director financiero indica cambios
A los ejecutivos de Goldman Sachs les gusta bromear con que solo llegan a su cúspide blancos calvos y judíos. El nombramiento de David Solomon y Harvey Schwartz como principales lugartenientes del CEO Lloyd Blankfein parece fiel al patrón. Pero hay un toque de color.
Chistes malos aparte, el ascenso de Martin Chavez al puesto de director financiero sugiere que la junta de Goldman se da cuenta de que su futuro como gigante de la banca de inversión y valores también depende de su liderazgo tecnológico. Aquí es donde Chavez –un hispano abiertamente gay, que luce una buena cabellera– ofrece un atisbo del Goldman del futuro.
Abiertamente gay, el hasta ahora director tecnológico ha liderado la automatización de algunos de los negocios de 'trading' del banco
Es cierto que, al igual que Blankfein y Schwartz, Chavez está cortado a la medida de J. Aron, la división de materias primas y energía comprada por Goldman, donde comenzó su carrera como estratega senior, elaborando modelos de precios y gestión de riesgos. Pero Chavez, que tiene un doctorado en servicios de información médica, dejó Goldman por Credit Suisse, y luego fundó Kiodex, una firma de software de trading adquirida por SunGard en 2004.
Poco después, Cohn le ofreció volver a Goldman. Chavez ha dicho que decidió aceptar durante un retiro en un monasterio católico de Nuevo México. Desde que se convirtió en director tecnológico de Goldman, hace tres años, ha liderado la automatización de algunos de los negocios de trading y fue fundamental en la decisión discutida a nivel interno de abrir el acceso a partes de su software a terceros: al final, una jugada inteligente. Como director financiero –cargo ocupado hasta ahora por Schwartz– tendrá el control de todas las operaciones.
Mientras, la entidad continúa con su tradición de tener copresidentes, en este caso un veterano banquero de inversión, Solomon, y un experimentado trader, Schwartz, que aspiran a suceder a Blankfein, aunque este no muestra signos de retirarse pronto.
La cúspide de Goldman todavía parecerá abrumadoramente masculina, blanca y sin pelo. Pero añadir a Chávez es más que un cambio cosmético. Indica que el banco ve cambios en el horizonte.