Más de 40 empresas europeas, listas para dar respuesta a un ‘armagedón’
La Conferencia Ministerial de la ESA decidirá este jueves si financia la misión AIM y de ser así será lanzada en 2020.
Más de 40 empresas, entre ellas la española GMV, están pendientes de la Conferencia Ministerial de la Agencia Espacial Europea (ESA) que se celebrará en Lucerna (Suiza) los próximos 1 y 2 de diciembre. Allí se decidirá si se da luz verde a la misión AIM, que tiene como objetivo demostrar si los hombres están preparados para desviar de su ruta a un asteroide que se dirija hacia la Tierra, según explica a CincoDías Jorge Potti, director de Espacio de GMV.
En la citada conferencia, los ministros de Industria de los diferentes países que participan en la ESA decidirán los presupuestos que dedicarán cada país a las misiones espaciales de los próximos años, entre ellas la citada Asteroid Impact Mision. Un proyecto que se calcula contará con un presupuesto global de unos 100 millones de euros de coste industrial. “Nuestro contrato, si sale adelante la misión, rondaría los 10 millones de euros, un 10% del total”, añade Potti, que se muestra “muy esperanzado” de que la iniciativa siga adelante, por su impacto mediático y la trascendencia científica que puede tener.
El directivo de GMV admite, no obstante, que en esa conferencia “habrá muchos intereses en juego, pues hay otros muchos proyectos sobre la mesa: de telecomunicaciones, de observación de la Tierra, una misión lunar... Todo, con un presupuesto de 11.000 millones, así que hay que hacer muchos ajustes, pero confiamos en que los Estados decidan dotar financieramente la misión contra asteroides de la ESA”.
Potti recuerda que los trabajos para poner en marcha esta misión ya han comenzado y se han financiado las dos primeras fases, la de definición del proyecto y la del diseño de la misión. “A partir de ahora, entraríamos en la fase de fabricación, y ya hay un equipo industrial que lidera Alemania, donde participa GMV como única empresa española y sus filiales de Polonia, Rumania y Portugal”.
El ejecutivo detalla que la misión no puede esperar, ya que el sistema binario de asteroides Didymos, que será el blanco de esta misión, se encuentra en una desenfrenada carrera hacia nuestro planeta. “En 2022 el asteroide se encontrará a tan solo 11 millones de kilómetros de la Tierra y será el momento idóneo para realizar la prueba”, continúa Potti, que aclara que realmente se trata de dos misiones combinadas, la citada de la ESA y otra pareja de la NASA, llamada DART (Double Asteroid Redirection Test). “El objetivo de ambas es visitar Didymos, aunque cada una se ocupará de una tarea. La NASA llevará a cabo una misión suicida, porque provocará un impacto a gran velocidad de un vehículo contra el cometa pequeño de ese sistema [Didymos es un asteroide binario con un cuerpo principal que mide 800 metros y otro secundario de 170 metros), y ello nos permitirá probar si las tecnologías que tenemos son realmente eficaces para la deflación de asteroides. Todo, ante un posible futuro impacto de uno de estos asteroides contra la Tierra, algo que ya pasó en la época de los dinosaurios y más recientemente en Rusia”, continúa el directivo de GMV.
Respecto a la misión europea, Potti asegura que la ESA se encargará de construir y lanzar un satélite, que pondrá en órbita alrededor del sistema binario de asteroides Didymos, algo similar a lo que hizo la nave Rosetta, el pasado septiembre, que aterrizó con éxito en el cometa activo 67P. Rosetta captó imágenes históricas, pues nunca un instrumento humano había estado tan cerca de un cometa y había podido retratar la superficie de estos cuerpos. “Esta vez haremos mapas de los asteroides y estudiaremos su composición, y el satélite europeo retransmitirá a la Tierra el impacto del vehículo americano”, dice el directivo.
Potti cuenta que, si todo va adelante, el satélite se lanzará en octubre de 2020, cuando el sistema binario de asteroides estará a miles de millones de kilómetros, y en diciembre de 2020 se activará la misión de la NASA. “En agosto de 2022 se calcula que estaremos en la órbita de los asteroides y en septiembre de 2022 se produciría el impacto. Ambas misiones concluirían en diciembre de ese año”.
Según el directivo de GMV, con la rapidez que avanza el asteroide, la industria tiene que trabajar a un ritmo frenético. Por eso, más de 40 empresas de 15 Estados miembros de la ESA llevan desde 2011 dando forma a la misión. GMV se encarga del sistema de guiado, navegación y control del satélite europeo. “Es como si le pusiéramos un piloto automático, porque a diferencia de Rosetta, en este caso la navegación se hará de forma automática y no manual”. La compañía prevé tener un equipo de unas 20 personas trabajando en el proyecto.