¿Desaprovechan las pymes a sus comités de dirección?
Los directivos de las pymes deberían tomar acuerdos que generen impulso a los trabajadores y fomenten un objetivo común
Según un estudio realizado por el experto en productividad y factor humano, Juan San Andrés, el 40% de los comités de dirección de las pymes son ineficaces. Los principales problemas detectados derivan de la baja operatividad del Comité y de su falta de capacidad para marcar objetivos claros desde la dirección hacia los puestos más bajos.
Del estudio se desprende que en 4 de cada 10 pymes los directores generales no saben cómo sacar partido de su equipo de dirección, ni cómo estructurar las reuniones del Comité. Tampoco suelen establecer estrategias ni saben cómo trabajar con ellas para obtener la coherencia interna necesaria.
San Andrés recomienda a los directivos de las pymes que tengan en cuenta que los acuerdos que tomen deben generar un impulso común en los trabajadores, fomentando un objetivo compartido y estableciendo plazos y tareas que conduzcan a la consecución del mismo. Para ello, dice, lo mejor es establecer un despliegue de las metas que permita articular la empresa y orientarla hacia una misma dirección.
La implantación de un sistema de gestión nuclear conduce a lograr beneficios como centrar el foco de la actividad, dar unidad de acción a todas las direcciones, estructurar las relaciones entre los directores, facilitar que todos los trabajadores compartan las mismas metas y ayudar en la resolución de conflictos, entre otros.
Según Juan San Andrés, el mal funcionamiento de un comité de dirección es un problema institucional y debería abordarse como tal, implementando sistemas de dirección eficaces, que deben ser aprendidos, asimilados y llevados a la práctica. San Andrés subraya que para que una reunión de un comité de dirección sea útil y se convierta en el motor de la empresa es necesario que se lleven a cabo algunos cambios en los comportamientos de los directivos y en los procesos de fijación y seguimiento de los objetivos.
Sin embargo, a menudo, las pymes consideran los aspectos comportamentales y cognitivos de la actividad directiva como elementos menores dentro del conjunto de actividades que conducen a aplicar estrategias y basan su competitividad únicamente en la modernización y actualización de infraestructuras descuidando el factor humano.