_
_
_
_
_

Emprender diferente en el sector del turismo online

Son decenas las startups basadas en el modelo de agregación. Portales receptores de ofertas de mayoristas, en donde cada vez resulta más difícil diferenciarse. ¿Cómo conseguirlo?

CINCO DÍAS

El sector del turismo ha sido uno de los principales impulsores del concepto "agregador", entendido como espacios online capaces de recopilar un sinfín de ofertas, y compararlas en segundos para conseguir la mejor propuesta. Si viaja habitualmente, le habrán venido a la cabeza decenas de marcas y webs que probablemente revisa antes de comprar su billete.

A pesar de la alta competencia, siguen apareciendo nuevas ideas y proyectos. ¿Dónde está la diferencia? ¿Cómo competir con esos gigantes? La diferenciación para cubrir nichos entre los potenciales clientes se posiciona como una de las claves, según David Rebollo, cofundador de una de estas startups: Kolaboo.

¿Qué tiene de diferente vuestro proyecto con respecto a otros buscadores de alojamiento?

Kolaboo no es sólo un buscador de alojamiento sino un buscador de viajes más personales y auténticos. Desde nuestra web, un usuario puede buscar y comparar apartamentos particulares de distintos proveedores, pero también puede encontrar experiencias turísticas con gente local, alquiler de barcos o navegación colaborativa, gastronomía con particulares o trayectos en coche compartido. Proporcionamos a los usuarios la posibilidad de encontrar todo lo necesario para su viaje, desde el transporte al alojamiento, pasando por las actividades a realizar en el destino que visitan. Y todo ello trabajando con empresas de economía colaborativa que ofrecen una experiencia más personal y auténtica.

Parece que son muchos los proyectos de economía colaborativa en el ámbito del turismo, ¿hay sitio para todos?

Si bien es cierto que han surgido multitud de proyectos de economía colaborativa en los últimos años, también es cierto que el mercado está creciendo a la par e incluso más deprisa. Hoy en día alojarse en un apartamento de un particular en lugar de en un hotel es algo que está totalmente asimilado por una gran cantidad de viajeros. Lo mismo pasa con alternativas dentro del transporte como los trayectos en coche compartido. Esos dos han sido los sectores que más rápido han crecido, pero hay muchos sectores que aún son de nicho y que están siguiendo el mismo camino como el alquiler de coche entre particulares o las experiencias turísticas con gente local.

La economía colaborativa tiene un sentido y es proporcionar una experiencia más personal, además de permitir ahorrar dinero desde el punto de vista del consumidor y sacar más provecho de activos infrautilizados desde el punto de vista del productor. Es por ello por lo que aún queda mucho recorrido en el sector del turismo para estas iniciativas aunque también es cierto que habrá proyectos que no acaben de calar con el gran público y terminen cerrando. La economía colaborativa ya es un hecho y ha venido para quedarse.

¿Cuál es la clave para conseguir emprender con garantías en este ámbito tan competitivo?

La clave es la misma que en cualquier proyecto emprendedor: la diferenciación. Pero no se trata de hacer algo diferente porque sí, hay que hacer algo diferente pero que coincida con lo que el mercado demanda. La clave por lo tanto para encontrar la diferenciación que ayude a triunfar es escuchar al mercado. Fue así como en Kolaboo identificamos que había una necesidad en el mercado de aglutinar todas las plataformas de viaje entre particulares puesto que se encontraban muy dispersas.

¿Qué opinas de la regulación y limitaciones en ciertos ámbitos colaborativos? ¿Entiendes al hotel o taxi tradicional en sus reivindicaciones? ¿Cómo podría resolverse este conflicto?

La regulación es necesaria para que existan unas reglas de juego a las que atenerse, pero no se puede pretender regular la economía colaborativa en su totalidad con una sola norma. Hay muchísimos sectores en los que están surgiendo iniciativas colaborativas, como el turismo por supuesto, pero también las finanzas, la educación, o la logística. Cada sector necesitará una regulación diferente.

Dicho esto, el objetivo de la regulación no puede ser intentar acabar con esta nueva forma de interacción entre particulares, no se le pueden poner puertas al campo. Lo que sí que se puede hacer es fijar unas normas para que esta interacción se desarrolle de manera más controlada. Las posturas del sector hotelero o del taxi son comprensibles desde el punto de vista de lo afectados que se ven por este fenómeno. Pero que un sector más tradicional se vea afectado por una evolución del mercado es algo que ha pasado siempre, desde la reducción de mano de obra a causa de la revolución industrial hasta la desaparición de los videoclubs por culpa del paso de los contenidos a Internet. Los sectores tradicionales como los hoteles o los taxis tienen que intentar reinventarse de modo que actualicen o mejoren un servicio que en esencia no ha cambiado en las últimas décadas.

Con respecto de la resolución del conflicto, ya hay empresas colaborativas trabajando en distintos sectores conjuntamente con las administraciones. Puede tratarse por ejemplo de fijar unos límites a la cantidad de servicios que puede ofrecer un particular. Pero lo que es indudable es que gracias a que estas plataformas realizan todas sus transacciones a través de Internet, la trazabilidad de las mismas es absoluta. Las administraciones tienen que trabajar codo con codo con estas plataformas para que les ayuden por ejemplo a ejercer de recaudadores de impuestos. Nadie mejor que ellos sabe lo que están ganando sus usuarios.

Archivado En

_
_