Popular cae a mínimos de 26 años
Los descensos han venido acompañados de elevados volúmenes de contratación
Un mal sueño del que no consigue despertar. Popular, que ha presentado hoy sus cuentas de los nueve primeros meses del años, se ha convertido este viernes en el valor más castigado de la Bolsa española. Sus acciones han bajado un 8,42% lo que le llevan a marcar mínimos de septiembre de 1990. En concreto sus títulos han cerrado la sesión al filo del euro por acción. Además, los descensos han venido acompañados de elevados volúmenes de contratación. A lo largo de la sesión se han intercambiado de manos 118 millones, la cantidad más elevada desde que se anunciara la ampliación de capital. Este importe representa el 2,8% del capital.
Antes de la apertura del mercado la entidad, que se encuentra en pleno proceso de ajuste de su plantilla, ha comunicado un beneficio de 94 millones hasta septiembre. Es decir, las ganancias de la entidad han caído un 66% debido a las provisiones acometidas para potenciar las fortalezas del negocio y deshacerse de los activos no productivos.
En el conjunto del año el desplome que acumula Popular alcanza el 63%. Aunque bien es cierto que las entidades no están atravesando su mejor momento en Bolsa, debido a las dificultades de generar ingresos en un entorno de tipos 0%, el caso de la entidad que preside Ángel Ron es especial. El banco, que descarta una fusión con otras entidades, efectuó en junio una ampliación de 2.500 millones, la segunda en menos de cuatro años, para fortalecer el balance y mejorar los índices de rentabilidad, solvencia y calidad de activos para cumplir con los requisitos regulatorios. Hasta entonces los rumores sobre la solvencia del banco sobrevolaban a la entidad.
Un mes después, en julio, se conoció que Popular anunciaba cambios en la cúpula que se hicieron efectivos el 1 de septiembre. En concreto, Pedro Larena Landeta fue designado como nuevo consejero delegado en sustitución de Francisco Gómez. Larena pasó a ser la persona encargada de capitanear la nueva estrategia del banco que pasa por un ajuste de plantilla de 2.592 empleados (en un principio los despidos se cifraron en 2.894 trabajadores) y el cierre de 300 oficinas.