Otro mal año para la banca. Sus resultados no logran despegar
El Bufete Salmerón prepara una demanda contra tres bancos por vender bonos de Abengoa a clientes minoristas sin test de idoneidad El éxito de Bizum está sorprendiendo a la propia banca
Otro año negro para la banca en general y para la española en particular. No logran levantar cabeza. Sus beneficios siguen sumidos en la agonía, y solo la reducción de costes y las menores provisiones (salvo los que salgan penalizados por la aplicación de la nueva circular contable del Banco de España, que ya ha entrado en vigor) pueden compensar la caída de los ingresos en parte derivados por los tipos de interés al 0%.
Santander ya ha revisado a la baja la rentabilidad reflejada en su plan estratégico 2016/2018. Sabadell ya lo hizo unos meses antes, justo en el último año de su plan, y en el nuevo no descarta por primera vez realizar ajustes. CaixaBank también prevé revisar a la baja la rentabilidad comprometida en su también plan trienal, o por lo menos eso aseguran los analistas y la entidad no lo desmiente. Bankia ha retrasado hasta febrero más o menos la presentación de su plan estratégico, que inicialmente debía haberse puesto en marcha este año. Pero las incertidumbres regulatorias, la volatilidad de los mercados, y, como no, la falta de Gobierno en España (el 65% de su capital es del FROB), han derivado en este retrasado, que le permitirá incluir a BMN en su plan como todo parece indicar. La tabla de salvación de Popular está en el futuro de su vehículo inmobiliario.
De momento, Bankinter parece así el único que no encuentra obstáculos al ascenso de su rentabilidad y resultados. Pese como casi todo, también se le puede poner peros. Su rentabilidad es del 13,2% potenciado por el efecto positivo del fondo de comercio negativo (badwill) en 130 millones de euros de Portugal. Excluyendo este efecto extraordinario, se sitúa en el 10,7%. Este porcentaje es inferior al registrado al cierre de 2015 (10,9%), e inferior al 12% que esperaba alcanzar este año de forma ordinaria (es decir sin tener en cuenta el fondo de comercio negativo).
Queda BBVA entre los grandes. En este caso parece que sí se cumplirá eso de un resultado que irá de menos a más, frase que los banqueros repiten casi todos los primeros trimestres del año, y luego no siempre se cumple, aunque siempre dicen que hay justificación para ello. BBVA ha dejado algunos de sus quebraderos de cabeza de la primera mitad de año en el olvido, caso de Turquía y Estados Unidos, país este último en el que ya el año que viene ya, por fin, sobrepasará el coste de capital que invirtió el banco. El lastre inmobiliario también comienza a dar alegría. Su unidad inmobiliaria ya ha comenzado a ganar dinero. Pese a todo su rentabilidad es aún baja.
Esto para 2016 (esta semana todos los principales bancos, salvo Ba nkinter que ya lo ha hecho, presentan sus resultados de los nueve primeros meses del año). Para 2017 el futuro es igual de oscuro.
De ahí que se esperen las tan cacareadas fusiones doméstica y más ajustes de plantilla y oficinas –hay que reducir costes–. Algunos bancos, no obstante, no podrán soportar tanta presión durante mucho más tiempo y caerán en manos de su rival.
Por cierto, para esto de la reducción de costes, el experimento o prueba piloto que han hecho prácticamente todos los bancos con Bizum –la plataforma o servicio por móvil de pequeñas transferencias entre particulares, que se ampliará en breve a los pagos online y en comercios–, ha demostrado que la colaboración es positiva. Bizum está superando las previsiones del sector. “Va como un tiro”, señaló el viernes el director de un gran banco. Este éxito ha dado alas a algún que otro consultor para soñar con ampliar el abanico de posibles colaboraciones sectoriales. Habrá que esperar qué se les ocurre.
Y mientras, otra mala noticia para la banca. O eso ha sugerido algún que otro experto financiero. El pasado 17 de octubre estuvo en Madrid el responsable del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el español Jaime Caruana. Ofreció una conferencia dentro de las cátedras que organiza La Caixa. En su intervención el exgobernador del Banco de España comunicó a los asistentes que la aprobación de los puntos pendientes de Basilea III se retrasará a enero. Estaba previsto que tendría luz verde a finales de este año.
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ya defendió hace unas semanas la necesidad de cerrar “cuanto antes” el nuevo marco de regulación Basilea III para poder llegar en el futuro a la pausa regulatoria que muchos bancos han venido pidiendo. El nuevo marco regulatorio vigilará, entre otras, la cuantía mínima de capital de las entidades financieras y plantea la posibilidad de establecer un suelo a los activos ponderados por riesgo (APR).
Otro apunte. El Bufete Salmerón prepara una demanda, que si puede será colectiva, contra una serie de bancos: Santander, CaixaBank y Popular, “por la venta entre 2007 a 2015 de bonos y pagarés de Abengoa a clientes minoristas sin haberles realizado los correspondientes test de idoneidad y conveniencia como fija la regulación de la CMNV”, declara el propio despacho de abogados.
Argumenta que los clientes que adquirieron estos bonos y pagarés desconocían que se comercializaban en Irlanda, desconocían que podían perder su dinero dependiendo de la situación de la empresa, y que se los colocaron justo cuando los bancos comenzaban a retirar la financiación a Abengoa.
Este despacho calcula que hay unos 10.000 clientes minoristas a los que se les vendieron estos productos, que en conjunto suma una inversión de 50 millones de euros. Salmerón representa a 52 clientes.