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Tarjeta Sanitaria Europea frente a seguros privados

La cobertura de salud cuando viajas al extranjero

viaje salud

Encaramos el mes central de las vacaciones, agosto, los viajes se multiplican y buena parte de ellos al extranjero. Las costumbres han cambiado. Las vacaciones se reparten más a lo largo del año, ya hay muy pocos casos de quien consuma todo el mes de vacaciones de golpe. Se alterna, periodos más largos, de dos o tres semanas, con otras escapadas más cortas. También cambian los destinos, y muchos de estos viajes se realizan al extranjero.

Cuando preparamos el viaje fuera de nuestras fronteras nos esmeramos en encontrar las mejores ofertas en vuelos y hoteles, en preparar que ver al detalle, todo para que el viaje sea perfecto. Pero nos olvidamos a veces de un aspecto importante, como proteger la salud en caso de cualquier percance.

Si viajamos por la mayoría de los países de Europa, tenemos una extensión de nuestro sistema a través de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE). Este documento, personal e intransferible, nos acredita el derecho a recibir todas las prestaciones sanitarias necesarias, desde un punto de vista médico, durante una estancia temporal en el territorio del Espacio Económico Europeo y Suiza. Es decir, podemos usar esta tarjeta en los siguientes países: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania, Suecia y Suiza.

Es importante señalar que esta tarjeta no es válida cuando el desplazamiento tiene como finalidad recibir tratamiento médico. Tampoco lo es si lo que hacemos es cambiar de residencia a cualquiera de los países señalados. En este caso, dependeríamos del sistema de salud del país en el que vivamos con sus normas de acceso (universal por residencia o no). Eso sí, la solicitud es muy sencilla y deberíamos pedirla siempre que viajemos. Puedes pedirla en cualquier Centro de Atención e Información de la Seguridad Social y tiene una vigencia de dos años.

Esta cobertura gratuita tiene una serie de limitaciones. La primera, la más obvia, es que el ámbito de aplicación se circunscribe sólo a los países europeos señalados. Por ello, si viajamos fuera de estos, no nos sirve de nada.

La segunda es que existe una gran diferencia entre las coberturas sanitarias entre países. Por calidad o tipo de prestaciones podemos encontrarnos que los sistemas sanitarios no cubran nuestras expectativas. En este caso, si tienes contratada una póliza de seguros sanitaria privada tendrás en la mayoría de los casos cobertura para tus viajes en el extranjero. En este caso es importante conocer que es lo que cubre nuestro seguro. Además de asistencia médica en el extranjero suelen cubrir puntos importantes como medicamentos, gastos de hospedaje de acompañante, traslado de un acompañante al extranjero o retorno del enfermo a España, etc.

Las coberturas son muy variadas y por ello es importante conocer, repasar y llevar toda la información de las mismas si fuera necesario. Especialmente es relevante tener el número de teléfono de contacto con nuestra compañía de seguros, que muchas veces, en el extranjero es distinto que en España.

Sin este seguro de salud, es el seguro de viaje el que nos puede ayudar. Dentro de sus coberturas tendremos parte que cubren aspectos de salud o repatriación en caso de enfermedad. Como con el seguro de salud es muy importante que estudiemos sus coberturas, en este caso, antes de la firma, para saber si cubre este aspecto o no. Igualmente es fundamental que llevemos copia de la póliza con las coberturas y el teléfono de contacto.

Tener en cuenta cualquier imprevisto en un viaje es importante, pero en el tema de salud es fundamental.

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