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Banca

Novo Banco aumenta sus pérdidas hasta los 363 millones en el primer semestre

Dedicó 577 millones a provisiones, más del doble que entre enero y junio de 2015.

Un hombre camina junto a la sede de Novo Banco en Lisboa.
Un hombre camina junto a la sede de Novo Banco en Lisboa.Efe

El Novo Banco, la tercera entidad financiera más importante de Portugal a nivel de activos, aumentó sus pérdidas en el primer semestre hasta los 362,6 millones de euros, un 44% más que en el mismo período de 2015.

Así informó hoy la compañía en un comunicado en el que justificó estas pérdidas principalmente por las provisiones dedicadas a costes de reestructuración, entre otros motivos.

La entidad dedicó 577 millones de euros a provisiones, más del doble que entre enero y junio de un año antes.

El producto bancario -equivalente a los ingresos de la entidad- alcanzó en el primer semestre los 446,5 millones de euros, un 7,7 % más, mientras que los costes operativos se redujeron un 23,4 % y alcanzaron los 304,2 millones.

Pese a ello, el resultado antes de impuestos fue negativo en 434,5 millones, unas pérdidas un 71 % mayores que un año antes.

La entidad cerró junio con 25.356 millones de euros en depósitos, casi 3.000 menos que en la misma fecha de 2015, y el crédito en riesgo se redujo en un 3 % respecto al cierre de 2015 hasta los 8.283 millones de euros.

En términos de solvencia, la entidad presenta un ratio Common Equity Tier I del 12 %, un punto y medio inferior al que anunciaba en diciembre del año pasado.

El banco se encuentra en pleno plan de reestructuración y espera reducir sus costes operativos en 150 millones mediante la salida de un millar de empleados y una reducción de su red de oficinas a 550 sucursales hasta finales de año.

El Novo Banco, creado en agosto de 2014 con los activos “saludables” del intervenido Banco Espírito Santo (BES), está en venta y el supervisor bancario luso analiza las cuatro ofertas presentadas por la entidad.

Aún así, en Portugal no se descarta que este segundo intento de venta acabe por fallar, mientras que el plazo límite marcado por Bruselas para que el Estado se desprenda de la entidad expira en agosto de 2017.

En el momento de su nacimiento, la entidad fue recapitalizada con un crédito público de 3.900 millones y otros 1.000 millones procedentes del resto de bancos lusos, por lo que en el país preocupan las pérdidas que podría generar una venta por debajo de ese montante

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