Telefónica, ante el reto de acelerar el recorte de deuda
Moody’s pide a la teleco que realice una operación de calado antes de fin de año
Telefónica se enfrenta al reto de acelerar el desapalancamiento. Un desafío que se endureció tras la decisión de la CE en mayo de vetar la venta de su filial británica O2 a Hutchison, que habría proporcionado al grupo 13.000 millones de euros. El mercado quiere pruebas de que la teleco está dispuesta tomar decisiones drásticas para recortar su deuda neta, que se situaba en 50.300 millones a final de marzo, con un ratio de apalancamiento de 3,02 veces.
En estas circunstancias, Carlos Winzer, vicepresidente de Moody’s, asegura que Telefónica, antes de que termine el año, tiene que realizar alguna operación de calado o dar alguna prueba clara de que tienen en marcha una transacción de relevancia para reducir deuda. “No puede llegar al primer trimestre de 2017 con la incertidumbre abierta sobre el proceso”, indica el directivo en un encuentro con CincoDías. Moody’s mantiene el rating de la teleco en Baa2, si bien con perspectiva negativa desde la decisión de la CE sobre O2.
En estas circunstancias, el brexit ha ralentizado el proceso de reducción de deuda al frenar las posibles negociaciones para la venta de la filial británica O2, así como para la posible colocación en Bolsa de esta división. De igual forma, la volatilidad de los mercados financieros generada por el referéndum británico ha provocado un retraso en la colocación en Bolsa de Telxius, la nueva filial de infraestructuras.
El nombramiento de Theresa May como nueva primer ministro de Reino Unido ha contribuido a calmar los mercados financieros. Sin duda un escenario fundamental para la teleco, que se encontraría con una situación muy complicada si los mercados se ponen en contra. De momento, las bolsas parecen haberse tranquilizado ligeramente. Tras subir el martes un 2,95%, ayer bajaron un 1,8%. No obstante, desde su mínimo anual de 7,45 euros, marcado tras el brexit, han rebotado un 17%.
En este marco, si los mercados lo permiten, la operadora reactivaría la o OPV de Telxius, cuyo proceso tenía ya muy avanzado. Winzer cree que es una forma de descargar el balance al poner estos activos estratégicos vinculados a las infraestructuras en una nueva división. La empresa podría captar cerca de 2.000 millones de euros.
Además, Telefónica podría iniciar antes de final de año la salida a Bolsa de O2, de la que podría colocar entre un 30% y un 40% del capital. La operadora, que captaría entre 3.000 y 4.000 millones de euros, seguiría consolidando O2 por integración global, con lo que no necesitaría reducir deuda en un volumen tan grande como si se vendiera en totalidad la filial para cumplir con el ratio de deuda neta frente a ebitda. UBS cree que Telefónica, al sumar O2, puede asumir una deuda adicionar de 4.500 millones. La intención de la teleco es situar este ratio en 2,35 veces.
De igual forma, si el mercado se suaviza, Telefónica volvería a emitir híbridos, con los que reforzaría su capital. La teleco tiene capacidad para colocar estos productos financieros por 5.000 millones de euros.
La compañía se ha visto favorecido por el actual escenario de tipos de interés bajos, impulsado por las políticas de recompra de deuda privada que impulsa el Banco Central Europeo, según destacan fuentes del sector.
Con todo, Telefónica ha reducido progresivamente el coste de su deuda. Al cierre del primer trimestre, el coste efectivo de su deuda se situó en el 4,66%, 39 puntos básicos menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Probablemente, esta magnitud habrá vuelto a descender en el segundo trimestre.
El rating y el dividendo, dos frentes
Telefónica mantiene su compromiso de pagar un dividendo anual de 0,75 euros por acción. El primer tramo, que se abonará en noviembre, será por un importe de 0,35 euros por título, aunque bajo la modalidad de scrip dividend. El segundo tramo, de 0,40 euros por acción, se abonaría en el segundo trimestre de 2017, esta vez en efectivo. En estas circunstancias, en el mercado se especula con una posible reducción o una ampliación del scrip dividend, en función del ritmo de desapalancamiento.
El dividendo dependerá del proceso de reducción de deuda. De no acelerarse, a final de año, el consejo de la teleco deberá plantearse si toma todas las medidas necesarias para consolidar el desapalancamiento para mantener el rating o si apoya el dividendo.
Telefónica, que en 2012 tomó la decisión de suspender el dividendo durante un año (en 2012 iba a pagar 1,50 euros por acción; 1,30 euros en efectivo y el resto a través de una recompra de acciones), ha mantenido su compromiso con el mantenimiento del rating.