¿Quiénes son los propietarios de las acciones españolas?
El pasado ejercicio no fue el año que las casas de análisis esperaban para la renta variable española. A pesar de todo, esto no se convirtió en un impedimento para que los inversores extranjeros se erigieran como los principales propietarios de la Bolsa española. Según el informe que elabora BME, a cierre de 2015 los inversores no residentes ostentaban el 42,3% de las acciones españolas, su segundo mayor nivel desde 1992 (primer año en que se elaboró este estudio) y 5,5 puntos por encima de los datos registrados antes del estallido de la crisis. Este dato viene a confirmar el apetito de los inversores extranjeros por las empresas españolas a pesar de la incertidumbre política que comenzó a reinar en 2015. En comparación con la medida de Unión Europea, la cantidad de títulos que poseen los no residentes supera la media del resto de países.
El segundo escalafón lo ocupan los inversores particulares. Una de las características que predomina en la Bolsa española es la elevada participación de las familias en la renta variable española, que a cierre del ejercicio contaban con cerca de la cuarta parte (24,4%) de los títulos de cotizadas españolas. Este porcentaje, aunque es elevado ha caído en 1,8 puntos respecto al año anterior, pero supera en 4,3 puntos la participación que disponían antes de la crisis.
Este protagonismo de las familias españolas hay que buscarlo en las atractivas políticas remuneración al accionista. Es de sobra conocido, el esfuerzo de muchas compañías por mantener el pago del dividendo. Incluso en los momentos de mayor dificultad. Ahora el reto al que se enfrentan las empresas es el de impulsar sus beneficios y seguir ofreciendo una retribución atractiva para tratar de fidelizar al accionista.
No obstante, el mayor aumento de participación en la propiedad de acciones se lo anotaron en 2015 las empresas no financieras que, a cierre del ejercicio, eran propietarias del 18,9% del valor de las empresas españolas, 1,8 puntos más que un año antes. Este incremento permite poner fin a la tendencia de cuatro años de caídas consecutivos, algo que se inició en 2010.
El cuarto puesto es para los bancos y cajas españoles (3.6%). La caída que viene registrado este grupo se debe a “los profundos cambios estructurales en el ámbito empresarial de la economía española en los últimos 25 años así como el impacto de las crisis más recientes”, según apunta BME. Pero si a estas se suma la participación de los bancos y cajas con las instituciones de inversión colectiva, la participación conjunta asciende al 11,5%, el mínimo de la serie histórica.
La lista la cierran las Administraciones Públicas que en 2015 aumentó su porcentaje hasta el 2,9%, el más elevado de los últimos 18 años, fruto de la salida a Bolsa de Aena.