Fainé, el presidente que hizo banco la gran caja
El consejo de CaixaBank formalizará hoy el relevo de Isidro Fainé
"Algunos miran las cosas como son y se preguntan por qué; yo prefiero mirar las cosas como podrían ser, y preguntarme por qué no”, defendía hace apenas una semana Isidro Fainé ante el congreso de empresarios CEDE, citando al emprendedor Pedro Duran Farrell.
Una convicción que Fainé ha hecho propia en sus 17 años de firme dirección de La Caixa, la mayor de las cajas de ahorros que ha terminado convirtiendo, por qué no, en CaixaBank, el banco más por volumen de negocio en España.
Fainé (Manresa, 1942) aprendió el oficio desde abajo. Comenzó a trabajar a los 13 años y cursó el bachillerato nocturno mientras trabajaba por el día. A los 19 años arrancó su andadura bancaria como auxiliar en el Banco Atlántico, donde llegó a ser director de inversiones en 1964 lo que le llevó a abandonar su plan de estudiar Física y optar por Ciencias Económicas.
En 1969, asumió el reto de reflotar el Banco de Asunción en Paraguay tras lo cual regresó a Barcelona para ejercer de director de personal de Banca Riva y García (1973), consejero y director general de Banca Jover (1974) y director general de Banco Unión (1978).
Finalmente, en 1981 se incorporó como director general adjunto a las filas de La Caixa, entidad con la que terminó compartiendo ADN. En 1999 fue nombrado director general y en 2007 asumió la presidencia de la firma que abandona ahora, nueve años después, forzado por la Ley de Cajas.
Un periodo de intensa transformación del sector financiero español en general, y de la gran caja de ahorros catalana, en particular, en el que Fainé ha lidiado con el estallido de la burbuja de las puntocom, los años del boom inmobiliario, la gran recesión, o la reestructuración de la banca española.
Desde que accediera a la dirección del grupo en 1999, la entidad ha incrementado su tamaño 4,6 veces, pasando de los 74.217 millones de euros en activos a los 344.255 millones, y duplicado su clientela hasta rozar los 14 millones de clientes.
Solo en los últimos seis años, CaixaBank ha absorbido Caixa Girona, Bana Cívica, Banco de Valencia o el negocio de Barclays Bank en España, convirtiéndose en la entidad financiera con mayor cuota de negocio en el país, mientras que a nivel internacional ultima hacerse con el control efectivo del luso BPI.
Fainé fue también uno de los artífices de la salida a Bolsa de CaixaBank, en julio de 2011. Desde entonces, la cotización ha subido un 2,06% hasta lo 1,987 euros por acción de ayer (si bien llegó a 4,5 euros en 2014).
La transformación de la entidad en la trayectoria de Fainé es aún mayor frente a la caja en la que entró a trabajar. Cuentan en la entidad que al incorporarse a La Caixa hace 35 años, lo primero que hizo Fainé fue tomarse unas semanas para visitar las 500 oficinas con que contaba entonces la entidad. Hoy necesitaría más tiempo. CaixaBank tiene la mayor red de sucursales del país, con 5.211 oficinas, y una de las apuestas nacionales más punteras por la banca digital.
Su labor en estos años, según sus propias palabras, ha permitido “mantener, fortalecer y desarrollar tres ámbitos de actuación fundamentales: el financiero (CaixaBank), el empresarial (CriteriaCaixa) y el social, nuestra razón de ser (Fundación Bancaria La Caixa)”, según el reparto de actividades que ha terminado imponiendo la legislación.
Una nueva normativa que, como al resto de presidentes de las cajas, le obligaba a elegir entre el liderazgo de la fundación o el del banco. Y, aunque el plazo para decidir fue extendido con una enmienda a la que se le dio el sobrenombre del banquero catalán, el plazo expira este jueves cuando se formalizará su relevo en el consejo.
Todo hace indicar, sin embargo, que Fainé mantendrá las riendas del grupo desde su puesto de presidente de la fundación –la tercera mayor del mundo, y un orgullo personal para él con 500 millones de presupuesto anual– y de la matriz empresarial del grupo, Criteria.
Deja, a fin de cuentas, un presidente no ejecutivo al frente del banco, Jordi Gual, y un primer ejecutivo, el consejero delegado Gonzalo Gortázar, de su plena confianza. Por el camino han quedado figuras de calado en el proyecto como el exconsejero delegado Juan María Nin, cuya pujante proyección para la sucesión podría explicar, sugieren fuentes del sector, su sorpresiva salida hace ahora dos años.
“Que lo urgente no prime sobre lo importante”, recomendaba Fainé la pasada semana al congreso de empresarios.
Los hombres fuertes del grupo
Jordi Gual, Presidente de CaixaBank
Un técnico de prestigio y tablas en la Comisión Europea
El sucesor de Isidro Fainé en Caixabank ha sido hasta el momento el economista jefe de la entidad y es por tanto un experto en análisis macroeconómico. Esta experiencia será un gran aval para su nuevo cargo, al que llega en un momento de graves incertidumbres económicas. Su paso por las instituciones comunitarias será también una experiencia valiosa en el contexto de la unión bancaria. Gual, nacido en Leida en 1957 y doctor en economía por la Universidad de Berkeley (California), y fue asesor económico en la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea entre 1994 y 1996. Entre 2002 y 2005 formó parte del Grupo de Asesoría Económica sobre Políticas de Competencia de la Comisión Europea. Gual es miembro de la junta directiva del Círculo de Economía, del Consejo del European Corporate Governance Institute, del Patronato de la Fundación CEDE y vicepresidente de la Fundación de Estudios Financieros.
Antoni Massanell, Vicepresidente
El hombre en Telefónica y Sareb
Antoni Massanell es uno de los ejecutivos históricos de Caixabank y su actual vicepresidente. Ocupará de forma provisional la presidencia del banco hasta que el BCE dé su aprobación formal, por carta firmada por su presidente Mario Draghi, al nombramiento de Gual como sucesor de Fainé. Massanell se incorporó a La Caixa en 1971 y ocupa la vicepresidencia de Caixabank desde junio 2014. En ese momento era director general de medios. nacido en Vilafranca del Penedés en 1954, es además consejero del banco en Telefónica y en Sareb, el banco malo.
Gonzalo Gortázar, Consejero delegado de CaixaBank
El discreto número uno del tercer banco del país
El discreto número uno de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, de 50 años de edad, será a partir de ahora la mano derecha de Jordi Gual. Especialista en banca de inversión, también es buen conocedor de los entresijos de la City londinense y de los mercados europeos en general, como Gual. Fue nombrado consejero delegado en CaixaBank en sustitución de Juan María Nin, hace ahora justo dos años. Licenciado en Derecho y Ciencias Empresariales por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y MBA por el Insead, este ejecutivo trabajó entre 2003 y 2009 en Morgan Stanley, en Londres y Madrid, donde ocupó diversos cargos en banca de inversión. Anteriormente había desempeñado responsabilidades en Bank of America en banca corporativa y de inversión, lo que le imprimió un conocimiento del mundo de las fusiones, y le abrió las puertas de Criteria, donde llegó en la primavera de 2009. De ahí saltó a CaixaBank como CEO en 2014.
Jaume Giró Director de la fundación
El poder de la comunicación
Jaume Giró es el hombre fuerte de la Fundación La Caixa, de la que es director general desde junio de 2014, con responsabilidad sobre las áreas de comunicación, relaciones institucionales, marca y responsabilidad social Corporativa del Grupo. Ocupa además el puesto de director general de comunicación de Criteria. Procedente de Repsol, se incorporó al grupo en marzo de 2009, primero como director ejecutivo en las áreas de comunicación y relaciones institucionales y luego como director general adjunto de CaixaBank, desde donde pasó a la Fundación.