Llega el verano… subirá la luz: ¿Qué hacer?
Oferta y demanda, estas dos variables son las que deberían determinar el precio de cualquier producto o servicio, y en teoría, desde que se acabó el sistema de subastas y se instauró el nuevo modelo de determinación de precios en febrero de 2014 fija el precio de la luz, pero para nada es exacto además tiene alguna “interferencia”. El gran problema inicial es que buena parte del componente de los precios es fijo, incluyendo tasas y otros pagos como los que van destinados al déficit eléctrico. El segundo, que la oferta de la luz, es decir el sistema de generación de la misma y su coste, también tienen un enorme componente estacional.
Para generar electricidad se utilizan distintos métodos con un coste muy dispar entre ellos. Es barata la que se genera por energías renovables como la eólica y la hidráulica, también es barata la nuclear, pero en España su generación cubre un porcentaje muy bajo con respecto a las necesidades, y es más cara la térmica, especialmente la que se utiliza el carbón. En invierno, la generación mayoritaria, a vece en su totalidad es por energías renovables. Con ello, llega una energía barata al mercado. Pero en verano, sin lluvias que permitan abrir las compuertas de los embalses y con mucho menos viento que mueva los parques eólicos no queda más remedio que poner en funcionamiento energía cara y con ello pagar más por la parte variable de la factura de la luz.
Más gasto eficiente
La subida de la luz depende también de la demanda, que muchas veces en verano va en el mismo sentido de la oferta. Sin lluvia, sin viento y con mucho calor no sólo se genera menos energía sino que se multiplica su uso por la mayor utilización de los aires acondicionados. Con todo ello, si se juntan ambos componentes como ocurrió en el año 2015, la subida puede ser más que moderada ¿Qué puede hacer el consumidor en verano para paliarlo? Redoblar su esfuerzo para realizar un uso más eficiente de los consumos de verano adecuándolos además a los cambios que se producen en la tarifa horaria en esta época del año:
- Cambios en las horas punta cuando la energía es más cara: Como regla general, de lunes a viernes, la luz es más cara a última hora de la mañana, de 12:00 a 13:00, coincidiendo con el mayor uso de aires acondicionados en oficinas (por la tarde muchas empresas cierran) por lo que es mala idea cocinar a estas horas, es preferible preparar platos fríos en momentos más baratos. También cambia el segundo momento más caro, el de la noche. Si en invierno el punto máximo está entre las 20:00 y las 21:00, en verano cambia y se desplaza más tarde, entre las 22:00 y 23:00. Si usas lavadora y lavavajillas, electrodomésticos de gran consumo eléctrico, por la noche, deberás hacerlo más tarde.
- Uso eficiente de la climatización: En verano bastará con tener las estancias entre 22º y 26º. Cada grado que bajemos de los 22º, temperatura adecuada en el rango más bajo, supone un aumento del 7% en el total del recibo de la luz.
- Consumo adecuado de electrodomésticos: Regulemos la temperatura de los electrodomésticos de uso continuo, como frigoríficos y congeladores, las diferencias de consumo, al estar en funcionamiento las 24 horas del día pueden ser muy importantes.
- A largo plazo invirtamos en aislar mejor la vivienda: Ventanas suelen ser un importante foco de entrada de frío y calor e implementar medidas de eficiencia como la doble ventana supondrá un ahorro todo el año que amortizaremos pronto.