Linde se defiende por carta de los duros reproches de los inspectores
Remite una carta a los 500 empleados de la Dirección General de Supervisión
El gobernador, Luis María Linde, decidió ayer en un hecho insólito responder por carta a las duras acusaciones de los inspectores. En ella defiende el papel del Banco de España en su labor supervisora. “Vamos por el buen camino para lograr la convergencia hacia las prácticas más exigentes” de supervisión, escribe. La junta de inspectores criticó un día antes la “pasividad y autocomplacencia” en su actuación de supervisión desde la creación del MUS.
Nuevo capítulo en el ya casi histórico desencuentro entre el Banco de España y el colectivo de inspectores de la institución supervisora. En esta ocasión, Linde ha decidido contestar a través de una carta de cinco puntos, a la que ha tenido acceso este periódico, a los miembros de la junta de inspectores del Banco de España.
En un lenguaje muy meditado, pero con acusaciones también duras hacia la opinión de este colectivo, el gobernador declara que “el funcionamiento de los equipos conjuntos de supervisión (JST) han sido debatidos internamente y en el BCE”, y añade que las posiciones española “están siendo incorporadas en los procedimientos comunes de supervisión que se están desarrollando” en Europa.
Destaca que el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) está incorporando “las mejores prácticas supervisoras de los países euro, desde la revisión de activos, en la que ha descansado tradicionalmente la supervisión española”, hasta otros aspectos más alejados de nuestras prácticas. Por ello, reprocha a los inspectores, que un día antes remitieron a los 500 miembros de este colectivo, que la actitud española no es “de inmovilismo y autocomplacencia en la bondad de sus métodos, sino de transmitir sus ventajas y, simultáneamente, aprender y asimilar nuevos enfoques de nuestros colegas europeos”. Y añade que “la tarea en la que estamos empeñados es la de incorporar a los métodos comunes de supervisión las mejores prácticas derivadas de nuestra experiencia”.
Linde, así, mantiene en esta misiva que “francamente, vamos en el buen camino para lograr la convergencia hacia las prácticas más exigentes y, mientras tanto, no cabe ni sería admisible relajación alguna en el rigor que se aplica a la supervisión de las entidades nacionales”.
El gobernador recuerda que “cerca de un centenar de empleados” han dejado el Banco de España “en un corto espacio de tiempo” para irse al MUS. Pero sus puestos han sido cubiertos con “nuevos inspectores”, y al día de hoy “la plantilla de la Dirección General de Supervisión, que asciende a más de 500 personas, es la más elevada de su historia” (además, la representación española en el BCE también es de la más elevada). Reconoce que la interacción de la inspección con el BCE y el resto de los miembros del MUS plantea diversos retos”. Pero mantiene que la Unión Bancaria “contribuirá eficazmente al mantenimiento de la estabilidad financiera”, y remata la carta con dos mensajes destinados a los inspectores.
“El Banco de España, con todos sus empleados tiene la obligación de poner todo el empeño en que el MUS funciona lo mejor posible, aplicando el bien probado celo profesional de sus empleados”, y reprocha a este colectivo que se queje de las funciones supervisoras a través de los medios de comunicación, “que no es una práctica habitual y saludable”, y asegura que la dirección del Banco de España está abierto al diálogo.
Los inspectores critican en su comunicado la forma en la que “se ha diseñado la estructura y puesta en funcionamiento del MUS”, ya que “presenta importantes deficiencias que pueden comprometer la eficiencia de la labor de supervisora”, razón por la que piden reformas.