El Gobierno media para que Baleària una Miami y La Habana
Aspira a poner en marcha la primera línea regular que conecte La Habana con Miami
La naviera española Baleària insiste en ser la primera en establecer un servicio regular de ferry entre Cuba y Estados Unidos tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países vecinos. Pero la empresa que preside Adolfo Utor (52,5% del capital) y en la que participa el exministro Abel Matutes (47,5%), titular de la cartera de Asuntos Exteriores con José María Aznar, no ha dejado de obtener largas del Gobierno de Raúl Castro. Una situación que ha motivado la intermediación de los ministros José Manuel García-Margallo y Ana Pastor durante su reciente viaje al país caribeño.
Baleària tiene presentado un plan a las autoridades cubanas para crear una terminal de ferrys en la capital y un servicio de conexión en la bahía de La Habana, este último prestado con barcas solares. El presupuesto de la actuación alcanza los 35 millones. A cambio, Baleària se postula como la primera naviera en ofrecer un servicio regular de conexión entre el puerto de Fort Lauderlale, una hora al norte de Miami, y La Habana.
La empresa con sede en Denia (Alicante) entró en el Caribe con su fast ferry Pinar del Rio en 2011. Tras consolidarse en la ruta entre Florida y Freeport, en la isla de Gran Bahama, busca ahora la llegada a Nassau y tantea oportunidades en Puerto Rico, República Dominicana y la citada Cuba. Antes que ella, ha sido la operadora de cruceros Carnival la que ha obtenido luz verde del régimen de Castro para tocar tierra en las cercanías del malecón, si bien no se trata de un servicio regular.
- Vetos
La legislación estadounidense prohíbe a los buques que toquen puerto cubano volver a EE UU en un plazo mínimo de seis meses, lo que desincentiva el transporte hacia Cuba. Al mismo tiempo, el país latinoamericano niega la entrada de turistas norteamericanos salvo cuando llegan por motivos culturales a La Habana. Una norma que aleja al pudiente visitante de Estados Unidos de la zona de recreo por excelencia, Varadero.
La naviera de Utor y Matutes logró las licencias pertinentes de la Administración estadounidense para establecer la ruta, la que expide la Oficina de Industria y Seguridad (Bureau of Industry and Security), por la que la potencia norteamericana da permiso al tráfico de entrada y salida de Cuba, y el permiso OFAC, que regula el transporte de pasajeros. Sigue en el aire el ansiado plácet cubano que han demandado los ministros españoles de Asuntos Exteriores y Fomento en el contacto del mes pasado con Castro.
Fuentes conocedoras de las negociaciones comentan que la cautela cubana coincide con el empuje de la aerolíneas y turoperadores de EE UU por conquistar el negocio turístico de la isla. “Son muchas las empresas, de numerosos países, que buscan posiciones en Cuba. Su Gobierno se lo es está tomando con calma”, apuntan.
La propuesta de Baleària no se restringe al tráfico punto a punto con el Estado de Florida; la española propone la conexión del país con otras islas del Caribe y con México.
La naviera tiene dos ferrys en la zona, el citado Pinar del Rio y el Jaime I, este último sometido en la actualidad a las inspecciones para operar. Su capacidad es de algo más de 600 viajeros. Un tercer buque, el Alhucemas (rebautizado como Bahama Mama), fue trasladado a la zona, comenzó a operar en Estados Unidos y finalmente ha regresado a España.