Schlicksup: "Toda campaña política debe girar en torno a la tecnología"
Schlicksup fue el responsable de CRM de la campaña de reelección de Obama.
El mismo día de 2007 en que un casi desconocido senador demócrata, Barack Obama, anunciaba la creación de un comité para valorar sus opciones de convertirse en presidente, un estudiante universitario seguidor del político creaba un grupo en Facebook bajo el título de One Million Strong for Barack. En un menos de un mes, ya había superado los 250.000 miembros. En 2008, Obama fue uno de los primeros candidatos en usar la tecnología en las campañas políticas.
The New York Times lo apodó el rey Midas de las redes sociales. Sabedor de que sus posibilidades de éxito pasaba por igualar sus fuerzas en las primarias fue el primero que destinó recursos y personal a administrar sus cuentas como parte de su estrategia de comunicación. “Actualmente es imposible pensar en una campaña política que no utilice la tecnología como una herramienta esencial para casi todo. Y además las aplicaciones están siempre evolucionando y cambiando”, asegura Edward Schlicksup (Fairhope, Alabama, 1977), uno de los responsables de la campaña de Obama en 2012, en una entrevista concedida a CincoDías. “La sociedad está viviendo una auténtica transformación digital. La gente está permanentemente buscando conectar. Vivimos pegados al móvil. Y la tecnología permite una posibilidades enormes”, añade.
Algo que entendieron muy bien dentro de la campaña de Obama fue que ese aspecto social podría generarles muchos beneficios. Pensando en ello crearon su propio espacio, My.BarackObama.com, desde el que cualquiera podía crearse un perfil, participar en conversaciones con otros seguidores y organizar sus propios eventos para recaudar fondos. En total, consiguieron más de 1.5 millones de usuarios y recaudar más de 30 millones de dólares. Esta fue uno de los grandes elementos diferenciadores de 2008 y que después muchas otras campañas han intentado replicar.
Resulta curioso que este licenciado en Filología Inglesa sea uno de los principales consultores de Salesforce de desarrollo tecnológico en la política. “La verdad es que no era una persona muy activa políticamente. Partiendo de ahí, había ciertas cosas en el sistema político americano con los que no estaba de acuerdo y decidí involucrarme”, explica. “Además fue muy fácil porque la campaña tenía su base en Chicago, de donde soy yo, mi círculo también. Fue muy natural”.
En 2012, internet ya había dejado de ser un lugar para solo publicitar banners millonarios. Pero quedaba mucho por hacer. “Entre las dos campañas de Obama hay una gran diferencia. En 2008, por ejemplo, se usaban las redes sociales, pero no tenían ni la penetración ni el uso que tiene ahora. La gente ahora se informa y comunica con el mundo de formas diferentes”. La tecnología avanza muy rápida y continuamente y las campañas se han tenido que reciclar en movimiento.
La campaña de 2012 fue distinta. Las redes dejaron de ser algo que sólo algunos utilizaban para convertirse en algo que forma parte del día a día de la sociedad. Y esto queda reflejado en números: los seguidores de Barack Obama se convirtieron en millones, al igual que ocurría con las cuentas de otros políticos. El gran desafío para la campaña de Obama pasó a ser cómo innovar. Sin la sorpresa que se vivió en 2008 y con ambos candidatos apostando fuerte por los medios sociales, todo parecía indicar que la presencia y la repercusión online estaría más igualada. Sin embargo, y al igual que puede decirse que las de 2008 fueron las elecciones de las redes sociales, en 2012 podemos decir que se celebraron las elecciones del big data.
El equipo de Obama estudió, durante meses, los posibles votantes de los estados que ellos creían que iban a ser claves en la victoria (o derrota) del por aquel entonces Presidente. En total, más de 50 empleados formaban el equipo, integrado por matemáticos, programadores y expertos en Internet. Se creó una base de datos con toda la información obtenida de voluntarios, votantes y demás usuarios en 2008. Para completar los datos lo máximo posible, se recurrió a Facebook. En Ohio, donde Obama terminó ganando con un 50,1% de los votos, se identificaron a 29.000 votantes indecisos, a los que se dirigieron con una campaña específica. Otro ejemplo se vivió en Florida, donde el grupo clave para ganar eran las mujeres jóvenes de 35 años. Tras consultar en esta gigantesca base de datos, descubrieron que a la mayoría les gustaban las mismas series de televisión, así que invirtieron en anuncios para mostrar durante la emisión.
¿Qué será lo próximo? “Es una pregunta interesante…”, responde.
"Trump sabe bien como negociar"
Schlicksup está en un lugar privilegiado dentro del escenario político estadounidense. Es uno de los responsables de la que es probablemente la campaña más avanzada tecnológicamente de cuantas hayan existido hasta la fecha, la de la candidata demócrata, Hillary Clinton de 2016.
Aunque todo ha cambiado y “lo hace continuamente”, afirma, hay diferencia entre los distintos partidos. “Los demócratas, entre otras cosas por el tipo de votante, usan mejor las nuevas herramientas. Son votantes de grandes ciudades, cualificados, inmigrantes… El conservador sigue recurriendo para informarse a los medios tradicionales”, advierte.
Sobre la campaña del rival, afirma de Donald Trump: “que se basa totalmente en un culto al hombre pero hay que reconocer que ha sabido utilizar muy bien sus habilidades en los negocios y trasladarlo al mundo de la política”. Él, como no podía ser de otra manera, encuentra todas las virtudes y apuesta por su jefa, Hillary Clinton.