Santander:“La reestructuración no puede darse por cerrada”
Otra entidad que no quiere identificarse cuenta con estudios internos que apuntan a nuevas fusiones
Parece que sí, que pese a que algunas entidades lo nieguen y pese a que otras aseguren que tienen planes consistentes de futuro, la reestructuración del mapa financieros español aún no está cerrado. Cierto es que el Banco de España lleva más de un año insistiendo en ello, y cierto es que las entidades financieras candidatas a ser absorbidas niegan por activo y por pasivo esta posibilidad con el argumento de que son los consejos de administración, los accionistas y el Banco Central Europeo (BCE) los que tienen que decidir, no el Gobierno de turno o ya la institución que lidera Luis María Linde.
De momento, hay que esperar a la entrada del nuevo Gobierno para ver si la cacareada desde hace tiempo operación de absorción de Bankia sobre BMN se lleva a cabo. No a todos los banqueros les parece bien que dos entidades públicas se fusionen, aunque sea con el beneplácito de Bruselas y del Gobierno. Además, tampoco está tan claro que la Comisión Europea diese el sí definitivo si hay quejas generalizadas del sector, apunta una fuente financiera conocedora de la situación. Si el resto de los competidores no pone pegas a la operación sería más fácil que la CE diera luz verde a esta fusión en cuanto el nuevo Ejecutivo se lo planteara oficialmente (ahora hay una comunicación a la CE del Frob).
El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, ha sido el único banquero que ha opinado públicamente sobre esta operación, y ha sido para mostrar su desacuerdo. Considera que lo lógico es que si BMN tiene que ser absorbido para lograr recuperar todo o parte de las ayudas recibida el Gobierno lo sacara a subasta para que pudieran pujar todas las entidades interesadas.
El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, como fuentes de BMN aseguran que no hay nada decidido aún al respecto. Aunque el número dos de Bankia mantiene que es el nuevo Gobierno el que debe decidir, mientras que BMN confía en seguir independiente y seguir con su proyecto de salir a Bolsa, algo que parece cada vez más difícil.
Otras operaciones también esperan al nuevo Gobierno para activarse. En círculos financieros se especula con que el Frob anda también preocupado por la posible devolución de los bonos convertibles contingentes (cocos) de Unicaja heredados de la que aún se conoce como Ceiss (1.011 millones de euros).
La entidad liderada por Braulio Medel tendría que salir a Bolsa este año para poder canjear y devolver estos híbridos, cuya fecha de caducidad es finales de 2017. Pero todo apunta a que Unicaja tiene difícil encaje en el parqué en la actualidad. De ahí que ha pasado en menos de dos años de ser considerada una entidad sana y lider para afrontar una fusión entre iguales, a ser candidata a ser absorbida, aunque también en este caso es cuestión de política. ¿Quién le dice a Susana Díaz que se queda sin una marca financiera propia en Andalucía?.
Liberbank también anda en la cuerda floja en cuento a apuestas para mantener su independencia. Se da la circunstancia de que BMN, y sobre todo Ceiss y Liberbank, tiene en marcha unos duros procesos de ajuste de plantilla, que en ambos casos superan las 1.000 salidas, entre el 30% al 21% de sus respectivas plantillas. Ibercaja, sin embargo, gana cada vez más enteros como antigua caja de tamaño medio que podría lograr su objetivo, ser independiente y retrasar su salida a Bolsa hasta 2017.
Ya lo advierte Santander en su informe anual. “La competencia se ha elevado tanto entre las propias entidades como con los nuevos participantes. Así, la banca en la sombra ha seguido ganando peso y continúa el crecimiento de entidades financieras no bancarias que están centrando su negocio en nichos del sector como los medios de pago, el asesoramiento financiero o el crédito”. Ante ello, el banco que preside Ana Botín asegura que en “este contexto, el proceso de reestructuración del sector no puede darse por cerrado. La gran mayoría de entidades está acometiendo cambios en la cultura, de cara a recuperar la confianza de la sociedad y, en general, todas requieren adaptarse a la revolución digital, que va a marcar el modo en el que las entidades se relacionan con sus clientes, el nivel de servicios prestados y la eficiencia de los procesos”.
Y añade: “además, las entidades internacionales se enfrentan a tendencias sociodemográficas divergentes, con un marcado proceso de envejecimiento en las economías desarrolladas un fuerte aumento de las clases medias en las economías emergentes, que van a requerir estrategias diferenciadas según los mercados”. Todo un aviso a navegantes.
Esta declaración, no obstante, contrasta ligeramente con la que hizo Botín en la presentación de los resultados anuales del banco correspondientes a 2015. Entonces reconoció que la competencia era fuerte, pero consideraba que la reestructuración del sector había finalizado, o eso dejo entrever. Aunque sí apuntó ajustes para reducir costes.
Otra entidad financiera española que no quiere que aparezca su nombre, cuenta con estudios internos que apuntan a una “nueva concentración”, en el sector. La razón: la digitalización, pero sobre todo, la presión que está ejerciendo sobre los márgenes los tipos de interés negativos.