Cedric de Fonclare: “Que una empresa esté barata no impide que pueda caer más”
Novartis, SAP, Bayer, Pandora o Johnson Matthey, valores favoritos del responsable de estrategia de Jupiter
Bajo las manos de Cedric de Fonclare está la estrategia de los fondos Jupiter. Con un volumen de activos totales bajo gestión de 45.600 millones de euros (al 30 de marzo), la firma británica está presente en nuestro país desde octubre de 2014 y es una de las favoritas entre los selectores de fondos. El producto favorito del inversor español es Jupiter Dynamic Bond.
Pregunta. ¿Cómo es su filosofía de gestión? ¿Cuáles son sus claves para batir a los índices?
Respuesta. Cuando las oportunidades escasean hay que ser selectivos. Adquirimos negocios que tienen calidad, con retornos de capital sostenidos y con generación de capital constante. Tenemos una cartera diversificada, de entre 50 y 60 valores de mediana y gran capitalización que rotamos cada cinco años.
Cuando analizamos el valor en libros de las empresas vemos que el 10% de las compañías que forman parte del MSCIEurope han elevado su cotización desde 2008, lo que las ha convertido en compañías caras. Intentamos ser disciplinados y comprar calidad a precios razonables, en función de las previsiones que esperamos a futuro. Invertimos buscando menor volatilidad que el mercado.
P. Pero ahora, tras las correcciones ¿hay compañías baratas?
R. Que una compañía esté barata no quiere decir que no pueda caer más. Por ejemplo, la empresa de electricidad de Alemania RWE, que se ha devaluado mucho. Hace diez años su capitalización bursátil era de 65.000 millones y ahora está en 6.000 millones. Cuando la empresa estaba en 20.000 millones también se decía que estaba barata y después se ha reducido aún más.
P. ¿Cuáles son las principales posiciones de su cartera?
P. Destacan, entre otras, las farmacéuticas Bayer, Novartis y Actelion; los bancos ING, Intesa Sanpaolo y UBS; las aseguradoras Allianz y Prudential; las tecnológicas ASML (microprocesadores), SAP (soluciones de software) o Johnson Matthey (especialistas en catalizadores para automoción); las telecos Vodafone, BT y Nokia. También forma parte la papelera Mondi, la compañía de nutrición Fresenius Care, la de bisutería Pandora y la publicitaria Publicis. Insisto en que hay que valorar también el peso que tienen frente a su índice.
Amadeus es el único valor español en su cartera
P. ¿Y españoles? ¿Cuáles son sus apuestas?
R. Actualmente tenemos Amadeus y hasta hace poco tuvimos Banco Santander. También hemos estudiado otras compañías como Prosegur e Inditex.En España hay grandes negocios pero cotizan a precios altos.
P. ¿Cuál es su visión sobre las últimas salidas al parqué? Telepizza, Parques Reunidos, Dominion..
R. Históricamente, cuando las compañías salen a Bolsa están empujadas por los bancos de inversión, que las colocan cuando el mercado es propicio a levantar dinero fácil y no las ofrecen con ningún descuento. Intento ser bastante cauteloso con las salidas a Bolsa, esperar cómo se comportarán en los próximos cinco años.
P. ¿Qué tendencias pueden aportar más rentabilidad a la cartera?
R. Los factores demográficos, como el envejecimiento de la población, el aumento de la obesidad y la educación permanente, favorecen la apuesta por compañías como Actelion, Fresenius Medical o Pearson.
La innovación constante, el cloud computing, la automatización o las nuevas regulaciones beneficia a firmas como SAP, ASML o Continental (con una área de tecnología de automoción).
La globalización ha traído consigo el outsourcing y la necesidad de que empresas controlen la calidad de los trabajos subcontratados para que cumplan los estándares de la OCDE; la comida preparada y la proliferación de los viajes da oportunidades a compañías como Zodiac, Amadeus, IMC, Intertek y Sefran.
En medio ambiente, la escasez de agua, la contaminación del aire y la eficiencia energética aumentan la demandad de Infinenon o Johnson Mattey, líder en catalizadores para camiones.
P. La cartera tiene mucho sesgo británico. ¿Cómo podría afectarle un posible Brexit?
R. La salida de la UE de Reino Unido sería mala para todos los mercados, incluido el británico. Los analistas pronostican que la libra se devaluaría hasta situarse en los niveles del euro. Eso favorecería a las exportaciones y a la industria. Los sectores más perjudicados serían la construcción, la distribución y la banca. En la negociación estarían en peor posición que el resto de socios. Los inversores están siendo muy cautos a la hora de invertir en Reino Unido.
Cuando el dividendo anula la gestión
Para Cedric Fonclare, la alta retribución al accionista puede convertirse también en una trampa. Así, es muy crítico con las compañías energéticas “porque viven más pendientes de generar dividendos a corto que de la gestión de la compañía en el medio plazo”. Cita el caso de Total o BP que venden activos, fuentes de generación de valor en el futuro, para poder obtener efectivo con el que retribuir al accionista este año.
“Ahora los inversores miran el dividendo y la seguridad y, por ello, están dispuestos a pagar más por este tipo de compañías”, añade. “Debido a la política expansiva del Banco Central Europeo, si se invierte en bonos gubernamentales con un vencimiento inferior a los diez años, se obtienen rentabilidades negativas en la mayoría de los casos. Esto supone que al finalizar el periodo, el inversor obtiene menos dinero del que aportó”, remarca. Como ilustración habla de grandes empresas de alimentación, del tipo de Nestlé o Danone, que año a año ofrecen un 3% de retribución al accionista y cotizan a PER (rentabilidad sobre beneficios) muy altos. En 2011, el sector cotizaba a PER de 16 veces y ahora a 23 veces.
“Son inversiones atractivas por razones tácticas. Los accionistas confían en empresas con crecimientos visibles, buenas expectativas de dividendos, y esto es peligroso porque en cualquier momento se puede revertir la tendencia”, puntualiza de Fonclare.