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Crónica bursátil

La Bolsa encaja su peor semana desde que tocara mínimos anuales en febrero

Panel informativo del Ibex 35
Panel informativo del Ibex 35Efe

Jueves y viernes de respiro que no fueron suficientes para evitar que el Ibex cerrase en negativo la semana con una caída del 3,58%, hasta los 8.702 puntos. Con tres de las cinco sesiones en negativo, el selectivo español encajó su peor semana desde febrero y perdió 323 puntos que se elevan hasta los 530 puntos que corrige ya desde que tocara máximos el pasado 27 de marzo. Y es que, la etapa de presentación de resultados de las compañías europeas, con cuentas que en su mayoría han decepcionado a los inversores, está teniendo su contrapartida sobre los parqués. 

A ello se le suma el precio del crudo, que desde el pasado viernes ha cerrado cuatro de seis sesiones en negativo y acumula una caída del 4,86%, hasta los 45,8 dólares por barril. Aunque la influencia del oro negro en la renta variable es ahora mucho menor, añade presiones bajistas a la Bolsa.

Pese a ello, la mayor parte de los analistas ven en este movimiento una corrección sana que servirá para consolidar el rebote, aunque, de prolongarse en el tiempo, el Ibex se acercaría peligrosamente al soporte a vigilar: los 8.250 puntos. Aunque las previsiones indican que no ocurrirá, si el selectivo perdiese esa cota, daría carpetazo al rebote experimentado y se podrían augurar fuertes caídas incluso hasta la cota de los 7.500 puntos.

En la sesión del viernes, los bancos cotizaron en positivo, principalmente a consecuencia de la sobreventa a la que se vieron sometidos a lo largo de la semana, en la que entidades como Banco Popular perdieron más de un 10% de su valor. Así, Bankia lideró la última jornada con una subida del 2,10%.

Las subidas de última hora en los parqués europeos tuvieron como fundamento el mal dato de empleo registrado en Estados Unidos, que aumentó en 160.000 empleos frente a los 220.000 que esperaba el consenso de analistas. Pese a que la cifra pone de manifiesto la debilidad de la economía estadounidense, los inversores decidieron recibir con compras la noticia, toda vez que implica que la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal se retrasará aún más.

Tras publicarse el dato, los analistas revisaron sus previsiones y conceden ahora una probabilidad de tan solo el 4% a que Janet Yellen, presidenta de la máxima autoridad monetaria de EE UU, suba el precio del dinero en junio.

En Europa, el sector de los recursos básicos y el bancario han sido los más perjudicados de la semana. En apenas cinco sesiones, ambos segmentos han caído un 8,16% y un 6,35%, respectivamente. En el caso de las compañías mineras, la corrección ha erosionado el beneficio que acumulaban a lo largo de un año que se las prometía espectacular para dejar la subida en un 13% que, sin embargo, le sigue valiendo para liderar el Stoxx 600. Por el contrario, la situación del sector financiero en Europa es mucho más delicada, toda vez que esta caída ha servido para ahondar en la herida abierta a comienzos de año y que le ha llevado a dejarse un 22% en lo que va de año.

En el Viejo Continente el verde no hizo acto de presencia salvo, como en España, a finales de la semana. En el cómputo de las cinco sesiones, el Dax alemán pierde un 1,65%; el Cac francés, un 2,89%, el Footsie británico se deja un 3,10%, el Mib italiano retrocede un 4% y el Euro Stoxx corrige un 2,97%.

En el mercado de la deuda, los nervios de los inversores también hicieron acto de presencia en la semana. El interés del bono alemán a 10 años cayó hasta el 0,145%, cumpliendo una vez más con su papel de valor refugio en tiempos de tormenta. Por su parte, la prima de riesgo española se incrementó hasta los 144 puntos básicos pese a la caída del interés del bono español, que descendió hasta el 1,592%.

Por su parte, el dólar continuó depreciándose ante los malos datos registrados por la economía estadounidense. La tendencia natural, explican los expertos, es que el dólar se fortalezca en lo que queda de año. Sin embargo, al igual que ocurre con la Fed y sus subidas de tipos, cada revisión que se hace implica retrasar aún más el momento en el que dará comienzo lo que es, según los analistas “la lógica en el mercado de divisas”. Al cierre de la semana, el euro se cambiaba a 1,1421 billetes verdes, lo que supone mantener los niveles máximos de hace nueve meses que alcanzó la moneda única el pasado lunes.

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