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Turismo interior

Vejer de la Frontera, Andalucía secreta

Este pueblo gaditano está encaramado en una colina donde crecen pinos y acebuches. El arenal de El Palmar aporta aire marino.

Vista panorámica de Vejer.
Vista panorámica de Vejer. Oliva Hernández

En lo alto de una colina de casi 200 metros sobre el nivel del mar y a solo nueve kilómetros de las espléndidas playas de la Costa de la Luz resplandece, hasta casi cegar, Vejer de la Frontera, uno de los pueblos más bonitos de España. Las increíbles vistas desde lo alto llegan a alcanzar, en ocasiones, la costa africana.

Ocupada durante más de cinco siglos por los árabes, la ciudad conserva en sus laberínticas y empinadas calles el más puro estilo de la arquitectura popular árabe-andaluza. Es su inconfundible legado y su principal atractivo.

La muralla del siglo XV se mantiene en pie. De trazado irregular, ajustada a los desniveles del terreno, con las cuatro puertas originales de acceso a la ciudad, muralla y casco antiguo forman un conjunto de gran belleza. En él destacan el castillo medieval, del siglo XI; la judería, construida entre los siglos XIII y XV, y el arco de la Segur, que data de finales del siglo XV y es la puerta más accesible al recinto amurallado.

La gastronomía local no deja indiferenteel paladarde los viajeros más exigentes

También son de interés la iglesia del Divino Salvador y el Santuario de Nuestra Señora de la Oliva, en cuyo altar se venera una imagen del siglo XVI. Además, podemos asomarnos a sus miradores naturales, que nos descubren impresionantes perspectivas de la campiña jandeña, la costa de Trafalgar y la propia localidad, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1976 y reconocida con el Premio Nacional de Embellecimiento de Pueblos en 1978.

En Vejer la vida está en la calle. Paseando por el recinto amurallado se suceden antiguas casas construidas en torno al tradicional patio de vecinos, símbolo de una vida de puertas abiertas no muy lejana. Hoy se conservan en el centro urbano unas 300 de estas casas con patio. Algunos de ellos han sufrido transformaciones, pero en la mayoría perdura la estructura original sobre la base de una arquitectura tradicional andaluza. Muchos conservan aún el pozo y el retrete comunitarios, situado en algún rincón del zaguán de la casa, naturalmente hoy en desuso.

Pasadizo.
Pasadizo.

Las flores adornan estos jardines de vecinos, esplendorosos cuando llega la primavera. En macetas de barro o latas decoradas crecen todo tipo de plantas. En primavera se celebra un concurso de patios, en el que también participan balcones y fachadas. Además, la Oficina de Turismo organiza rutas que recorren diferentes patios y se relatan sus historias.

La localidad está rodeada de espacios naturales de gran valor. Es posible practicar senderismo, por ejemplo, en Santa Lucía, a cinco kilómetros, donde se conservan un acueducto romano y varios molinos de agua. También dispone de una red de senderos que se extienden por todo el término municipal donde descubrir la riqueza de su flora y fauna y la belleza del paisaje.

Vejer tiene bares y restaurantes escondidos en rincones singulares. La gastronomía de la zona es un atractivo más que no deja indiferente el paladar del viajero más exigente, no solo por su variedad, también por su calidad. Se trata de una cocina tradicional marcada por hortalizas y verduras, la carne de retinto y los pescados de sus costas.

Asimismo, destaca la elaboración artesanal de productos derivados del cerdo: lomo en manteca, chicharrones, morcilla... Y, por supuesto, los dulces –como las famosas tortas vejeriegas– y los vinos. Pasear y tapear en sus cuidadas terrazas es una experiencia inolvidable.

Playa El Palmar.
Playa El Palmar.

Guía para el viajero

Sol y playa .Vejer presume de tener en su término municipal la playa de El Palmar, un arenal casi virgen de siete kilómetros de extensión situado en la denominada Costa Trafalgar. Está delimitado en su mayor parte por dunas, incluidas en un plan de conservación para evitar su deterioro. Por ello se han instalado pasarelas de madera para acceder a la paya.

Ruta nocturna. Por la noche, Vejer despliega todo su misterio. Un paseo o, si se prefiere, una ruta nocturna guiada y cantada nos introduce en la magia de esta pequeña localidad, con leyendas o historias que se han ido trasmitiendo de generación en generación. La ruta guiada cuesta ocho euros y tiene una duración de hora y media.

Alojamiento. Vejer cuenta con una buena red de alojamientos con encanto, tanto en el pueblo como en los núcleos rurales del municipio. Es posible hospedarse cómodamente en una casa rural en el interior del casco antiguo y disfrutar de las comodidades de un hotel. El Hotel V, ubicado en un palacio del siglo XVII, es una excelente elección. Desde 220 euros.

Turismo cultural. La naturaleza es protagonista del Museo de Arte Contemporáneo de la Fundación NMAC, que se encuentra en la dehesa Montenmedio, a cinco kilómetros de la localidad. NMAC acoge escultura, fotografía, pintura… Una colección de obras al aire libre abierta todo el año, referencia cultural tanto por su colección como por su programación cultural.

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