Nuevo frente en Pescanova por el retraso en las cuentas
Sin cuentas. Sin junta. Sin cotizar. Los antiguos propietarios de la pesquera Pescanova, englobados en Pescanova SA, han anunciado a la CNMV el retraso de la junta general ordinaria de accionistas, que debiera celebrarse este mes, hasta julio.
La sociedad estaba a la espera de las cuentas de Nueva Pescanova, entidad controlada por los bancos acreedores que gestiona desde diciembre a la pesquera tras hacerse efectivo el convenio de acreedores. Pescanova SA necesita de estas cuentas para que el auditor de el visto bueno a las suyas, puesto que su único patrimonio es poseer el 20% de Nueva Pescanova.
El consejo de Pescanova SA pospone por tanto hasta julio la junta de accionistas de la sociedad. Un mes antes, en junio, Nueva Pescanova celebrará la suya y, para entonces, ya se deberán conocer las cuentas de la compañía.
Estas cuentas eran, además, una condición impuesta por la CNMV a Pescanova SA para poder volver a cotizar, tres años después de que sus acciones fueran suspendidas. El regulador de los mercados había pedido también un plan estratégico de Nueva Pescanova, algo que tampoco se presentará hasta las fechas previas a la junta de Nueva Pescanova.
Mientras tanto, hay una fecha límite en el calendario: 31 de julio. El acuerdo de creación de Nueva Pescanova contemplaba que hasta dicho día, cualquier ampliación de capital no podría ser efectuada sin contar con el 81% de los votos de los accionistas, para lo cual se necesitaba contar con los antiguos propietarios que ahora mantienen el 20%.
A partir de dicho día, la banca podrá realizar dicha ampliación. El objetivo de Pescanova SA era poder volver a Bolsa antes del 31 de julio para lograr fondos que les permitieran acudir a la ampliación y con el objetivo puesto en recuperar en un futuro el control de la compañía y, por tanto, de la marca de pescado.
"No nos dará tiempo", aseguran fuentes de Pescanova SA, que consideran que con los plazos que ahora se manejan, con unas cuentas que hasta junio no podrán ser auditadas, quedarán a merced lo que la banca acreedora quiera realizar con la facultad de dicha ampliación.
Pescanova SA aseguró a la CNMV que existen cuatro riesgos para la compañía. La más importante, y por la que viene protestando en los últimos meses, por el crédito super senior activado por la banca en condiciones "inusuales y excepcionalmente onerosas". En segundo lugar, que Nueva Pescanova valore sus negocios "significativamente por debajo de su valor razonable". En tercer lugar, que se actualice la deuda concursal con el posible efecto negativo sobre el patrimonio.
El último de los riesgos apuntados por Pescanova SA es, precisamente, que los socios acreedores acuerden con su mayoría ampliar capital a través de una capitalización de créditos concursales "a la que Pescanova SA no pudiera acudir" quedando diluida su participación.